Lo conocen como ‘Cesarín’ o ‘Chato César’, tiene 31 años y, para la Policía Nacional del Perú, todas las evidencias recogidas hasta ahora apuntan a que es el autor del triple crimen ocurrido el domingo 30 de octubre en la avenida Cuba (Jesús María) contra barristas del club Alianza Lima.
César Rodolfo Valle Meza, ahora buscado por la justicia, tiene antecedentes por tráfico de drogas, tenencia ilegal de armas y un millonario delito informático. Una fuente en Homicidios lo ha descrito como un “delincuente diestro en el manejo de armas de fuego” y lo acusa de disparar a quemarropa contra Marco Campos Huamonte (41), Carlos Zegarra Soto (32) y Deo Medina Ramírez (21).
La Policía ha revelado este viernes que, previo al triple asesinato, ‘Cesarín’ sustrajo más de un millón de soles de las cuentas bancarias del colegio Santa Rosa de Viterbo, ubicado en la primera cuadra de la avenida Zamacola en Arequipa.
El Tercer Despacho de la Décima Fiscalía del Callao investiga al hincha de Universitario de Deportes, quien actualmente se encuentra no habido, de acuerdo con un informe de Canal N. ‘Cesarín’ habría sido identificado luego de que las cámaras de seguridad de Jesús María captaran su rostro cuando se retiró la capucha de la cabeza.
“La entidad agraviada se perjudicó con la cantidad aproximada de 1 080 000 soles en sus cuentas, que se ha transferido a diferentes personas, que incluso han cobrado en diferentes lugares del país”, señaló la autoridad.
El dinero robado fue repartido entre los integrantes de esta red criminal. A ‘Cesarín’ le encontraron en su cuenta bancaria 98.000 soles y el botín fue retirado en distintas partes del país.
“Fue cobrado en Arequipa, en Chimbote, en Lima, Callao y en el cono norte, lugares donde en forma simultánea ha habido diversa cantidad de personas que han participado en estos hechos. Tenemos en proceso de investigación a alrededor de 17 personas”, añadió.
Ataque planificado
Según La República, que citó a fuentes de la División de Homicidios, el ataque a los tres barristas estuvo detalladamente planificado. “Quienes perpetraron el triple crimen pertenecerían a una facción de ‘El Infiernillo’”, dijo al medio un agente de esa unidad especializada de la Dirincri.
Explicó que los atacantes “sabían que los hinchas de Alianza se dirigían al estadio de Matute por esa ruta (av. Cuba), sin armas, y que todo apuntaba a que el equipo íntimo saldría campeón del Torneo Clausura. Así que se concentraron en malograr la fiesta y llevaron a sujetos armados de Bocanegra”.
Este sujeto, de 1,70 metros de estatura, con solo segundo año de secundaria, natural de Carmen de la Legua-Reynoso y omiso al último proceso electoral, es buscado desde la tarde del domingo último.
Agentes policiales acudieron hasta su vivienda en Bocanegra, Callao. No obstante, su progenitor negó que resida en dicho inmueble y aseguró que no lo ve desde hace un año. Asimismo, están tras los pasos de ocho cómplices del triple crimen.
Desde la Morgue Central, los deudos pidieron justicia, pues los tres fallecidos dejan una familia y sueños truncados. Según la PNP, no tenían antecedentes penales ni policiales.
Marco Campos Huamonte (41), quien era de la barra de Alianza Lima de Jesús María, deja en orfandad a su pequeño hijo, al igual que Carlos Zegarra Soto (32). Este último perdió la vida rumbo al hospital Rebagliati junto a Deo Medina Ramírez (21). Ambos eran amigos de la barra de Pueblo Libre.
Sin ley
La violencia que se infiltra en el fútbol no es reciente. En el 2011, Walter Oyarce, un hincha de Alianza Lima, fue lanzado desde un palco del Estadio Monumental. Este hecho trajo consigo la creación, en el 2013, de la Ley n.° 30037 que sanciona la violencia en eventos deportivos.
Tres años después, se publicó su reglamento, con el que se prohibió varias actividades para evitar disturbios, como las concentraciones en la vía pública y desplazamientos masivos. También se ordenó a los clubes a empadronar a los barristas. Sin embargo, esta ley solo ha quedado en papel.
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