En el siglo XVI murió Manco Inca, quien fue uno de los últimos personajes que se rebeló frente a la llegada del colonialismo español. Luego de cuatro siglos, su lucha ha sido reconocida por el Gobierno peruano y el Congreso, quienes lo declararon como precursor y héroe nacional de los pueblos indígenas del Perú y América.
Desde el 2022 en adelante, todos los seis de mayo se conmemorará el Día de la resistencia de Manco Inca contra la irrupción española. La historia de este líder salta de la sumisión hasta la rebelión y, además, se trató del último inca viviente en la ciudad imperial del Cusco, el bastión del Tahuantinsuyo.
Su nombre completo es Manco Inca Yupanqui y nació entre Cusco y Puno alrededor del año 1515. Se le brindó el apelativo de Maco Cápac II y pertenecía a la nobleza inca, pues era hijo de Huayna Cápac, el penúltimo Inca del Tahuantinsuyo y Mama Chimpu Runtu.
Se desempeñó como militar, noble inca, político y primer soberano del reino de Vilcabamba. Era muy joven cuando inició la guerra entre sus dos hermanos en búsqueda del poder. Huáscar y Atahualpa se disputaban la sucesión de su padre Hayna Cápac. Manco Inca decidió apoyar a su hermano mayor, pero mientras regresaba de una expedición realizada en Paititi, una ciudadela inca ubicada en la selva de Madre de Dios se enteró que Atahualpa había salido vencedor y había tomado gran parte del Cusco.
Un grupo del ejército de su hermano Huáscar estaba llegando a Cusco y eran acompañados por el ejército español, esto cambió la perspectiva del joven inca, quien decidió unir las tropas de Francisco Pizarro con las suyas para así derrocar a Quizquiz quien era el general del ejército de Atahualpa.
El ejército hispano y cusqueño logró vencer a Quizquiz, quien tuvo que huir a Jauja, donde se encontró con otro ejército español. Este encuentro hizo que pase de Jauja a Huánuco Pampa. Finalmente, Huáscar murió, según se sabe bajo órdenes de Atahualpa, pero este último, también fue capturado.
Tras ello, solo quedaba Manco Inca, quien fue reconocido como el emperador en 1533. Esto era necesario para los españoles, debido a que iban a dominar el imperio incaico bajo la dominación de un inca. Es así que el joven pasa a tomar el nombre de Manco Cápac II, en memoria al fundador del imperio.
La idea que los españoles trataron de esparcir era de que venían a ayudar a la paz de la región, pero con el pasar del tiempo era evidente la verdadera intención. Vivir, conquistar y establecerse era el pensamiento principal.
Poco a poco comenzaron a llegar noticias de las atrocidades que se venían dando alrededor del imperio. Willaq Umu, uno de los personajes más importantes del incanato que era el sumo sacerdote del Sol había sido apresado y habían pedido enormes cantidades de oro por su rescate. Por otro lado, sembrar la deslealtad se volvía usual. Algunos españoles promovían la sublevación hacia el inca. Aun así, Manco Inca se mantenía tranquilo, pero según diversos historiadores, era una estrategia para la defensa.
Pasó solo un año cuando los de imperio comenzaron a vivir abusos por parte de los españoles, provocando la sublevación
Para 1535, la ciudad se encontraba con un número reducido de españoles y es ahí donde Manco Inca decide reunir a todas las autoridades del Tahuantinsuyo.
“[…] Esto barbudos predican uno y hacen otro, todas las amonestaciones que nos hacen lo obran ellos al revés. No tienen temor de Dios, ni vergüenza. Nos tratan como a perros, no nos llaman con nombres. Su codicia ha sido tanta que no han dejado templo ni palacio que no han robado, mas no les bastará, aunque todas las nieves se vuelvan oro y plata”, fueron las palabras que formaron parte del discurso del Inca ante las demás autoridades.
La rebelión estaba declarada, pero Manco Inca no contó con la infiltración de los ‘yanaconas’, quienes eran exesclavos incaicos que se volvieron libres con la llegada de los españoles. Rápidamente, hicieron saber de estos planes a Juan Pizarro y sus compatriotas.
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Su captura fue inminente y su tortura también. Logró ser liberado al pagar todo lo que los españoles pedían. Entre los maltratos realizados estaban utilizar velas para quemarle las pestañas y mearlo. Esto se supo por las cartas que los guardias enviaban a la corona española. Robaron también todo lo que había en su palacio.
Las atrocidades no solo se daban en Perú, sino también en Chile y Willaq Umu había sido testigo de ello. No había piedad, mujeres, ancianos y niños sufrían los mismos ataques.
El oro era la debilidad de los españoles y Manco Inca lo sabía, por ello, cuando Hernando Pizarro llegó al Cusco y se estableció bajo el cuidado del emperador incaico, este comenzó a regalarle objetos brillantes, ganando su confianza y tiempo para la estocada final.
Logra reunirse con más de 75.000 guerreros; sin embargo, su plan de ataque falló. Tiempo más tarde tuvo que abandonar Ollantaytambo y establecerse en Vilcabamba, ubicada en la zona selva alta del Cusco.
Pasaron distintos acontecimientos, hasta que el enfrentamiento entre los almagristas y los pizarristas hizo que finalmente, Manco Inca, albergue a los almagristas derrotados.
Estos le enseñaron a montar caballo, utilizar armaduras y manejar el arcabuz. Según historiadores, se trata del primer inca que montó a caballo.
La traición se avivó cuando los españoles se enteraron que el virrey iba a llegar y que, además, iba a perdonarlos. Fue así que aprovecharon la salida de las tropas de Manco Inca para apuñalarlo de un juego llamado “tiro de herraduras”.
No sobrevivió y falleció tres días después. Capturaron a los asesinos y los condenaron a muerte. La historia muestra que desde una pequeña fortaleza en Vilcabamba, Manco Inca Yupanqui, luchó contra la corona, causando dolores de cabeza y peleas entre los colonos, creando una de las mayores epopeyas de América.
DATO: El nombre de esta región deriva de dos palabras quechuas ‘willka’ y ‘pampa’ que significa pampa sagrada o pampa del Sol.
Todo lo que vivió lo hizo merecedor al reconocimiento firmado este 18 de noviembre, aunque las posiciones estuvieron divididas.
Por su lado, Alejandro Cavero, manifestó que el proyecto le parecía “antiperuano y que debería ser rechazado por el Congreso”, pero finalmente el entonces proyecto fue aprobado por mayoría con 70 votos a favor, 13 en contra y 23 abstenciones.
Daniel Parodi, historiador peruano manifestó que es necesario “darle un lugar en la historia al luchador Manco Inca para así reflexionar más sobre la historia el Perú”.
“No debería ofender a nadie hacer a Manco Inca un héroe contra el colonialismo. Es lógico que un país como Perú tenga un héroe contra la invasión española”, afirmó el historiador a través de su canal Agujero Negro.
Las firma se realizó en presencia de los representantes del Cusco.
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