Si has ido al Cerro San Cristóbal, entre los distritos del Rímac y San Juan de Lurigancho, entonces seguro te has cruzado con Juan Paredes, un fotógrafo que merodea por los alrededores de la popular cruz en la cima. Desde hace 15 años capta los momentos especiales que viven los turístas o los fervientes católicos en sus visitas a la imagen religiosa.
El trabajador ambulante comenta que antes de dedicarse 100% a la fotografía, estuvo en la Municipalidad de Lima, en el área de registros civiles. Sin embargo, el destino cambió para él y luego de largos años decidió dedicarse de lleno a su oficio actual.
“Soy fotógrafo y me dedico a esto en el Cerro San Cristóbal. En el año 1965 ingresé a trabajar en la Municipalidad de Lima, como empleado en la sección registros civíles, estuve 20 años y retiré. Desde allí me dediqué a la fotografía al 100%. Un familiar mío me enseñó y para conseguir el ingreso al Cerro San Cristóbal, hice gestiones en el Ministerio de Cultura y logré que me den un permiso”, comenta Juan en una entrevista que le realizó Marca Lima Oficial para sus redes sociales.
Su trabajo se ubica a 400 metros de altura sobre el nivel del mar, donde por primera vez Francisco Pizarro decidió clavar una cruz y bautizar con ese nombre el cerro en honor a San Cristóbal, tras la victoria sobre los indígenas. Allí, el señor Paredes, con un chaleco azul, llega con su auto todos los días para grabar esos momentos únicos.
Además, también valora el cambio de la cámara en el transcurso del tiempo y las facilidades que tiene ahora para trabajar. “Cuando yo empecé la fotografía era en blanco y negro, ahora el salto ha sido maravilloso. En el sentido práctico, porque antes para hacer una fotografía dedicaba bastante tiempo, ahora trabajo con instantáneas, lo que me permite que público que viene a visitar el centro del cerro puedan llevarse su recuerdo de su paseito hacia la cruz”.
A este especial fofógrafo lo podemos encontrar entre las 11:00 y las 19:00 horas, aproximadamente. “No me cansa porque prácticamente es una cuestión de costumbre”, resalta Luis Paredes, quien le tiene un cariño especial a los perritos que están cerca a la cruz, a los que llama ‘los seis guardianes’.
“El Cerro San Cristóbal tiene seis guardianes. Los perritos han ido apareciendo uno por uno. Primero fue Leoncio, luego Malaco, le pusimos así porque era medio malo. Posteriormente vino Mamincha, parace que la abandonaron. Luego hay uno negro y Ken. Después llegó Daniela, una perrita bien bonita y cariñosa. Yo colaboro trayéndoles su almuerzo y otras personas también ayudan con su alimentación”, dice emocionado.
Para finalizar, Juan invita a todos a acercarse al monumento para vivir un momento de paz. “Me siento muy orgulloso de los años que he trabajado. Soy muy amante de la cruz, soy su hincha”, destaca.
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