Los perros de Deng Xiaoping: El día que Sendero Luminoso inundó Lima de animales muertos

El grupo terrorista quiso protestar de esta manera por los cambios que se dieron en China a principios de los años 80.

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Un policía desata a uno de los siete perros que aparecieron ahorcados y apaleados en las calles de Lima (Perú) la mañana del 26 de diciembre de 1980 (Caretas)
Un policía desata a uno de los siete perros que aparecieron ahorcados y apaleados en las calles de Lima (Perú) la mañana del 26 de diciembre de 1980 (Caretas)

Uno de los mayores flagelos que ha sufrido el pueblo peruano en el siglo XX fue el ataque cobarde e inmisericorde del grupo terrorista Sendero Luminoso que se cobró miles de vidas de inocentes y dejó enormes daños a la infraestructura privada y publica que costaron millones de soles.

Pero el hambre asesino de este grupo terrorista no solo se basó en asesinar a otros seres humanos que no pensaban como ellos o que se negaban a seguir las ideas de una política ya obsoleta cuando ellos la toman como bandera de su luchar armada.

En su camino también arrasaron con animales de toda índole. Según el semanario Hildebrandt en su trece, la banda dirigida por el ya fallecido Abimael Guzmán mató a más de dos millones de animales entre asesinó vacas, ovejas, carneros, alpacas, cabras y hasta perros y peces.

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Sus zonas ‘preferidas’ para darle rienda suelta a sus más insanos instintos fueron las regiones de Junín, Ayacucho, Huancavelica y Puno.

Puede sonar a chiste de mal gusto pero no lo es, Sendero Luminoso mataba a los animales de linaje, a los mejores ejemplares que transmitían sus genes. El motivo que daban era que estas inocentes criaturas formaban parte del sistema imperialista.

(Caretas)
(Caretas)

“Si el ganado venía de Nueva Zelanda, por ejemplo, decían que formaba parte del capitalismo burocrático, un término maoísta”, explicó Harold Rafael Chávez, un veterinario que durante la década de los años 80 fue gerente de una Sociedad Agrícola de Interés Social (SAIS).

Otros de los animales que sufrieron las crueldades de estos sujetos fueron los perros.

Para el triste recuerdo quedará lo que vivió Lima la mañana del 26 de diciembre de 1980, cuando en varias calles de la capital peruana se pudieron observar a hasta siete perros callejeros colgados en postes en importantes avenidas. Este lamentable suceso se conocería posteriormente como ‘Los perros de Deng Xiaoping’.

Las razones

Dentro de sus ideas, esta violenta acción tuvo su justificación para los miembros del grupo terrorista en el giro que dio en la economía china Deng Xiaoping, mientras fue líder supremo (1978 hasta 1989).

Esta apertura del gigante asiático fue el inicio de lo que ahora la ha convertido en una superpotencia.

Esta apertura poco ortodoxa no fue del agrado de Abimael Guzmán quien se consideraba a sí mismo como el mayor seguidor de fundador de la República Democrática China, Mao Zedong. Justamente estas ideas se alejaban de lo que un principio propugnaba ‘el gran timonel’.

“Abimael creía ser el máximo seguidor de Mao y quería ser reconocido como el único a nivel mundial en enfrentarse a Deng Xiaoping, a quien consideraba un traidor”, acotó el exmiembro de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) Carlos Tapia.

(The China Project)
(The China Project)

Era tal la admiración que sentía Guzmán por Mao Zedong que durante su vida llegó a viajar hasta dos veces a la naciente republica China para ser testigo de primera mano de toda la Revolución Cultural y aprender todo lo posible sobre el maoísmo..

El egocentrismo del líder terrorismo llega a tal punto que llegó a creer que sus ideas, el pensamiento Gonzalo, eran la ‘cuarta espada’ del comunismo acompañando al marxismo-leninismo-maoísmo.

Tras la muerte de Mao (en 1976), y una intensa lucha interna con Hua Guofeng, finalmente Deng Xiaoping se hizo del poder y no tuvo problema en calificar como un rotundo fracaso todas las políticas maoístas que solo había traído una gran hambruna en su población. En ese sentido, el nuevo líder tomó otro rumbo diametralmente opuesto al de su predecesor.

Este cambio de rumbo en China fue tomado como una ofensa personal por Guzmán quien llegó a considerar como traidor, seguidor del camino capitalista y ‘perro’.

Lamentablemente, a comienzos de la década de 1980, el gobierno peruano cometería un error que le costó carísimo al país: y es que no trató con la debida seriedad las primeras acciones subversivas de Sendero Luminoso. Eso a pesar que para finales de 1980 el grupo terrorista ya había cometido más de 200 atentados en todo el país.

Fea Navidad

A las seis de la mañana del 26 de diciembre de 1980, el primer perro muerto fue divisado entre las avenidas Tacna y Nicolás de Piérola. Además, del can colgaba un letrero que advertía que al cadáver le acompañaba una bomba.

Ante esa tensa situación, hasta el lugar llegó personal de Escuadrón de Emergencia de la Guardia Civil para retirar ala animal muerto y comprobar que la amenaza era falsa.

Según el jefe del mencionado escuadrón, Armando Mellet, dio cuenta que la inocente víctima fue asesinada a palazos y ahorcado. Para colmo, el perro tenía un tubo de plástico metido en el hocico.

En el trascurso de ese día, seis perros más fueron encontrados fueron encontrados de igual manera en diversos puntos de Lima.

Dónde fueron ubicados los perros

· Esquina de la Avenida Tacna con Nicolás de Piérola.

· Cruce de jirón Moquegua con la avenida Tacna. Aquí se halló el primer cartel escrito con el nombre “Teng Siao Ping”.

· Avenida Tacna Nº 413, En este lugar se encontró el cartel con la frase “Teng Siao Ping hijo de perra”, frente a Las Nazarenas.

· Avenida Emancipación con jirón Camaná, cerca de la actual estación Jirón de la Unión del Metropolitano.

· Jirones Lampa y Cuzco.

· Jirón Lampa y la avenida Nicolás de Piérola, cerca de la estación Colmena del Metropolitano.

· Avenida Abancay con Nicolás de Piérola.

(Correo)
(Correo)

A pesar de macabro del hecho, tuvieron que pasar varios años para que Sendero Luminoso reconozca su autoría, pues en un principio las autoridades limeñas no tenían la más mínima sospecha de quien pudiera haber sido el culpable. Simplemente señalaron que se trata de un grupo comunista no especificado.

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Según Carlos Tapia, la idea y la orden fue dada de manera directa por el propio Abimael Guzmán.

“Por eso Abimael Guzmán mandó a colgar a esos perros. Fue como un mensaje que quiso dar para que el mundo supiera que en el Perú había un grupo de comunistas, maoístas, y sobre todo seguidores de la Revolución Cultural que odiaban al ‘perro de Teng Siao Ping’”, dijo.

Finalmente, la fecha escogido por los senderistas no fue una mera casualidad, pues ese 26 de diciembre coincidía con el natalicio de Mao Zedong.

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