Para Rafael Correa, expresidente de Ecuador, la segunda “ola progresista” de Gobiernos de izquierda en Latinoamérica “es mucho más heterogénea” que la primera debido que sus representantes han dejado de “proteger los procesos de cambio”.
En una entrevista con TVP Noticias Internacional el último sábado, Correa puso como un mal ejemplo de la región a Gabriel Boric, mandatario de Chile, y Pedro Castillo, de Perú.
“En la primera [ola progresista] por supuesto había diferencia entre Néstor Kirchner y quien le habla, con Lula, con Chávez, pero había una lealtad enorme entre nosotros, había cariño real, confianza y hasta complicidad. Sin embargo, para afuera protegíamos estos procesos de cambio. Esto no veo en esta nueva ola progresista”, dijo.
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Seguidamente, el exjefe de Estado criticó que Boric cuestione el régimen de Venezuela sin condenar el bloque comercial a este país. “Más parece un enemigo de Venezuela, no habla del bloqueo, sino del agredido, son cosas incomprensibles”, dijo.
A continuación se refirió al mandatario peruano, cuya gestión —matizó— no se asemeja a un Gobierno de izquierda.
“Tenemos a un Pedro Castillo que llegó, ni él se lo esperaba, no estaba preparado para gobernar, y se ha entregado totalmente a la derecha. Le llaman todavía gobierno de izquierda, eso no es un gobierno de izquierda”, añadió Correa, quien en la elección pasada celebró la victoria del líder de Perú Libre frente a Keiko Fujimori.
Bajo mirada de Correa, actualmente “hay una derecha más prevenida y preparada”, a diferencia de inicios del siglo, por ello instó a que la izquierda latinoamericana “debe ser auténtica”.
“La derecha actual está dispuesta a todo, por eso vemos la extrema derecha que la utiliza a la derecha más moderada con los medios de comunicación, con sus discursos de odio, para que cuando ya aniquilen al enemigo, ahí vuelven a ser humanistas, a hablar de democracia, cuando ya no hay peligro”, siguió.
El clip con estas declaraciones fue compartido por Vladimir Cerrón, fundador de Perú Libre, organización que llevó a la presidencia a Castillo. En julio pasado, este último consumó su ruptura al apartarse formalmente del partido.
La izquierda gobierna América Latina
Por primera vez en la historia, las cinco principales economías latinoamericanas estarán gobernadas por la izquierda, que debe enfrentarse a un panorama macroeconómico muy diferente al de la Marea Rosa de comienzos de siglo, cuando los precios de las materias primas estaban por las nubes y la región no había sufrido los embates de una pandemia y una guerra en el corazón de Europa.
El ajustado triunfo este domingo en Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva sobre el actual mandatario, Jair Bolsonaro, ha cerrado un mapa que empezó a dibujarse en julio de 2018 con el triunfo en México de Andrés Manuel López Obrador y en octubre de 2019 cuando el peronismo volvió a la Casa Rosada de la mano de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.
Le siguieron Pedro Castillo en Perú, que también se impuso a Keiko Fujimori por un estrecho margen, y más recientemente Gabriel Boric, en Chile, y Gustavo Petro, que en agosto pasado se convirtió en el primer presidente de izquierdas que gobierna en Colombia. Se suman a este movimiento Luis Arce en Bolivia, Xiomara Castro en Honduras y Laurentino Cortizo en Panamá.
Sin embargo, este avance de las opciones progresistas poco se parece al de la anterior Marea Rosa, cuando una sucesiva oleada de triunfos de los candidatos de izquierda entre 1998 y 2005 apartó del poder a los gobernantes conservadores en Venezuela, Argentina, Chile, Brasil, Bolivia, Uruguay y Perú.
Quedaba atrás una etapa caracterizada por políticas neoliberales que se tradujeron en apertura comercial, desregulación de sectores productivos estratégicos y privatización de empresas públicas.
Dos décadas después, este nuevo impulso de la izquierda regional enfrenta un complicado panorama debido a circunstancias políticas que socavan el Estado de derecho y provocan una pérdida de confianza de los ciudadanos en las instituciones democráticas a causa de la inequidad social, la pobreza, la corrupción generalizada, el ascenso del populismo y la presencia del crimen organizado, entre otros factores.
“Lo que estamos viendo en América Latina es a la gente votando contra los que están en el poder, castigándolos y mandándolos a la oposición”, dijo a EFE Patricio Navia, profesor titular de estudios liberales de la Universidad de Nueva York
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