Luego de la primera Guerra Mundial, se empiezan a establecer en los distintos países los modelos de radiodifusión. Esados Unidos, por ejemplo, elegía un modelo privado, donde el estado concede licencias de funcionamiento y atribuye frecuencias para uso comercial a empresas privada. Francia elige un modelo mixto, mientras que Inglaterra uno público, donde el Estado reserva las frecuencias que son administradas por entidades de derecho público con programas orientados a la educación y la cultura. Ahora, en el Perú se optó por un modelo privado.
Así empezó la radio en el Perú
En 1921, durante el gobierno de Augusto B. Leguía, quien quería modernizar al Perú con el modelo de “Patria Nueva”, suscribió un contrato con la empresa Marconi’s Wireless Telegraph Company, donde se le entregaba la “administración completa, exclusiva e irrevocable”, por 25 años de los servicios de correo, telégrafos y similares, los que incluían la radiotelefonía, como se le conocía entonces a la radiodifusión. Este contrato fue muy cuestionado por los medios y la ciudadanía. Sin embargo, con algunas pequeñas modificaciones, fue aprobado por el Congreso.
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Con el objetivo de explotar el negocio de la radiodifusión telefónica en todo el Perú, según se podía leer en su acta constitucional, en 1924 se creó la Peruvian Broadcasting Company. Esta empresa obtuvo los derechos y concesiones de la Marconi’s Wireless respecto de la “radiotelefonía”. Por tanto, se adueñó del negocio, teniendo los derechos sobre la importación, venta y alquiler de aparatos para la recepción y la transmisión de radiodifusión.
César Coloma, Santiago Acuña, Fernando Carvajal y Luis Tirado, de Perú; Paul Widmer, de Bélgica; Ronald M. J. Gordon, de Inglaterra y W. F. Ford, de Estados Unidos), fueron los fundadores de la Peruvian Broadcasting Company
Esta empresa, con siete personas a la cabeza, se propuso crear la primera estación de radio del país: OAX, ahora Radio Nacional del Perú. Los medios como La Crónica, Variedades, El Comercio, entre otros, empezaron a nutrir de información a los ciudadanos de la nueva emisora. Además, un grupo de radioaficionados acogieron con emoción la noticia.
En el jirón Washington, en el Centro de Lima, el 15 de junio de 1925 a las 9:00 p.m., se culminó con la instalación de los aparatos de radiodifusión (similar al del 2LO de Inglaterra) y la estación privada inició sus programas de ensayo con la transmisión de piezas de música y recitales.
Cinco días más tarde, el 20 de junio, OAX es inaugurada por el propio presidente Augusto B. Leguía acompañado de los acordes del himno nacional. A las 11:30 a.m. miles de limenños apostados en la Plaza de Armas y en la Plaza San Martín, donde la noche anterior se instalaron estratégicamente numerosos receptores, pudieron escuchar la voz del gobernador.
Ya en la noche, de 9:00 a 11:00 p.m, los radioescuchas pudieron culturizarse con un programa literario, que era conducido por el peta José Gálvez. De esta forma quedó instaurada la programación de la OAX.
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La emoción y el entusiasmo duró poco, pues a los días los ciudadanos se quejaron de los altos precios de la venta de receptores, que finalmente no compraron. Esta era la principal fuente de ingresos de la Peruvian Broadcasting Company, ya que no tenía publicidad pagada, y no logró el éxito esperado. En setiembre de 1926 la Peruvian Broadcasting Company. anunció su disolución y liquidación.
El gobierno dispuso la adquisición de todos los derechos y propiedades de la empresa, y entregó los servicios de radiodifusión a la Marconi’s Wireless para su administración. Asimismo, dejó sin efecto la exclusividad concedida a la Peruvian Broadcasting Co para la importación de aparatos y accesorios radiofónicos y dio libertad de importación.
También estableció el pago semestral de una libra peruana por derecho de receptor, anulando las licencias para el uso de receptores emitidas anteriormente. Con esto buscaba una mayor difusión, pero el pago semestral del llamado “derecho de antena” no favoreció el aumento del consumo. En ese tiempo se empezó a transmitir mensajes gubernamentales e informaciones sobre actos de interés público.
Finalmente, tras la caída de Augusto B. Leguía, todo quedó bajo la administración de la Compañía Nacional de Radiodifusión. Luego, en 1933, se cambia el nombre a Radio Nacional del Perú. En 1937, durante el gobierno de Oscar R. Benavides, se inaugura el nuevo local en la avenida Petit Thouars, bajo la administración del Estado.
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