La decisión de la Organización de Estados Americanos (OEA) de activar la Carta Democrática Interamericana y enviar una misión a Perú no debe entenderse como un respaldo a la versión del presidente Pedro Castillo de que en el país se estaría promoviendo “modalidades de golpe de Estado” alterando el orden e institucionalidad democrática, así lo explicó Ramiro Escobar, internacionalista y profesor de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM), en conversación con Infobae.
“Lo que ha hecho el Consejo Permanente de la OEA es un respaldo a Pedro Castillo como presidente democráticamente elegido. La opinión de la OEA, a través de la misión que va a enviar al Perú, sobre lo que está ocurriendo, es algo que van a dar al final, después de hacer gestiones diplomáticas con el Congreso y otros actores para ver qué está ocurriendo”, explicó el analista.
Sin embargo, aclaró que la OEA no va a imponer nada, sino que podría sostener reuniones con el jefe de Estado, el Congreso, la Fiscalía de la Nación, el Poder Judicial y otras instancias de poder.
“Yo creo que debería hacerlo, y seguramente también lo hará, con organismos de la sociedad civil y partidos políticos”, indicó.
Escobar indicó que una vez que la organización culmine su informe final, este será elevado a la Comisión Permanente de ese mismo organismo. En el caso más drástico, si consideran que hay un real riesgo para la institucionalidad en el Perú, realizarán una asamblea extraordinaria y emitirán un pronunciamiento pudiendo suspender al Perú de la OEA.
“Sin embargo, eso está muy lejos del escenario actual porque (...) en este caso la OEA está viniendo a auscultar lo que ocurre y a examinar la situación. No a pronunciarse si hay un golpe de estado o no porque simplemente no se ha producido”, dijo.
Recordó que el llamado que hizo el presidente es que existiría un riesgo de que un golpe ocurra por lo que la misión vendrá a constatar si hay elementos para confirmar si la percepción del jefe de Estado es real.
Por otro lado, el informe final también podría incluir un llamado al diálogo entre los poderes del Estado en conflicto.
“Eso es una noticia penosa porque pareciera que tendría que venir alguien de afuera para poder sentarnos a conversar. Una muestra de inmadurez democrática”, expresó, pero mencionó que, por otro lado, también se podría ver como una noticia alentadora en tanto que Congreso y Ejecutivo por fin podrían optar por el diálogo.
Otra de las posibilidades del desenlace de la misión de la OEA es que elaboré un informe que no sea favorable al presidente Castillo en el que se indique que el jefe de Estado estaría incurriendo en una serie de errores y haga referencia a las denuncias en su contra.
Pese a ello, a favor de Pedro Castillo estarían algunos hechos que este menciona en el pedido a la OEA, como el intento de vacancia que fue expreso por parte de algunos congresistas desde el primer día de gobierno.
“No sabemos cómo será el informe final, pero lo lógico es que se pronuncie sobre todos los problemas que hay, no solo los de un lado. En ese sentido puede que no salga bien parado el presidente, pero tampoco el Congreso y la Fiscalía (...) La misión de la OEA va a registrar todo lo que pasa. Es una voz más neutral y no va a ponerse la camiseta de nadie”, concluyó.
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