Secuelas del bullying. Tenía tan solo 14 años cuando quedó postrado en una cama del Hospital del Niño por una fractura en la columna vertebral. Su delicado estado fue el resultado de un daño constante que recibió por parte de sus compañeros de colegio. En abril del 2010 se oscureció su vida cuando recibió una brutal golpiza de tres estudiantes del colegio nacional Micaela Bastidas, en Canto Grande, San Juan de Lurigancho.
Clinton Maylle, quien llegó a la capital desde Huánuco, intentó familiarizarse rápidamente con el entorno y no ser apartado. Burlas, humillaciones y golpes se hicieron presentes por el simple hecho de “ser provinciano”, como especificó su padre Ambrosio. Esta fue motivación suficiente para que sus acosadores aprovecharan una desolada calle para sacar el odio que le tenían.
Según datos de “SiSeVe”, hasta abril del años 2022, un total de 874 estudiantes de colegios públicos y privados en el Perú denunciaron agresiones físicas, psicológicas o sexuales.
Ataque a un menor de edad
Al salir de clases, siguió su ruta por el mercado de Motupe. Fue en ese punto donde lo tomaron por los brazos, tumbándolo de inmediato por los golpes que le propinaron, uno detrás de otro. Cuando lo arrojaron al suelo con una fuerza imparable le ocasionaron una lesión en la columna que lo dejó parapléjico. Sumado a ese diagnóstico, lo que le hicieron agravó la tuberculosis ósea que padecía. Pasadas las horas, el adolescente no emitió alguna queja, soportó, calló y siguió yendo a la escuela para seguir conviviendo con los agresores.
El padre de Clinton resaltó que la violencia física no fue lo único que debió tolerar, también los discursos de odio, donde lo atacaban con insultos y dirigiéndose a él de manera despectiva: “cholo, serrano, provinciano”.
Pese a que la familia de uno de los agresores identificados por el estudiante intentó desvanecer su participación, solicitando que cuente la verdad, la versión de la víctima no se cuestionó, y fue respaldada por las autoridades de diferentes sectores, quienes le brindaron ayuda para que su recuperación sea rápida.
La nueva vida del “símbolo del bullying en Perú”
Pasaron más de 10 años desde aquel momento que le cambió la vida para siempre a Clinton Maylle. El tiempo no permitió que su historia se olvide, y ha estado presente en los medios de comunicación. Sobre su vida como adulto, él se ha dedicado a la música, tocando diversos instrumento y como cantante.
Su caso involucró a artistas y autoridades en el país para sumarse a una campaña contra el bullying en las escuelas.
Dedica sus días a ser un pastor religioso, y llevando la palabra de Dios, se ha convertido en una inspiración para su comunidad. Lleva consigo su pasado y lo expone las veces que sean necesarias para dar a conocer que sí existe la superación.
“Dios te llama. Ven a él. No importa qué problemas puedas tener, él te espera con los brazos abiertos”, escribió en su red social Facebook.
A los 14 años deseaba convertirse en ingeniero o congresista, pero el destino le preparó un escenario totalmente diferente. Según sus propias palabras, perdonó a quienes lo dañaron y dejaron huellas imborrables. El joven que no se limitó a nada, recorre el Perú predicando y ayudando a otros para que gocen de una vida plena.
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