Todo en esta vida siempre ha tenido una primera vez. Nada apareció de la nada así como así, por más que los creacionistas digan lo contrario. Para eso hubo una idea, un cerebro y tal vez un sueño por cumplir. Al final, los beneficiados con ciertos descubrimientos han sido los seres humanos que cambiaron determinado punto de vista para siempre.
Como ocurrió con la invención de los rayos X. también conocida como radiografía. Y es que desde su llegada a nuestras vidas, la humanidad ha sido capaz de ver que hay debajo de nuestra piel sin necesidad de realizar corte alguno.
Y en el Perú, esta llegada fue todo un acontecimiento que tuvo su debut a lo grande, pues a los primeros ‘pacientes’ en sacarse una radiografía fueron dos personajes ilustres de nuestra historia: el entonces presidente de la República Nicolás de Piérola y una de las más grandes luminarias de la literatura peruana: don Ricardo Palma.
¿Qué son los rayos X?
En el sentido estrictamente más científico, esta tecnología son radiaciones electromagnéticas que atraviesan la materia orgánica para poder imprimir lo resultados en papel fotográfico.
Aunque depende de que tan densos sean los tejido de cada paciente, estos rayos pueden llegar en mayor o menor cantidad a la placa creando, de esta manera, una imagen en tonos negros, grises y blancos.
Gracias a ellos, ahora se pueden detectar fracturas óseas, inflamaciones, derrames, tumores y más. También existen una gran variedad de aplicaciones y diferentes máquinas de diagnóstico que también usan los rayos X.
El creador de esta técnica fue el físico Wilhem Conrad Röntgen, quien nació en Prusia (actualmente es Polonia, una parte de Rusia y el lado oriental de Alemania) en 1845.
Camino complicado
Llegar a su descubrimiento no fue nada fácil, pues luego de estudiar ingeniería mecánica en Zúrich (Suiza), fue gracias a sus profesores que se metió de lleno al mundo de física experimental.
En este campo, Röntgen hizo carrera como investigador de la conductividad térmica por los cristales.
Al ir ganando experiencia y reconocimiento en el ámbito científico, fue nombrado director del Instituto de Física de la universidad Hessian-Ludwigs, en Giessen, Alemania. Sin embargo, fue como rector de la universidad de Würzburg, Alemania, donde realizó sus primeros descubrimientos gracias a sus experimentos con los rayos catódicos.
¡Eureka!
Hasta que un ocho de noviembre de 1895, mientras trabajaba, Röntgen logró percatarse que una palca de cartón, que estaba cubierta de cristales de platino-cianuro de bario, emitía una extraña luminosidad fluorescente que solo desaparecía cuando era desconectada la corriente. El científico llegó a la conclusión que este fenómeno significaba que la luz atravesaba la placa.
Curioso como cualquiera que se dedica a este campo de las ciencias, Röntgen comenzó con una serie de experimentos solo para descubrir que estos rayos (a los que llamó X pero también son conocidos como rayos ‘Röntgen’) también podían atravesar diferentes tipos de materiales como papel, madera, aluminio, etcétera. Menos el plomo.
Así fue como se dio cuenta que al sostener un aro hecho de plomo podía ser capaz de ver los huesos de la mana de su esposa Anna Bertha Ludwig.
Emocionado por su hallazgo, imprimió la imagen en una placa fotográfica. La primera radiografía de la historia mundial había sido tomada.
La fama no tardaría en llegar pues tras la publicación de su hallazgo, Röntgen se convirtió en una celebridad y toda la sociedad prusiana y europea sabía su nombre.
El resto del mundo también lo haría cuando en febrero de 1896, puso en práctica su descubrimiento para tomarle una radiografía a un brazo fracturado y publicó el hecho en la revista British Medical Journal.
En un principio, debido a la ‘fácil’ que era producir rayos X muchos comercios se dedicaron a esta práctica. Pero al darse cuenta de los peligros que enfrentaban, su uso fue restringido solo para uso médico.
Siendo ya catedrático de universidad de Múnich (Alemania) Röntgen se hizo acreedor del Premio Nobel de Física, en 1901. En esa casa de estudios trabajó hasta el fin de sus días en 1923.
Llegada al Perú
Se podría decir que la llegada de los rayos X a nuestro país se debe más a una linda casualidad que a un trabajo de investigación.
Ocurre que cuando el descubrimiento de Röntgen se vuelve sensación mundial en 1896, el ginecólogo peruano Constantino Tendulio Carvallo Loli (1853-1920) se encontraba en Europa y fue testigo presencial de todo el impactó que causó y consideró que traer una máquina de ese calibre sería un gran avance para su consultorio.
Así que sin perder más tiempo ordenó un aparato para traerlo al Perú. Tan solo diez meses después la máquina Siemens-Halskey ya estaba en Lima, en el despacho particular del doctor Carvallo
Presentación en sociedad
Obviamente un acontecimiento de esa magnitud debía contar con los principales personajes de la época.
Todo sucedió un 22 de octubre de 1896 cuando rodeado de la prensa y de algunos invitados, el doctor Carvallo primero mostró algunas radiografías de varios objetos metálicos, de un gato y hasta de un pez.
Pero eso no fue todo, para terminar con la demostración invitó a dos personas a tomarse las primeras radiografías de la historia peruana. Los elegidos fueron nada más y nada menos que el entonces presidente de la República Nicolás de Piérola y del escritor Ricardo Palma.
En el caso del autor de ‘Tradiciones Peruanas’, se pueden ver sus dedos torcidos y un anillo puesto en el meñique. La toma fue tomada cuando el escritor ya tenía 63 años de edad. Y así fue como la radiología hizo su debut en nuestro país y en toda Sudamérica.
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