Mariela Barreto no soportaba más ocultar una información tan importante para el país, sabía que el Perú debía de conocer todo aquello que sucedía a espaldas de las personas. Fue así que se juntó con Leonor La Rosa y juntas decidieron filtrar información y documentación clasificada a la prensa
Barreto sabía que este accionara podría significar poner en riesgo su vida, pues eran pocos los que miraban a los ojos del gobierno de aquel entonces. Alberto Kenya Fujimori Fujimori era el presidente de aquellos años y su mano derecha era Vladimiro Ilich Lenin Montesinos Torres. Nadie podía ir en contra de lo que ambos dictaminaban y así lo demostró la historia de Mariela Barreto.
Problemas políticos de gran calibre y terrorismo eran las características principales del Perú en 1997, pero nada pudo oscurecer aquel trágico hecho en la historia del país. Era el 23 de marzo de aquel año, cuando una noticia escalofriante alertó a los peruanos. Una escena del crimen realmente macabra se ubicó en el kilómetro 25 de la carretera de Canta.
Una bolsa plástica alertó a las personas del lugar. Un curioso adolescente decidió abrirla mientras el sol iluminaba la escena y al hacerlo halló un torso humano sin brazos, ni cabeza, ni manos.
Las autoridades llegaron al lugar, la noticia se esparció y todos los peruanos querían saber de quién se trataba y qué ocultaba aquel descuartizamiento. ¿Cómo era posible semejante accionar?
Según los oficiales, era probable que los asesinos hayan pretendido que el cuerpo no fuese ubicado jamás; sin embargo, un lunar fue suficiente para dar con la identidad de aquella parte humana, se trataba de Mariela Lucy Barreto Riofano (28) una suboficial del Ejército peruano y agente del Servicio Inteligencia del Ejército del Perú (SIE).
El torso fue trasladado a La Morgue, el padre de Mariela fue quien logró identificarlo.
Fue Iris Chumpitaz, compañera de Mariela Barreto del Grupo Colina, quien dio aviso a sus padres mediante una lamentable llamada telefónica.
Pero, ¿por qué una suboficial perteneciente al SIE terminaría mutilada de tal forma? La respuesta estaría en un descubrimiento que no pudo ocultar, pues la vida de varias personas estaba en peligro. Los reflectores se posaron sobre su expareja, Santiago Enrique Martín Rivas, líder del escuadrón de la muerte, Grupo Colina, el cual obedecía fielmente las órdenes del gobierno de Alberto Fujimori.
Mariela Barreto y Santiago Martín Rivas se conocieron e iniciaron una relación amorosa; sin embargo, con el pasar del tiempo la etapa dulce del amor se tornó gris y Mariela decidió dejar a Martín en el pasado y así lo hizo. Ambos tenían una hija, pero eso no fue impedimento para soltar aquella tormentosa relación.
Barreto estaba harta de las humillaciones públicas y el maltrato que recibía por parte de Martín, pero a ello se sumó toda la información que revelaba la peligrosidad de su exmarido y el entorno al que pertenecía, el grupo Colina.
La información que la exsuboficial conocía era confidencial, pues se planeaba la muerte de conocidos periodistas opositores al gobierno de Fujimori, entre ellos se encontraba el destacado hombre de medios, César Hildebrandt Pérez-Treviño.
La vida de varias personas estaba en juego y es así que decidió hablar con la prensa y filtrar la información, tal como lo hizo su par, Leonor La Rosa. La información reveló también el lugar en donde se encontraban los restos de los asesinados de La Cantuta.
Pasó algún tiempo y reinició su vida amorosa al lado del suboficial del Ejército, Elmer Valdiviezo. Él fue testigo de las revelaciones que le hizo Barreto sobre el comportamiento de Santiago Martín, a quien describió como un hombre escalofriante.
Sabía que su vida estaba en peligro. Mariela era investigada desde 1996 por la Inspectoría del Ejército bajo la acusación de información calificada a la prensa sobre diversos casos. Para tener argumentos sobre la investigación, el gobierno de Fujimori ideó el Plan Tigre, el cual hacía caso a las órdenes de Vladimiro Montesinos. La consigna era clara: se debía eliminar a toda persona que filtrara información a la prensa, pues era considerado “traidor” de aquel mandato.
Fue así que, bajo aquel pretexto documentado y avalado por el Estado, finalmente se interceptó a Mariela Barreto en enero de 1997 y los interrogatorios se dieron hasta en el Pentagonito, llegando a los sótanos del SIE.
Las torturas estuvieron presentes y duraron más de dos meses, pero Mariela no estaba sola, ella se encontraba embarazada de su segunda hija, razón por la cual la internaron en ocasiones en el Hospital Militar.
Su nombre ya sonaba en diferentes partes y era relacionada con el “Plan Bermuda”. Dio a luz poco antes de ser ejecutada, su hija fue acogida por los padres de Barreto.
No regresaba a casa y era raro, pues sabía que tenía una recién nacida que necesitaba alimentarse de la leche de su madre. La buscaron, pero nadie daba razón.
Fue encontrada despedazada en una bolsa de basura en la carretera de Lima-Canta el 23 de marzo de 1997, pero esta información recién se dio a conocer a la opinión pública el 6 de abril.
Se trataba de un aparente feminicidio, o al menos así lo hicieron creer; sin embargo, tras las filtraciones hechas, la población y periodistas independientes comenzaron a atar los hilos de esta escalofriante historia. Mariela sabía mucho, ella sabía las atrocidades que se habían realizado y las que se planeaban realizar, pero no era bienvenida porque no estaba de acuerdo con todo lo que la cabeza de aquel equipo, Vladimiro Montesinos quería hacer.
La solución para el Grupo Colina era eliminarla y vender la historia como un feminicidio atroz y así lo hicieron.
Se le quiso inculpar una supuesta filtración a La República sobre la creación del túnel en la embajada de Japón, pero no fue así. El medio salió a desmentir dicha aseveración, dejando en claro que la hipótesis planteada por el grupo del Gobierno era falsa.
Martín Rivas no trabajó solo, pues nada se hacía sin la orden de arriba, es decir, de sus superiores. Y así fue, en un video grabado desde la clandestinidad afirmó que Alberto Fujimori creó el Grupo Colina.
En el 2010 fue condenado a 25 años por el caso de La Cantuta, pero sobre la muerte de Mariela Barreto han pasado 25 años de impunidad.
DATO: Durante la investigación del cuerpo se supo que fue mutilada aún estando con vida.
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