Un macabro crimen que no pudo ser ocultado. El 28 de octubre familiares de Marcionila Natividad Victorio (39) reportaron su desaparición a las autoridades. La última vez que se vio a la madre de familia fue en el pueblo donde vivía, ubicado en Huamachuco. Los medios comunitarios se encargaron de divulgar este caso para poder hallar su paradero. Fue cuestión de días para que efectivos de la PNP, que contaron con la colaboración de las rondas campesinas, descubrieran la aterradora escena que confirmaba el deceso de la mujer.
Antecedentes del caso
Días antes de su desaparición, la ciudadana inició una demanda de alimentos a su expareja, identificado como Severino Calderón Márquez. La razón de esta demanda fue porque el sujeto se había desentendido de sus cuatro hijos. Ella tenía que buscar los recursos para brindarles alimentos, vestimenta e intentar darles una mejor calidad de vida.
Ambos se volvieron a encontrar en la audiencia judicial. Cuando no se supo cuál era la ubicación exacta de Marcionila, al ser consultado, el hombre aseguró que ella se había encontrado con un individuo, señalándolo como su nueva pareja. Intentó crear una cuartada para no ser tomado como sospechoso, pero las contradicciones terminaron por delatarlo.
Hasta el 31 de agosto de 2022 se han reportado un total de 75 feminicidios a nivel nacional, siendo Lima Metropolitana la región que lidera esta lista.
Viajó más de 500 km para esconder el cadáver
La información que reunieron los efectivos policiales sostienen que el día del juicio se reunieron después de la audiencia en la casa de Victorio. Severino le comentó que había conseguido un trabajo en una parcela, ubicada en el centro poblado Santa Elena en Barranca, Lima. Propuso que ella también asista para que obtenga una remuneración económica. Este solo fue parte del engaño para secuestrarla, retirarla de su hogar y dar rienda suelta a su macabro plan.
Al llegar a un campo de cultivo, y tras pasar 10 horas recorriendo más de 500 km, aprovechó el escenario desolado para tomar una piedra y golpear su cabeza reiteradas veces. La maniató y envolvió en un saco de urea. Cavó un hoyo de un metro de profundidad, y aún estando con señales de vida, la enterró cerca a una línea de conducción de tubería a mitad de un cerro.
Importante: si conoces a alguien o eres víctima de violencia familiar o sexual, comunícate de manera gratuita a la Línea 100 del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
Cuando el feminicida regresó a Huamachuco fue interrogado por los ronderos, quienes lo vieron ingresar a la vivienda de la víctima horas antes de su desaparición. Este no pudo sostener más el engaño y terminó confesando el asesinato. Él se encargó de indicar la ruta que tomó para llegar a Barranca.
Hipótesis
Con la detención del criminal se intenta armar el caso, ya que este pudo tener cómplices para trasladar el cadáver, así como preparar el cuerpo para enterrarlo. Durante la diligencias, se mostró tranquilo y posó para las fotos dentro del patrullero.
Este feminicidio deja a cuatro niños en la orfandad. La reacción del sujeto habría sido porque se negó a pagar 800 soles por el juicio de alimentos que le interpuso su expareja. Los restos de la madre de familia retornaron a Huamachuco donde sus familiares la velaron.
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