En la historia del Perú antiguo, que era gobernado por los incas, se menciona con frecuencia a Paititi, una ciudad llena de oro, uno de los metales más codiciados. Su apariencia, según los relatos incaicos hizo que se le conozca como “El Dorado” o “La ciudad de oro”, pero ¿dónde se encuentra este lugar?
Perú no solo cuenta con una historia muy amplia, sino que también tiene como parte de su territorio regiones geográficas distintas, la costa, sierra y selva. Se sabe que el imperio del Tahuantinsuyo dominó gran parte de la serranía del país, pero de lo que poco se habla es que sus dominios se extendieron en una parte de la selva peruana.
La historia más conocida sobre Paititi, sin duda aparece en uno de los últimos años de resistencia a la llegada y colonización por parte de los españoles a Perú.
En los relatos se describe cómo el último emperador y rebelde, Manco Inca realizaba un plan de resistencia mientras cautivaba la vista de los extranjeros que quedaban embelesados con el oro traído de Paititi.
Este lugar se encontraría en la selva de Madre de Dios y cerca de Cusco. Con la llegada de los conquistadores, gran parte del pueblo inca se muda a Vilcabamba y la estadía de los mismos estaría entre Paititi y Vilcabamba, lugar considerado como el último bastión de imperio incaico.
Al ver la codicia y el hambre por el oro que tenían los españoles, el pueblo inca decide llevar gran parte de sus reliquias doradas a esta ciudad. Con el pasar de los años, los conquistadores emprenden la búsqueda de este sitio, pero los esfuerzos no dieron resultado.
Diversas versiones afirman que se trata de una pequeña ciudad minera donde se formarían “remolino de cerros” que provocaban una cascada. Esta versión la dio el padre Juan Carlos Polentini, ex párroco de Lares, en Cusco.
“Entre el año 1993 y 1999 hubo un derrumbe de esa cascada. Ahora es un chorro que cae de manera vertical. Ha desaparecido la laguna del Paititi con el huayco brutal que se formó”, afirmó en una entrevista realizada por Acullicu Films.
En las crónicas del conquistador Francisco de Orellana, este reveló que durante su expedición en la selva fue atacado por mujeres guerreras que vivían en el lugar.
Se dice que se han realizado más de 1500 expediciones desde finales del siglo XX e inicios del siglo XXI.
Greg Deyermenjian es un explorador estadounidense que ha dirigido 20 búsquedas para encontrar el Paititi; no obstante, no ha logrado encontrar la ciudad, aunque sostiene que ha estado muy cerca.
A pesar de que no se diera con Paititi, las expediciones dejaron al descubierto otras maravillas escondidas, entre ellas los Petroglifos de Pusharo, el Camino de Piedra de la Cordillera de Paucartambo, Fortaleza de Hualla, Ciudadela Preinca de Miraflores y Pirámides de Parotoari o Pantiacolla.
DATO: Se suele confundir la ciudad de “El Dorado” con Paititi, sin embargo, se tratan de lugares distintos. El primero está en Colombia, mientras que el segundo se encuentra en Perú.
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El padre Polentini afirma que los pobladores de la zona le hablaban mucho de aquel lugar. En el video afirma que gran parte de las pinturas del lugar fueron borradas por las turbas del entonces presidente del Perú, Alberto Fujimori con el fin de hurtarlas y trasladarlas posteriormente a Japón.
En el 2003 el padre manifiesta que regresó al lugar en compañía de dos polacos, pero su sorpresa fue grande al ver que el lugar había sido destruido. Según su versión al parecer el lugar había sido dinamitado para cubrir lo que sería un robo.
“Un piloto me contó todo ello y personalmente tengo las pruebas que no puedo mostrarlas porque son personales. Hago pública la denuncia (…) la denuncia del robo que hizo Fujimori porque ahí había cinco helicópteros, según lo que me dijo el piloto”, fueron las palabras que anunció el religioso.
Vaca de Castro fue el primer historiador que mencionó y escribió sobre el Paititi. En su libro “Relación de los Quipucamayos” (1542) hizo énfasis en el lugar, ya que estaba ligado a las conquistas del Inca Pachacútec, este habría atraído a los Chunchos y Mojos con “dádivas (…) hasta tener sus fortalezas junto al río Paitite”. Le sucedieron Garcilaso de la Vega y Diego Felipe de Alcaya.
En la actualidad diversas personas que provienen de Madre de Dios cuentan que algunos lugareños conocen el punto exacto, pero que no se atreven a compartir la localización real debido a que la codicia de las personas terminaría destruyendo la zona.
Otros indican que existen guardianes de Paititi a los que se les conoce como los Q’eros de Paucartambo, pero todo aquel que decida conocer este lugar no podrá volver, pues se trata de un sitio encantado.
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