Aurelio Quispe, el conductor del transporte ‘Covida’ que recorre Lima desde 1996

La empresa de transporte Federico Villarreal S.A. tiene rutas de autobús que operan en todo Lima incluyendo: Ate, Lince, San Isidro, San Martin, Surco, Lima, Los Olivos, La Molina, Ventanilla.

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Con este honrado trabajo, Aurelio saca adelante a su familia.
Con este honrado trabajo, Aurelio saca adelante a su familia.

Angamos, República de Panamá, Caquetá o Canta Callao. Es probable que hayas escuchado sobre estas avenidas y sus paraderos en algún momento. Por allí podrás ver pasar en ruedas un vehículo anaranjado con detalles blancos. Uno de sus chóferes es Aurelio Quispe Huamán, quien trabaja para la empresa Federico Villarreal, conocida como ‘Covida’, hace más de 26 años.

“Comencé de cobrador en 1992″, recuerda el hoy conductor de uno de los transportes más concurridos por los ciudadanos para acudir a los distintos puntos de Lima para sus deberes. Llegó desde provincia, según comenta a Marca Lima Oficial, y supo avanzar en la vida para ayudar a su familia, como detalla en la entrevista.

A diario trabaja en la ruta de la empresa Federico Villarreal, 'Covida'.
A diario trabaja en la ruta de la empresa Federico Villarreal, 'Covida'.

“Trabajé en la ruta B, que iba de Puente Camote hasta Cajamarquilla. Había mucha competencia y esta ruta tenía pocas unidades y se fue decayendo mes a mes, hasta que se quedaron sin unidades. Me tuve que pasar a la ruta A. Saqué mi licencia y desde 1996 soy conductor hasta ahora, 26 años ya, estoy orgulloso”, relata con emoción Quispe.

La Federico Villarreal S.A. tiene rutas de autobús que operan en todo Lima incluyendo: Ate, Lince, San Isidro, San Martin, Surco, Lima, Los Olivos, La Molina, Ventanilla. La línea más larga es la 9405. La ruta del autobús comienza en avenida Almirante Miguel Grau 476 (Ate) y termina en Sicilia (Ventanilla). Cubre 46 kilómetros y tiene 134 paradas.

Además, también cuenta la ruta que hacen a diario en el autobús, la cual sabe de memoria y sin confundirse de ida y vuelta. Este camino extenso y con gran tráfico en ciertas horas es el recorrido día a día de Aurelio.

Luego de cuatro años como cobrador, Aurelio pasó a ser conductor.
Luego de cuatro años como cobrador, Aurelio pasó a ser conductor.

“Partimos de Santa Clara, pasamos San Greogorio, Carretera Central, Chuletón, Separador Industrial, Avenida La Molina, La Encalada, Angamos, República de Panamá, Corpac (San Isidro), Petit Thours, Canevaro, Salaverry, Cuba, Avenida Brasil, Alfonso Ugarte, Caquetá, Panamericana Norte hasta el Metro de Los Olivos. De allí volteamos a la izquierda y tomamos Avenida Izaguirre, Antúnez de Mayolo, volvemos a Izaguirre y terminamos en Canta Callao”, comenta sin trabarse.

Este trabajo honrado le permite a Aurelio ayudar a su familia. VIDEO: Marca Lima Oficial.

Por otro lado, también habla de su esfuerzo para lograr mantener a su familia y ayudarlos a salir adelante. Con el trabajo en la empresa Villarreal le alcanza para colaborar en el hogar en lo necesario para seguir luchando. “He querido superarme siempre, como era provinciano, mi familia era pobre. Mi trabajo me da para comer, para vestirme, para mantener a mi familia, para los estudios de mi hija”.

El pesado tráfico de Lima

El trabajo de Aurelio no es sencillo, pues según resultados del informe técnico “Costo Económico causado por la congestión vehicular”, elaborado por la Asociación Automotriz del Perú (AAP), se pierden un total de S/ 11,115 millones al año debido al tiempo que pasa un limeño en el tráfico. Se reportó que el 38% de la población limeña pierde una hora y media por el congestionado tráfico que se produce en calles y avenidas de la capital. Este procentaje representa a un millón 919.380 personas del total de la Población Económicamente Activa Ocupada, que reportó el informe de Empleo del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) en el trimestre móvil enero-marzo-abril 2022.

Considerando que la hora laboral equivale a S/8.25, el estudio arrojó que son S/23.75 millones las pérdidas al día, S/ 5,701 millones al año. Esto provoca un gran estrés, no solo de los pasajeros, sino también de los conductores.

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