El Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem), entidad adscrita al Ministerio del Ambiente (Minam), informó que un total de nueve glaciares peruanos se encuentran en riesgo de desaparecer en menos de 20 años.
Principalmente por el aumento de la temperatura del planeta -que aceleró el retroceso de esos espacios naturales-, se han perdido 1.284,95 kilómetros cuadrados de área glaciar.
Debido a ello, el Minam está llevando a cabo estrategias con enfoque de gestión de riesgos, fortaleciendo las normativas y las capacidades de las entidades sectoriales correspondientes. Partiendo de ese contexto, el último miércoles se llevó a cabo el evento internacional ‘Las montañas, nuestro futuro - Monfu 2022′, en la ciudad de Arequipa.
Entre los ponentes destaca la investigadora internacional Dra. Veerle Vanacker (Bélgica), el investigador Dr. Wouter Buytaert (Reino Unido), el Dr. Francisco Cereceda (Chile) y el Dr. Jhan Carlo Espinoza Villar (Perú), entre más de 60 ponentes.
Por su parte, Yamina Silva, viceministra de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales, resaltó la importancia de impulsar el conocimiento científico en el contexto del cambio climático a escala mundial.
“El conocimiento generado sobre las montañas, glaciares y ecosistemas es sumamente importante para definir las políticas necesarias en beneficio de nuestro país y el mundo”, comentó.
Conservación de glaciares
Del mismo modo, Silva reiteró el compromiso del Minam para proteger los ecosistemas y la conservación de la biodiversidad en el Perú.
El país cuenta con el 70% de glaciares tropicales del mundo con 18 cordilleras glaciares, los cuales tienen una extensión de más de 1.000 kilómetros de superficie glaciar.
Los glaciares y las lagunas formadas por la deglaciación representan reservas hídricas muy importantes; sin embargo, a su vez son fuente de peligros para más de 18 millones de personas en el país.
Cambio climático
En Cusco, el cambio climático y la actividad humana también han logrado impactar en los bosques altoandinos. De ese modo, la situación ha causado preocupación debido a la importancia que tienen los ecosistemas para la flora, fauna y la distribución de los sistemas hídricos. Un ejemplo de ello es el Parque Nacional del Manu.
En esa línea, dicha reserva de biósfera, como la declaró la Unesco, cuenta con pastizales de puna y bosques montanos que, más allá de ser hábitats para especies de plantas y animales endémicas, proveen de agua a las regiones más bajas y son un amortiguador del clima debido a su capacidad para almacenar carbono. Eso convierte a dicha zona en una de gran relevancia ecológica.
No obstante, el área está siendo afectada de forma crítica por dos factores que son los siguientes: El impacto actual del cambio climático y las prácticas ancestrales del manejo de pastizales de altura, que involucra la quema de arbustos cada año y la presencia de ganado en zonas de transición de bosque a pajonal de puna.
SEGUIR LEYENDO