Reza un conocido refrán que “nadie es profeta en su tierra” y ese puede ser el caso de nuestra compatriota Mayra Sarmiento (Lima, 1994) quien hace cuatro años optó por dejar el Perú para instalarse en Estados Unidos y enrumbar lo que es su pasión por la pintura y el diseño.
A todo joven le pasa que en determinado momento de la vida, sobre todo cuando se ve en la obligación de elegir a que es lo que se quiere dedicar para ganarse el pan de cada día, no sabe qué hacer. Es normal, muchas veces hasta adultos no lo tenemos claro.
Para Mayra, su llegada al arte fue como una revelación al ver como un simple juego juvenil su experimentación con diversos materiales. Esto le abrió los ojos a la creatividad que ya vivía en ella y no hallaba la manera de salir. Hoy las pinturas que llevan su propio sello son la mejor muestra que tomó el camino correcto. Y todo prácticamente sola, es decir, de manera autodidacta.
Tanto ha sido el crecimiento de nuestra joven compatriota que en el corto tiempo que lleva en tierras norteamericanas ya ha llamado la atención de varios curadores en Los Ángeles (California). Precisamente en ese estado es donde apenas llegó se especializó en diseño de escaparates en el Fashion Institute of Design & Merchandising. Paso importante que ha definido su rumbo artístico.
“La decoración, los detalles, la organización y transformación fueron los que me hicieron enamorarme del diseño interior. Me encanta trabajar bajo un concepto, darles vida a espacios y sobre todo cambiar el estilo de vida de muchas personas mediante una buena composición de los elementos. Los colores: la clave en esta composición”, comenta Maya, que es como firma sus obras.
No ha sido fácil
Pero como a cualquier migrante latino en la tierra del ‘tío Sam’, para poder llevarse un pan a la boca había que trabajar en lo que se apareciera. Y eso no es un problema. Lo realmente duro viene cuando hay que dejar lo que nos da el dinero para sobrevivir para dar paso a lo queremos hacer para vivir.
“En Los Ángeles, comenzó mi aventura, que ahora llamaría mi descubrimiento. No fue nada fácil, el idioma, la diferencia de culturas y sola en una nueva ciudad hizo mi transición aún más interesante. La experiencia fue increíble, pero tuve que sacrificar mi trabajo en el que laboré para marcas como Victoria’s Secret, Ugg, Nordstrom, It’s Sugar, Rimowa entre otros”, detalló la artista.
Con ese primer paso dado, Maya se preguntó a sí misma ¿y ahora? Pues no es que tuviera mucha experiencia en ese momento de su vida con relación al arte. Así que al principio, la tecnología se convirtió en su mejor amiga para que la guíe en este hermoso proceso de transformación.
“Me dediqué a mirar muchos tutoriales en YouTube, si bien tenía una pequeña noción de la técnica con pintura, no tenía idea de qué tipo de pintura, sea acrílicos, óleos, acuarelas, encajaría mejor conmigo”, agrega con esa sonrisa pícara de que comete una inocente travesura.
“Creo que mi mayor dificultad fue descubrir cada herramienta dentro del mundo artístico, ¡son millones! Millones de marcas, pinceles, tipos de lienzos, etc. No sabía por dónde empezar. Todo esto fue durante la pandemia entonces no tenía muchas opciones”.
Sin duda, esta situación no la amilanó en lo absoluto. Todo lo contrario, la hizo tomar un valentía que ni ella misma sabía que tenía, o tal vez sí, y comenzó a comunicarse son renombrados artistas que contaban con la suficiente experiencia para poder aconsejarla. De nuevo la tecnología, esta vez por las redes sociales, fueron un factor fundamental para introducirse a un circuito de por sí complicado.
“Descubrí artistas espectaculares, no solo en EEUU sino en Australia, México, Malasia, Argentina y otros”, comentó.
Y a punta de tutoriales todo el día, Maya le fue dando forma a su estilo con la técnica de pan de oro. ¿La idea? Lograr detalles únicos en cada obra.
“Me interesa el poder del efecto a nivel psicológico que tiene el color en la percepción del espectador, la mezcla entre texturas y materiales. El arte se transformó en mi mejor expresión visual y busco que cada una de mis creaciones conecte profundamente con las emociones de mi coleccionista”, detalló la joven pintora peruana que actualmente expone sus creaciones en el Manhattan Beach Hometown Fair y Beverly Hills Art Show. . Y para el mes de diciembre ya alista más exposiciones en otras dos importantes muestras de arte de la ciudad norteamericana. ¿Quién dice que los sueños no se cumplen?
Influencias
En esa búsqueda de identidad en el mundo de la pintura halló muchos caminos que seguir, pero solo hubo una artista la ha cautivado tanto como australiana Ashleigh Holmes. Ella se dedica al arte abstracto.
“La suave y neutra paleta de colores que usa en sus pinturas fue lo principal que llamó mi atención, junto con el correcto balance de texturas y marcas en óleo y acrílicos que permiten reconocer su estilo único”, confesó.
Fue después de este revelador descubrimiento que Maya se dio cuenta que cada pieza de arte que elaborara tendría que tener un lenguaje único que la haga reconocible en cualquier parte del mundo como obra suya.
“En este caso las marcas geométricas en acrílico se convirtió en mi “marca personal”; es algo que encontrarás en cada una de mis piezas” dijo a Infobae.
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