La niña de 12 años que la semana pasada cayó desde el cuarto piso del colegio Saco Oliveros de Salamanca, abandonó la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) tras ser sometida a una delicada operación de unas diez horas en el hospital Almenara. El padre de la menor sostuvo que si bien su hija está estable, aún no conocen las consecuencias físicas que vaya a tener, pero considera que el daño psicológico que ha dejado en ella es gravísimo.
“No conocemos aún las secuelas que vaya a tener tras el gravísimo accidente, pero ella viene recuperándose muy bien. Su madre y yo la estamos apoyando mucho. Gracias a Dios ya está en cuidados intermedios y tenemos que estar presente con ella toda la noche”, dijo el padre de la niña.
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Indicó que la operación consistió en la reconstrucción de toda la pelvis y una cirugía a su columna porque tenía la médula expuesta y por esa gravedad es que todavía no conocemos las consecuencias que vaya a tener. Le pido a la gente que siga orando para el milagro de que pueda volver a caminar”, sostuvo en ATV.
Mencionó además que Luhana está despierta, pero no le tocamos nada del tema, sino que tratan de distraerla y “sacarla de esta situación con nuestra presencia. Hacemos llamadas con nuestros familiares y eso la emociona. Ahorita lo importante es el apoyo emocional”.
No quiere hablar del accidente
El padre de la escolar indicó que han tratado de hablar con ella sobre qué es lo que pasó ese trágico día, pero se negó a mencionar algo del tema. “Ella nos pide disculpas, pero nosotros no tenemos nada que disculpar, como padres no la vamos a juzgar, ella es una víctima y uno no conoce la magnitud del daño psicológico. El daño es gravísimo, mucho más grave incluso que lo físico, porque no sabemos cómo va a repercutir en su vida”.
“A la par de toda esta situación, ella necesita una ayuda psicológica urgente. Me imagino que tanto amor que se le ha dado a mi hija, pasar a un ambiente hostil la ha dañado mucho... Se le está dando toda la tranquilidad posible”, dijo Carbajal.
Sobre la situación con el colegio Saco Oliveros, el padre de la niña denunció que están sufriendo un grave maltrato por parte de la institución. “Es increíble que nosotros tengamos que enfrentar este desgaste psicológico y mental que nos está haciendo la institución que, la verdad, me parece que actúa como una mafia”.
“He escuchado a su abogado diciendo que si nosotros no reportamos el bullying cómo ellos se van a dar cuenta. Creo que no tienen conocimiento que hay una ley donde el colegio está obligado a tener procedimientos, detectar, prevenir y ejecutar un plan para la convivencia de los alumnos y evitar el bullying. Cero esos procedimientos”, dijo el padre de familia.
Manifestó que toda esta situación con Saco Oliveros es un desgaste emocional para ellos, porque “el colegio lo único que quiere es lavarse las manos, limpiar su imagen, pero ¿qué va a pasar con mi hija a futuro?”.
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“Ni siquiera hay un pedido de disculpas. Yo quiero que se investigue y se responsabilice a las personas. Que se investigue desde el día uno, desde el primer minuto que mi hija entra al colegio hasta el final y todo el historial de violencia que ella ha tenido en el colegio”, recalcó Jaime Carbajal.
El padre de Luhana sostuvo además que el colegio no está asumiendo ningún gasto económico. “El colegio nada y me indigna porque ponen a su personal comiendo una galleta o tomando un café afuera del hospital y eso no es apoyo psicológico y después se ponen en fila para tomarse una foto y eso no es apoyo. Es ridículo”.
“Esto no es un caso aislado de Luhana. Esto ha destapado un ambiente de violencia en ese colegio y lejos de colaborar o dar solución a otros niños niega que no hay bullying, pero hay material suficiente que hoy es materia de investigación, que muestra que es una institución que no está velando por ellos”, dijo Carbajal muy afectado.
“La verdad es una sola y va a salir a la luz. Yo como padre estoy en búsqueda de esa verdad con las evidencias y por más que mientan y las artimañas que ellos pudieran tener, la verdad es una sola”, finalizó.
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