‘El monstruo de Parcona’: La macabra historia del sujeto que asesinó a 13 niñas

Este despreciable sujeto fue condenado a cadena perpetua luego de un juicio en la que quiso confundir a los jueces.

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(Detrás del Crimen)

El Perú ha sido testigo de miles de crímenes de toda índole. Todos reproblables y condenables desde cualquier punto de vista. Peor aun habiendo descendido hasta el séptimo círculo del infierno de Dante, todavía hay personas que, sin ningún tipo de cargo de conciencia, se atrevieron a atentar contra la vida de los seres más inocentes de este planeta: los niños.

Entre los casos más recordados en este país, se puede encontrar el terrible caso de Nicolás Gutiérrez Mendoza, quien ha pasado a la posteridad como ‘Monstruo de Parcona’.

Este sujeto tuvo en vilo al país entero, entre 1995 y 1996, luego de saberse que violó y asesinó a 13 menores de edad de entre seis y nueve años de edad. En el colmo de la insania, este despreciable sujeto reconoció ser el autor de todos y cada uno de los crímenes que se le imputan sin mostrar ni una sola pizca de remordimiento.

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La historia

Los terribles hechos ocurrieron en el cada vez más lejano 1995 en distrito de Parcona, provincia de Ica. Con algún un capitulo en Villa María del Triunfo, en Lima.

La población de Parcona ya había entrado en pánico, pues en noviembre de ese año ya habían desaparecido tres niñas. Sin embargo, esta genuina preocupación de los pobladores no fue tomada en cuenta por las autoridades locales.

Sin embargo, esta situación de dejadez de miembros de la Policía Nacional cambió radicalmente cuando un cuarto cuerpo fue hallado. Ya nadie sabía qué pensar y ni quién sería ese asesino en serie que tenía en las pequeñas a las victimas preferidas de su locura. Algunas madres de familia preferían dejara sus hijas en casa y no mandarlas al colegio, para que no hubiera chance de que se cruzaran con el enfermo.

Su primera víctima

(Captura: Detrás del Crimen)
(Captura: Detrás del Crimen)

Según los datos recogidos de la prensa de aquella época, la primera inocente que cayó en las garras del ‘Monstruo de Parcona’ fue la pequeña P.A.Q, de tan solo ocho años.

Era un 26 de mayo de 1995 cuando su madre fue a buscarla como todos los días al colegio a la hora de salida, a las cinco de la tarde, pero no la volvería a ver con vida.

Al preguntar, desde el colegio le dijeron que ese día habían salido más temprano y que su hija debía estar con una amiga.

La angustia y la preocupación invadieron rápidamente a la mujer, pues hace poco más de un mes antes, ella y su familia vivían en el Callao y recién se habían mudado a la zona de José Gálvez, Villa María del Triunfo, por lo que la menor no conocía a mucha gente.

Algunos días después, la desolada madre se enteró que en el asentamiento humano ‘19 de Julio’, que un obrero vio a un hombre entrar a una construcción abandonada con una niña en brazos. La misma que parecía estar dormida.

Tras dar aviso a su capataz, fueron en búsqueda del dueño de aquella construcción y con la policía hallaron el cadáver en estado descomposición de la niña.

Desde el momento de la desaparición de la pequeña Palmira, su madre fue a pedir ayuda a la Comisaria de José Gálvez. En cambio, recibió la respuesta que había que esperar 24 horas para empezar la búsqueda. Y cuando pasó el tiempo establecido esta vez los efectivos policiales señalaron que no tenían gasolina para salir a hacer su trabajo.

Fue con la ayuda de la comunidad que se unió y la apoyó en las labores de pesquisa hasta hallar el cuerpo de la niña.

La pequeña Jenny

Terrenos del fundo Buendía, donde hallaron los primeros cadáveres. (Murderpedia)
Terrenos del fundo Buendía, donde hallaron los primeros cadáveres. (Murderpedia)

El ‘Monstruo de Parcona’ volvió al ataque un 30 de enero de 1996. Ese infausto día, Jenny (de tan solo nueve años) había quedado al cuidado de su abuela, mientras su madre salía a vender ropa en el puesto que tenía en el mercado.

Como toda menor inquieta, aprovecha un descuido de su ‘nona’ para salir un rato a jugar con sus amiguitas. De acuerdo con algunos vecinos de la zona, la última vez que vieron a Jenny con vida fue con un sujeto desconocido caminado en dirección al mercado de la zona.

Tras darse cuenta que su hija estaba extraviada, la madre también fue en busca de ayuda de la policía, pero en una falta de responsabilidad total, le dijeron que lo más probable es que esté en la casa con alguna amiguita y seguro al día siguiente iba a regresar a casa.

Al volver a la dependencia policial para pedir que buscaran a la menor, esta vez el pretexto fue que no había unidades ni personal disponible.

Una semana después de la desaparición, el cuerpo ya sin vida de la niña fue encontrado en una laguna de oxidación en una chacra cercana.

Tras este hecho, Gutiérrez Mendoza violó a una menor más y la enterró cerca de la casa de su hermana, donde él también vivía. Tanto sería su desparpajo que posteriormente declararía que él estuvo presente cuando las autoridades procedieron al respectivo levantamiento del cuerpo cadáver.

Por entonces, cuando la Policía por fin se puso las pilas para investigar las desapariciones de tantas niñas, fue uno de los principales sospechosos y hasta fue detenido. Pero los investigadores no hallaron pruebas suficientes para culparlo de nada y cuatro días después fue puesto en libertad. Desde ahí fue llevado a Ica, por su madre.

Fin de la pesadilla

La menor Palmira Arroyo Quispe en foto que sostiene su señora madre, en Villa María del Triunfo. (Murderpedia)
La menor Palmira Arroyo Quispe en foto que sostiene su señora madre, en Villa María del Triunfo. (Murderpedia)

A pesar del ineficiente trabajo de la Policía Nacional, el horror llegó a su final un cuatro de setiembre de 1996 gracias a una bendita casualidad.

Ocurre que aquella tarde de miércoles, los hermanos Carlos (25) y Juan (28) Espino Castillo habían terminado un poco más temprano sus labores en el fundo Buendía (Ica) y decidieron regresar a casa.

En el trayecto venían conversando de los sucesos que eran noticia en el Perú de ese entonces y de los asesinatos de niñas que golpeaba su zona.

De repente, vieron a un tipo de contextura delgada entrando de la mano de una niña a una choza abandonada. Esto les llamó poderosamente la atención y fueron a investigar de qué se trataba tan extraña escena.

Con el más absoluto sigilo se acercaron hasta la puerta, que estaba llena de basura, y la abrieron de golpe. Lo que vieron los llenó de furia, indignación e impotencia. Adentro de la casucha estaba la niña semidesnuda y Nicolás Gutiérrez apunto de violarla.

Viéndose sorprendido, el cobarde sujeto intentó huir llevando un puñal en la mano. Mientras Carlos se quedó auxiliando a la menor, Juan salió detrás del atacante hasta que lo alcanzó cerca de la ciudad. Sostuvieron una pequeña gresca, hasta que logró reducirlo con ayuda de algunos vecinos para llevarlo hasta la policía.

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Confesión y juicio

Nicolás Gutiérrez, primera foto del fichaje. (Murderpedia)
Nicolás Gutiérrez, primera foto del fichaje. (Murderpedia)

Una vez puesto a disposición de las autoridades, Nicolás Gutiérrez no tuvo mayores reparos en confesar todos y cada uno de sus crímenes.

Durante el proceso quiso confundir a los jueces cambiando de historia cada vez que era interrogado por los hechos. Finalmente fue condenado a cadena perpetua en el penal de Cachiche.

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