Un intento de parricidio fue alertado en la región de Apurímac. Las autoridades policiales señalaron que una menor de edad intentó envenenar a su madre porque días antes le había decomisado su teléfono celular. El hecho ha causado conmoción en la población sureña.
El lamentable hecho se registró en la comunidad de Puiso, ubicada en el distrito de San Jerónimo, provincia de Andahuaylas, donde los vecinos alertaron a la Policía Nacional del estado de salud de una mujer de 38 años de edad que aparentemente había sido intoxicada de forma intencional.
Los agentes informaron que la joven madre fue encontrada en su vivienda en aparente estado de envenenamiento por lo que fue trasladada al centro de salud de la zona. Luego de ello, regresaron al domicilio para averiguar que fue lo que pasó, pues habían recibido una llamada telefónica con mayores datos sobre el caso.
Grande fue la sorpresa de los efectivos cuando encontraron en el lugar a una menor de 15 años de edad, hija de la víctima, quien confesó que vertió una sustancia pesticida en los alimentos de su madre en represalia por el decomiso de su celular.
De inmediato, la menor fue conducida a la Comisaría de San Jerónimo, con pleno conocimiento del representante del Ministerio Público (MP) y la Fiscalía de Familia-Andahuaylas. Luego fue puesta a disposición, en calidad de retención, a la Unidad Especializada DEPINCRI-Andahuaylas para iniciar las investigaciones correspondientes.
Ahora, la adolescente es acusada de haber cometido el presunto delito contra la vida, el cuerpo y la salud en la modalidad de homicidio en grado de tentativa, en agravio de su propia madre. Las autoridades se encuentran evaluando cuál será el futuro de la menor.
Según la información de ‘RPP Noticias’, actualmente, la madre de la menor se recupera en el Hospital de Andahuaylas.
¿Qué es el parricidio?
El concepto refiere al crimen que comete una persona contra un familiar cercano como: su madre, su padre u otro pariente con quien mantenga un vínculo de sangre directo, ya sea descendente o ascendente.
En el Perú, este delito es sancionado con una pena no menor a quince años de pena privativa de la libertad, según lo que menciona el Código Penal. Asimismo, la pena máxima es de cadena perpetua.
En nuestro país, los casos más sórdidos y recordados que se han dado son el que cometió Paul Lizano Ramos (19) cuando acuchilló y mató a su padrastro, en Lurín, en el 2018. El lamentable hecho ocurrió luego de que ambos tuvieran una discusión en las instalaciones de su vivienda.
En el 2014, otro escalofriante homicidio acabó con la vida de Vylma Gabriela Niño de Guzmán (63), quien fue asesinada en su casa de La Molina por su propia hija E. T. N., de 14 años –quien vivió casi dos meses junto al cadáver–.
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