A diario, miles de bomberos en todo el país arriesgan su vida combatiendo incendios, atendiendo incidentes con materiales peligrosos y rescatando víctimas expuestas al peligro. Se trata de una función voluntaria que ellos ejercen a favor de la ciudadanía, pero también de un trabajo de alto riesgo. En los últimos 10 años, Perú ha presenciado el fallecimiento de cinco bomberos voluntarios que perdieron la vida mientras cumplían con su valiente labor. El accidente más reciente fue registrado el 18 de noviembre de este año.
Los bomberos aeronáuticos
Este viernes, un avión de la empresa Latam impactó contra un camión de la unidad de rescate de la estación de bomberos del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, en Lima. Como producto de ello, dos efectivos perdieron la vida y, hasta el cierre de esta nota, uno permanece internado en el Hospital Alberto Sabogal en el Callao.
Nicolás Santa Gadea se desempeñaba bombero voluntario en la Centenaria Compañía de Bomberos Garibaldi Nº7, en el Callao, y como bombero aeronáutico en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. Como se aprecia en sus redes sociales, uno de sus sueños fue ejercer esta profesión.
“Elige un trabajo que te guste y así no tendrás que trabajar ningún día de tu vida”, escribió a inicios de octubre el joven, quien mostró con orgullo una foto junto a su uniforme.
En más de una ocasión, mostró a través de sus redes su emoción por aprender más sobre rescate y técnicas de combate de incendios. “Cuando haces lo que te gusta, hasta entrenar se vuelve divertido”, describió en su cuenta de Instagram, plataforma que inundó de fotografías de su participación en el Cuerpo de Bomberos.
Nicolás compartía la pasión de ser bombero junto a su padre, el brigadier CBP Roberto Santa Gadea, quien le dedicó unas sensibles palabras a su hijo tras conocerse su fallecimiento: “Siempre estaremos juntos, hijo, con esa sonrisa que te caracteriza. Te amo”.
Ángel Torres García, bombero aeronáutico, también falleció en el accidente en la pista de aterrizaje del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. El efectivo tenía más de 15 años en el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios de Perú y tenía el grado de capitán. También pertenecía a la escuela técnica del CBP y repartía su conocimiento con los demás bomberos.
El bombero voluntario era parte de la Compañía de Bomberos Voluntarios Garibaldi Nº6. En comunicación con América Noticias, su familia, que reside en Tarapoto, mencionó que lo recuerda como un joven tranquilo y dedicado a su trabajo. Su hermano pidió que el cuerpo de Ángel sea trasladado en un vuelo humanitario hacia la región donde ellos se encuentran.
De acuerdo al padre del efectivo, la última vez que habló con su hijo conversaron sobre su llegada a Lima después de un curso que dictó en Satipo. Además, mencionó que la comunicación entre ambos era constante.
“Siempre me hablaba para darme ánimo. Me decía ‘tranquilo, papá, yo siempre salgo a las provincias a dar instrucciones en las compañías de bomberos’. Ha sido un muchacho muy querido”, dijo.
“Venía de visita en vacaciones y me sacaba a pasear. Era un hijo muy dedicado a todo. Me decía ‘Papá, ¿Qué haces acá? ¡Vamos a pasear’. Luego regresaba tranquilo”, agregó el padre.
Accidente en El Agustino
Era aproximadamente las 18:50 horas cuando los almacenes del Centro Nacional de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares) fueron invadidos por las llamas producto de un cortocircuito. Había llegado la medianoche del 19 de octubre de 2016 cuando Alonso Salas, Eduardo Jiménez y Raúl Sánchez ingresaron a la estructura tras sospechar de la existencia de víctimas atrapadas.
Los efectivos debieron salir de la zona al menos 15 minutos después para cambiar sus botellas de aire, pero esto no pasó. Tras nueve horas de búsqueda, los bomberos encontraron los cuerpos de los efectivos entre los escombros.
Alonso Salas Chanduví pertenecía hace más de nueve años al Cuerpo de Bomberos. El joven era subteniente de la Compañía de Bomberos Roma Nº2. Los amigos de Alonso lo recordaban como una persona “perezosa” para despertarse, sin embargo, era el primero en levantarse de la cama ante una emergencia.
Según contó a Latina Noticias, Salas presenció el desastre que ocasionó el terremoto de Pisco en 2017 y consideró que quería ser parte del grupo de personas que apoyaban en el rescate de víctimas en situaciones similares, por lo que decidió postular al CGBVP.
Eduardo Porfirio Jiménez Soriano era uno de los bomberos recién graduados en el Cuerpo de Bomberos. Hacía solo seis meses se había graduado como miembro del CGBVP y también era parte de la Compañía de Bomberos Roma Nº2. Según el entonces general Manuel Vera Romaní, el efectivo se encontraba próximo a convertirse en padre nuevamente. Actualmente, su hija Kiara recuerda siempre al bombero con tiernas dedicatorias a través de redes sociales.
“Llevo en el alma y en el corazón todos los momentos que vivimos juntos, llevo tu sonrisa junto a la mía y tus locas manías ahora son las mías. No hay día en que no te piense, no hay día en que no deje de mirar al cielo, no imaginas las ganas que tengo por ir contigo a recorrer al mundo entero. Son 5 años que no estás físicamente, 5 años sin ti, 5 años en los que los sueños se han vuelto nuestra mejor forma de comunicarnos, sabes que cundo apareces en ellos iluminas y alegras mi día. Gracias por nunca dejarme sola, por siempre estar ahí, por aún darme esos consejos y por todo el amor que me haces sentir, el cual será y durará hasta la eternidad. No lo olvido, nuestro amor es como el mar. Vivo orgullosa de ti y se que en cada paso que doy tú estás presente. Te amo y extraño con todas mis fuerzas papá”, escribió la joven en 2021.
Raúl Lee Sánchez Torres llevaba más de un año sirviendo a la sociedad como bombero voluntario. Nació en La Oroya, en Junín, pero se mudó a Lima, donde formó encontró el amor y tuvo una hija.
A través de Facebook, el efectivo divulgaba su inmenso amor por su pequeña, a quien se refería como “Mi amorcito”, “Mi adorable hijita, por la que aún sigo de pie”, “Mi amor, mi vida”.
Los tres bomberos son recordados como los “Héroes de El Agustino”. Además, la Municipalidad del Rímac anunció en el año 2020 la inauguración de un parque con el nombre de Alonso Salas como una forma de reconocer su labor a favor de la ciudadanía.
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