María Marimacha, la niña que profanó una tumba, robó un corazón y tuvo un trágico final

Un relato oral urbano que ha acompañado a las generaciones. Como dicen los abuelos de la casa, hasta el momento no se conoce si fue un mito o un cruel crimen en el Perú.

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La historia de María Marimacha ha sido adaptada a libros y películas, siendo un relato que no solo se quedó en una leyenda heredada.
La historia de María Marimacha ha sido adaptada a libros y películas, siendo un relato que no solo se quedó en una leyenda heredada.

De pequeños hemos recibido enseñanzas por parte de nuestros familiares, muchos de estos compartidos por medio de cuentos o historias que nos han dejado la duda sobre su origen, así como cuestionarnos qué tan ciertas pueden ser. Estas tenían una finalidad de advertir o dejar algún tipo de lección a quienes escuchaban los relatos, que por lo general eran manifestados por los abuelos o familiares de una edad avanzada.

Entre las leyendas que han circulado en Lima por décadas se encuentra la historia de una niña, quien tuvo un trágico final en su vivienda tras llevarse algo enterrado en un popular cementerio. Lo que ocurrió con ella provocó que los pequeños no permanezcan hasta tan tarde en las calles, ni mucho menos que desobedezcan a sus padres.

Niños jugando con una cometa.
Niños jugando con una cometa.

La historia de María Marimacha

El misterioso relato nos presenta a María, una pequeña que no pasaba de los 10 años, quien no encajaba en el perfil tradicional de una niña.

Ella prefería escapar de cualquier responsabilidad hogareña, como cocinar, lavar o cuidar a sus hermanos. Le gustaba hacer otro tipo de actividades que despertaran su curiosidad. Al ver que no cumplía con sus obligaciones en casa, un día, su madre le pide que haga las compras para el almuerzo.

El encargo era sencillo, comprar corazón, hígado y aceite para preparar unos deliciosos anticuchos. A regañadientes, aceptó, no sin antes hacer una parada para jugar canicas con sus vecinos. Participar de esta comunidad en la que solo se incluían varones causó que le pusieran el apodo de María Marimacha.

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La palabra marimacha es un adjetivo que señala a las mujeres que, por la forma de su cuerpo o acciones, se asemejan a un hombre; y que se aleja de todo aquello que comprende ser femenina. Este concepto se conservó por mucho tiempo, en el que los roles de género se dividían y uno no podía hacer lo del otro. En la actualidad, esto ha cambiado, dando paso a la igualdad de condiciones.

Su intento por quedarse unos minutos jugando la llevó a apostar lo único que tenía en su bolsillo, un billete de 20 soles, el cual le entregaron para que compre los insumos en el mercado. Su poca experiencia no la ayudó en aquella oportunidad, perdiendo el dinero en una apuesta.

Anticuchos en el cementerio

Al caer la noche se dio cuenta que no había comprado nada. Las tiendas estaban cerradas, y por ende, el mercado también. No quería decepcionar a su madre, ni mucho menos quedarse sin comer. Un impulso hizo que vaya hacia el cementerio de la zona. Miró los nichos y vio que uno estaba fresco, recién colocado. Con sus manos abrió el cajón y se encontró con el cadáver de un señor.

Ataúdes fuera del Cementerio General El Ángel, en Lima, Perú. REUTERS/Sebastián Castañeda. NO REVETA. NO ARCHIVOS
Ataúdes fuera del Cementerio General El Ángel, en Lima, Perú. REUTERS/Sebastián Castañeda. NO REVETA. NO ARCHIVOS

Encontró una botella de vidrio, la rompió y usó para abrir el cuerpo y sacarle el corazón. Lo último en que pensaba es ser vista, aunque sabía que era casi imposible, ya que en la noche nadie pasaba por el camposanto. Vio sus manos llenas de sangre y solo atinó a escapar, no sin antes, envolver el órgano en unas hojas que encontró.

Sin dinero y con el corazón en su poder, tomó otra botella que halló, la cual usó como envase para colocar su orina y hacerla pasar como aceite. Algunos creen que María hizo esto para no decepcionar a su madre, quien era la única que veía por ella y sus hermanos.

Cuando llegó a su casa, entregó los productos que le pidieron. Su mamá preparó los anticuchos, sirvió la mesa, pero la pequeña no dio ni un solo bocado, aunque era su platillo favorito. Horas más tarde, se quedó sola en su habitación porque decidió no ir al cine con su familia.

La palabra anti (“Andes”) y kuchu (“corte”) al unirse significan “corte de los Andes”.
La palabra anti (“Andes”) y kuchu (“corte”) al unirse significan “corte de los Andes”.

Mientras intentaba conciliar el sueño, escuchó una voz espantosa que la llamaba: “María Marimacha, sé lo que hiciste. María Marimacha, devuelve mi corazón”. Aunque confiaba en que nadie la haya visto, por temor se escondió en su armario.

Cuando sus parientes regresaron, la llamaron para regalarle un dulce, pero ella nunca respondió. Su hermana subió a ver si estaba bien, pero la encontró muerta, con el pecho abierto y sin su corazón. Nadie pudo explicar lo que sucedió ni se encontraron sospechosos o culpables. Un vecino que caminaba por el lugar escuchó un grito, pero dedujo que un niño estaba jugando.

Pese a que tiene todas las características de ser una narración ficticia y de terror, por muchas décadas causó pesadillas y miedos entre los más pequeños, quienes no querían encontrarse con María.

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