El precio de la salud mental: cuánto invierte un peruano en atención y tratamientos

En Perú, el estigma y la discriminación siguen siendo factores que obstruyen la búsqueda y obtención de ayuda en personas que viven con trastornos de salud mental, afectando seriamente su camino de recuperación.

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Si tú o un familiar
Si tú o un familiar necesitan orientación llama gratis al 113 opción 5 o acércate al centro de salud más cercano.

El inicio de la pandemia en el año 2020 abrió una ventana para exponer las problemáticas entorno a la atención de ciudadanos sobre la salud mental. La ansiedad, depresión y otros trastornos de conducta causó que miles de personas, de diferentes edades, busquen ayuda. Los escenarios en los que nos desenvolvemos también afectan nuestro estado, desde el ámbito laboral hasta el familiar.

Sin caer en exageraciones, en nuestro presente nos encontramos enfrentando las consecuencias de un problema de salud pública que el Perú ha tratado de afrontar, pero que no se da abasto. Los números alarmantes de profesionales disponibles para diagnosticar y tratar debe generar preocupación. El país solo cuenta con 30 mil psicólogos y 1196 psiquiatras habilitados para una población con más de 32 millones de habitantes.

Según precisa “Consulta Amigable” del MEF, en Lima se invierte S/13.60 por habitante del presupuesto designado a salud mental. Su opuesto es Moquegua, que entrega S/58.2 por ciudadano.

¿Es difícil recibir ayuda en Perú?

La cancelación de citas, el no encontrar fechas disponibles para ser atendidos por una crisis o “no ser una emergencia” para obtener el apoyo profesional en los servicios del Estado son algunas escenas que arrastran a los peruanos a que soliciten atención en el privado, por medio de clínicas o con personal que atiende en consultorios independientes. Sumado a esto, tener acceso a las videollamadas y contacto directo por plataformas de mensajería, como WhatsApp, para estar acompañados en el proceso de bienestar.

El Estado destina menos del 2% del presupuesto del sector a la salud mental. La brecha para cubrir la demanda de atención aún sigue siendo grande.

¿Cuánto dinero invierte un peruano en su salud mental?

Es preciso indicar que, la Ley de Salud Mental N°30947 define que la evaluación médica en salud mental es voluntaria, por lo que nadie debe ser obligado. En este punto se valora el deseo de mejoría que tiene cada persona, y esto nos lo puede confirmar Carmen, quien a la edad de 29 años tomó la decisión de no callar y expresar aquello que no la dejaba vivir plenamente.

El camino que recorrió fue por la vía privada, al cual no todos pueden acceder, siendo consciente que la inversión sería mayor en comparación con lo ofrecido en un centro médico estatal. El primer gran paso fue comunicarlo a su familia para recibir el soporte emocional e involucrarlos en lograr su objetivo.

Continuó con la búsqueda de un profesional que la asesorara y diagnosticara. Carmen acudió a una psiquiatra quien le recomendó trabajar en colaboración con un psicólogo para que el tratamiento cubra todas las vértices necesarias. El proceso no es corto, no es de una sola visita pasajera que pone fin al problema. Sí, toma tiempo, en el que se evalúa y determina qué otros aspectos analizar.

Con el dinero que entrega el gobierno al sector salud, este es destinado para financiar actividades preventivas y recuperativas, pagar al personal de los centros comunitarios y hospitales, adquirir medicamentos, equipamientos, y movilización de especialistas.

Presupuesto para sanar

Ya lleva dos años trabajando en su salud mental, y aunque ha intentado abandonar los tratamientos, no lo ha hecho. Quiere vivir sin obstáculos en su bienestar que afecten su comportamiento y desarrollo. Al inicio, requirió dos sesiones al mes con psiquiatría (100 soles por cada cita), y por su avance, se redujo a una vez cada 30 días.

Sobre la asesoría psicológica, tiene una sesión por semana, la cual tiene un costo de 70 soles. Sumado a ello, el tener la facilidad de comunicarse con la profesional en caso de presentar una crisis. La comunicación no solo es con el paciente, también con un familiar que pueda apoyar en el proceso. Las terapias grupales, otro servicio que se debe considerar en determinados casos, tiene un valor de 170 soles mensuales, en las que aprende herramientas y recibe conocimientos.

El problema de la medicina genérica

Sertralina, mirtazapina, escitalopram, risperidona y ácido valproico -que se venden con receta médica- son algunos fármacos que son recetados, de acuerdo al diagnóstico recibido. Los precios suelen variar, todo dependerá de que si en la farmacia tienen disponible la versión genérica o comercial. Para adquirir estos productos, un peruano puede llegar a pagar entre 180 y 200 soles al mes.

El Minsa tiene un discurso claro. Todos los peruanos tenemos el derecho de exigir que se nos venda medicamentos genéricos. Farmacias y boticas deben de tener estos elementos disponibles, al menos los esenciales. De no cumplirse, el usuario puede elevar una denuncia al DIGEMID.

Otro alcance valioso es el del Observatorio Peruano de Productos Farmacéuticos. El ciudadano puede consultar en esta plataforma que locales tienen los medicamentos requeridos y su precio.

No estás solo en este camino

La creación de redes de comunicación y orientación es un gran primer paso para destruir los estereotipos. Aunque muchos apuestan por recibir una atención privada, en el país contamos con algunas alternativas que vela el Estado para recibir la asesoría que requerimos.

- Línea 113 Salud: accede a este servicio telefónico marcando la opción 5. Te conectarás con especialistas de la salud mental que brinda soporte emocional y orientación sobre los cuidados y acciones a tomar.

- Centros de Salud Mental Comunitarios: aquellos ciudadanos que requieran una atención más especializada, o con un diagnóstico, podrán acercarse a cualquiera de sus instalaciones. Click aquí para conocer las sedes.

- Instituto Nacional de Salud Mental: la plataforma del gobierno precisa que en el horario de lunes a sábado, de 8:00 a. m. a 4:00 p. m., se brindará la atención a pacientes con una historia clínica de problemas de salud mental.

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