Para muchos jóvenes peruanos, viajar a la capital es uno de sus principales objetivos a realizar, considerándolo un destino donde las oportunidades para salir adelante son mayores, en comparación al contexto que pueden enfrentar en el interior del país. Este pensamiento también lo tuvo Marisol Estela Alva, una joven de 25 años que dejó a su familia en Cajamarca para llegar a Lima y poder convertirse en profesional, eligiendo la carrera de Enfermería.
Por medio de sus redes sociales, exponía lo solo y triste que se puede convertir el migrar a Lima, donde no solo tienes que adaptarte a un escenario desconocido y nuevo, también a lograr calmar la preocupación y necesidad de estar cerca a sus familiares. Pese a la distancia, la estudiante tenía una comunicación constante con sus seres queridos, informándoles lo que hacía para que estén tranquilos.
Esta interacción se vio interrumpida inesperadamente en a finales de noviembre del 2018, cuando dejó de responder su celular sin una razón específica. Aunque se manejó la hipótesis de que se encontraba viajando a su lugar de nacimiento-como lo tenía planeado- esta versión se desvaneció.
El principal sospechoso de su desaparición fue Luis Estebes Rodríguez, ex suboficial del Ejército del Perú, con quien tuvo una relación de seis años.
La escena del crimen
Con el caso expuesto en medios de comunicación, las autoridades y civiles se unieron a la búsqueda. Para el 4 de diciembre, y teniendo como base una información emitida por unos vecinos, los efectivos de la PNP se acercaron a un terral ubicado a la altura de la cuadra 67 de la avenida Pachacútec, en Villa El Salvador.
Los datos indicaban que cuatro personas usaron una excavadora para intentar esconder algo. Implementos de construcción y un olor nauseabundo daban señales de lo que se había enterrado. Un barril fue el recipiente donde se colocaron los restos de la mujer, siendo la escena del crimen de un feminicidio.
Estaba en posición fetal y con signos de haber sido degollada y quemada. Para evitar que queden rastros que permitan identificarla, la rociaron con ácido muriático, cal y cemento. Las pruebas de luminol en el cuarto de la víctima, ubicado en SJL, despertaron la hipótesis de que habría sido asesinada dentro de la vivienda donde vivía.
Principal sospechoso
Tras descubrir la atroz escena del crimen a tres metros de profundidad, que evidenciaba este cruel feminicidio, quedaba la duda en el aire, ¿quién pudo ser capaz de cometer este asesinato? Familiares de Marisol, quienes lograron reconocerla por su uniforme blanco, precisaron que su expareja la acosaba pese a que su relación ya había terminado.
Incluso, Panorama accedió a unos audios en los que revelaban la cadena de mentiras que ocultaban su presunta participación. El sospechoso indicó que no sabía del paradero de la estudiante, ya que creía que había viajado a ver a su familia.
Otro caso delató sus celos que lo consumían. Él se hizo pasar por la víctima y se contactó con Wilmer Vargas, su nueva pareja, para citarlo y verse cara a cara. Aprovechó el tiempo para contarle cómo vivió su relación, hecho que le causó extrañeza al enamorado.
Un cadáver y su asesino en libertad
En el 2018, cuando se encontró el cuerpo, la Fiscalía actuó y determinó que Luis Estebes Rodríguez debía dar explicaciones. Una de los detalles que lo vincularon al crimen fueron algunas prendas que tenían la sangre de Marisol. Sumado a ello, la sospecha de que pudo solicitar ayuda para atacarla y enterrarla.
En este tiempo que se encontraba como no habida, por medio de un messenger se comunicaba con algunos parientes, aunque se presume que alguien habría usurpado su identidad y cuentas.
Las investigaciones anunciaron que cuatro hombres, de nacionalidad venezolana, fueron contratados para hacer una excavación y colocar un objeto (el cilindro). Precisaron que estos colaboradores no tenía conocimiento lo que había en su interior. Por esta razón, fueron detenidos, pero liberados al poco tiempo.
¿Dónde está el principal sospechoso?
Han pasado varios años desde el feminicidio de Marisol Estela Alva y aún los culpables no están siendo castigados por la justicia peruana. La crueldad y ensañamiento que se tuvo con ella quedaron en un caso más sin ser cerrado en su totalidad.
Sobre Rodríguez, sindicado como el presunto feminicida, se encuentra viviendo en una plena libertad. El Programa de Recompensas del Ministerio del Interior lo tiene en estado de requisitoriado, ofreciendo S/20,000 por información de su paradero.
Para denunciarlo, cualquier ciudadano puede llamar de manera anónima, gratuita y confidencial a la línea 0800 40 007. Hasta el cierre de esta publicación, la lista de buscados cuenta con la identificación de 27 hombres, 24 de ellos por el delito de feminicidio y tres en grado de tentativa.
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