El último martes, el dirigente y promotor de la marcha denominada ‘La Toma de Lima’, Marino Flores, anunció que la fecha convocada para la segunda manifestación en la capital peruana fue reprogramada. En ese sentido, indicó que se llevará a cabo cuando la delegación de la Organización de los Estados Americanos (OEA) llegue al Perú.
“Se ha postergado (la fecha) porque la Comisión Permanente (del Congreso de la República) también ha postergado su asamblea. Nosotros vamos a salir, sí, pero cuando la OEA esté acá (en el Perú)”, indicó Flores en diálogo con el programa de ‘Al estilo de Juliana’.
La segunda marcha “La Toma de Lima” había sido programada para este miércoles 16 de noviembre en las calles del Centro Histórico de Lima. Hasta hace unos días, los manifestantes buscaban coincidir la protesta con la visita del jefe de Estado a la sede del Poder Legislativo.
Pese a haberse reunido con el presidente de la República, Pedro Castillo, un día antes de la primera manifestación del 10 de noviembre, el promotor de la movilización aseguró que no “luchan” en defensa del gobierno del mandatario, sino que buscan romper con el colonialismo que viene hace 500 años en la capital.
Entre sus reclamos, figura el desarrollo de una segunda reforma agraria, la promoción de una reforma laboral y de justicia. Asimismo, exigen la convocatoria de una Asamblea Constituyente encargada de redactar una nueva Carta Magna.
Flores dijo haberle “exigido” al jefe de Estado que pidan la cuestión de confianza “por temas que nos favorecen: el tema agrario, de salud, educativo”. Para el dirigente, el Parlamento solo se dedica a establecer una agenda con discusiones que no ayudan al desarrollo del país.
En otro momento, Marino Flores negó que la primera protesta a favor de Castillo Terrones haya sido violenta. Su negativa se dio luego que la periodista le increpara los afiches y ataúdes que tenía su cara y los logos de otros medios de comunicación con clara alusión al rechazo y violencia.
Sobre la primera manifestación, el pasado 10 de noviembre, el Congreso permaneció cerrado por medidas de seguridad y las calles del Centro de Lima fueron bloqueadas con la concurrencia de manifestantes, el presidente se pronunció con un escrito, en el que destaca el respeto hacia los ciudadanos protestantes y sus despliegues en las calles.
La violencia desplegada
Hubo varios incidentes cuestionables que se dieron en el desarrollo de la primera Toma de Lima. La prensa y los congresistas fueron el punto blanco de los manifestantes a favor de Castillo Terrones, quien en varias oportunidades ha tenido discursos que llaman a la violencia contra estos sectores.
Las denuncias en redes sociales comenzaron a aparecer en horas de la tarde del 10 de noviembre. Las fotos de los ataúdes con los rostros de periodistas como Juliana Oxenford o congresistas de la oposición han llamado la atención entre los cibernautas.
Además, un reportero de PBO denunció que fue agredido por un sujeto que también le robó parte de su equipo de trabajo. Se trata del periodista Diego Vértiz quien contó que durante la movilización se detuvo para enviar las imágenes que captó, cuando un individuo se le acercó y le empujó para quitarle su equipo: un celular y un monopie.
La víctima contó que otra persona le devolvió el celular, pero cuando quiso recuperar el monopie, el sujeto que lo empujó utilizó este equipo para golpearlo en el brazo y le abrió una herida.
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