“[…] Sobre mi pecho llevo tus colores Y están mis amores contigo Perú Somos tus hijos y nos uniremos Y así triunfaremos contigo Perú [...]”
Es una de las estrofas más conocidas de la canción “Contigo Perú”, que es considerada casi un himno en el país. Sus letras e interpretación corresponden a la creación de dos de los más grandes cantautores peruanos, Óscar Avilés Arcos, Augusto Polo Campos y Arturo Cavero Velásquez, más conocido como “El Zambo Cavero”. Este último dejó de existir hace 13 años, enlutando a toda una nación.
Sus restos fueron velados en uno de los principales centros culturales del país, el Museo de la Nación. El Rey del criollismo, así lo reconoció Polo Campos, otro ícono peruano.
El “Zambo” Cavero, el inicio de una leyenda
Nacido en el corazón de una familia que amaba la música, Arturo Cavero Velásquez llegó al mundo en el callejón conocido como la Banderita Blanca del Centro de Lima y cerca de la cuadra 11 de la avenida Abancay un 29 de noviembre de 1940.
Su madre, Digna Velásquez, perteneciente a la cultura afroperuana era natural de San Luis de Cañete y su padre, Juan Cavero era un residente de Huaral.
Sus primeras influencias musicales estuvieron a cargo de su madre, con quien comenzó a entonar el vals “Alma mía”.
A los 12 años, su familia se muda a la altura de Mesa Redonda.
Con el pasar de los años decidió iniciar su vida musical. Es así que conoce al compositor Juan Criado y con 16 años comienza su largo camino musical. La percusión fue el instrumento que lo cautivó.
Siguió una carrera pedagógica y se graduó a los 21 años. Posteriormente, obtuvo su título en la Universidad Federico Villarreal. Destacó profesionalmente, y culminó su maestría titulada “El folklore y la educación”. Obtuvo el prestigioso reconocimiento de las Palmas Magisteriales.
La voz que persistirá
Fue a los 30 años que comenzó a estremecer los escenarios musicales, junto al guitarrista Óscar Avilés. En los años 70 nacerían las mejores canciones que el Perú escucharía de aquel género. El trío perfecto estaba compuesto de la siguiente manera: las letras a cargo de Augusto Polo Campos y las interpretaciones fueron hechas por el “Zambo” Cavero y Óscar Avilés.
El repertorio abarca “Cada domingo a las doce, después de la misa”, que fue la primera canción. También están “Nuestro Secreto”, “Y se llama Perú” y “Contigo Perú”.
Sus amigos pusieron en evidencia la exquisita sazón de su madre, aquella que el Zambo Cavero, aseguraba era de las más ricas que había probado.
“El mejor cau cau con su juguito y hierbabuena, sin duda es el de doña Digna”, sostuvo Augusto Polo Campos en una entrevista para Sucedió en el Perú.
Su hija Moraima Cavero, destacó el orgullo que siente por su padre al mencionar que “a pesar de su origen humilde, logró todo lo que se propuso, a nivel personal y profesional”.
Aliancista hasta la muerte. Le dedicó una canción al equipo blanquiazul, llamada “Arriba Alianza Lima” y también creó junto a Óscar Avilés el tema “Alejandro Villanueva” en honor al icónico futbolista de Matute.
Para 1987, junto a sobresalientes figuras peruanas, tales como Luis Abanto Morales, Jesús Vásquez, Óscar Avilés y Augusto Polo Campos, viajó a Washington D.C., lugar en el que fue premiado por la Organización de los Estados Americanos, debido a su contribución con la música de las Américas.
Pasaron los años y sus canciones se iban perpetuando cada vez más.
Sin embargo, una noticia opacó la tarde de los peruanos el 9 de octubre. Cavero había ingresado el 5 de octubre a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Edgardo Rebagliati Martins en Lima, debido a una septicemia ocasionada por su obesidad mórbida.
Pasaron cuatro días y a las 12:55 horas del 9 de octubre, el Perú se cubrió de luto. El Zambo Cavero, había fallecido. Sus restos fueron enterrados el 11 de octubre, no sin antes recorrer el Palacio de Gobierno y la Iglesia de las Nazarenas.
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