Las elecciones regionales y municipales en Perú nos dejó un nuevo panorama político. Por un lado, Rafael López Aliaga y Renovación Popular se impusieron de manera contundente en Lima Metropolitana. Por el otro, en los gobiernos regionales se eligieron a personajes con serios cuestionamientos que no hacen más que agudizar la precariedad de los partidos y la fuerte influencia de los movimientos regionales.
Expertos consultados por Infobae explican ambos fenómenos que nos dejó el último domingo.
Al 100% de actas contabilizadas por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), López Aliaga es el virtual nuevo alcalde de la capital. Al respecto, la politóloga Katherine Zegarra señaló que la diferencia del empresario hotelero para conseguir la victoria sobre su rival Daniel Urresti “no fue demasiado grande debido a que tenemos un electorado muy fragmentado”.
Además, agregó que el líder conservador fue un candidato que no se desempeñó de la mejor manera durante la campaña. Un ejemplo para Zegarra fue que López Aliaga ni siquiera respondió a las preguntas ciudadanas en los debates que los que participó. Sin embargo, reconoció que mostraba ciertos conocimientos en otros temas como en ayudas sociales y la seguridad ciudadana.
Para la especialista en Ciencias Políticas, el triunfo de López Aliaga también se debió en gran medida porque ya tenía un capital ganado en Lima tras lo ocurrido en las elecciones generales del año pasado. Por ello, acotó que su gestión en la comuna metropolitana podría tener un discurso más confrontacional con el Gobierno de Pedro Castillo, pero, en términos de peso político, el cargo municipal tiene serias limitaciones.
“[Rafael López Aliaga] Puede hacer el papel que el propio exalcalde Jorge Muñoz tuvo al mostrarse como oposición y crítico del gobierno, pero eso no significó un apoyo para él mismo. Hay que considerar los límites que conlleva ser alcalde de Lima. En términos discursivos puede presentarse como alguien de oposición, pero, en términos generales, es bastante limitado”, analizó.
Ayer, López Aliaga descartó una reunión con el presidente Castillo. Además, se ratificó en su expresión que es un “corrupto” al tener seis investigaciones en la Fiscalía de la Nación.
Consolidación de la marca
Katherine Zegarra consideró que la marca de Renovación Popular se ha consolidado en Lima tras ganar una importante cantidad de distritos. Esta percepción es compartida en cierta medida por el psicólogo social Hernán Chaparro, quien consideró que la agrupación de López Aliaga obtuvo presencia en distritos que tiene altos y menor recursos económicos en la capital.
Los últimos datos de la ONPE muestran que Renovación se impuso en 12 de los 43 jurisdicciones limeñas. Así, podemos mencionar que triunfó en San Isidro, Miraflores, San Borja, La Molina, Lince, Barranco, La Victoria, Pueblo Libre, Jesús María, Breña, Chaclacayo y Punta Negra.
Además, el exdirector del área de estudios de opinión del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) añadió que López Aliaga desplazó al fujimorismo del mapa político de Lima, pero tuvo otros rivales muy fuertes como Podemos y Alianza para el Progreso que han logrado alcaldías en distritos populosos de la capital.
“La gestión de López Aliaga, a diferencia de Urresti, será mucho más política. Eso le va brindar cierta visibilidad a Renovación Popular”, anotó.
Regiones, otra realidad
Mientras en Lima se hablaba de la consolidación de Renovación Popular, en las regiones se percibe otra realidad. Según los resultados de la ONPE, varios nuevos gobernadores han sido elegidos a pesar de tener graves cuestionamientos.
César Acuña terminó electo en La Libertad. A pesar de que el líder de Alianza para el Progreso protagonizó unos audios con Lady Camones, quien perdió la presidencia del Congreso por hablar sobre la creación del distrito del Alto Trujillo, logró el 35.04% de votos válidos. Actualmente, afronta una investigación fiscal por el delito de tráfico de influencias.
De otro lado, Wilfredo Oscorima se impuso en Ayacucho con 48.52% de votos válidos. En 2015 fue uno de los más buscados por la Policía debido a que fue sentenciado cinco años de cárcel por delito contra a administración pública por la compra irregular de maquinarias valorizadas en S/20 millones cuando fue gobernador de esa región en 2014.
Otro caso preocupante es el de Luis Ramón Torres, quien es nuevo gobernador de Tacna. Esta persona hizo campaña desde casa porque cumple arresto domiciliario porque está investigado de pertenecer a una red criminal llamada “Los Limpios de Tacna”.
Igualmente, Zósimo Cárdenas, del movimiento Sierra y Selva Contigo Junín, ha sido elegido como nuevo gobernador regional de Junín. Actualmente, se encuentra incluido en más de 40 carpetas fiscales como imputado, por delitos como peculado, colusión, abuso de autoridad, asociación ilícita y omisión de funciones.
Rohel Sánchez, nuevo gobernador de Arequipa, tiene un rosario de denuncias e investigaciones judiciales desde abuso de autoridad, usurpación, organización criminal, malversación de fondos, colusión y otros.
Sobre este panorama, Hernán Chaparro sostiene que existe una gran interrogante de cómo se termina eligiendo en el interior del país. “Aparentemente, ya se asume que todos son corruptos y se buscan otros criterios a la hora de elegir”, indicó.
“La corrupción se normaliza. Hay algunos estudios que hablan de la laxitud moral, donde, claro, finalmente, en la medida que percibes que la corrupción es extendida, te adaptas a ella y terminas escogiendo en función a resultados pragmáticos y esta lógica de ‘que robe, pero que haga obra’ y la da la impresión que eso está presente, lo cual obviamente es más que preocupante. Eso quiere decir que ya, digamos, el nivel de intolerancia de la gente y adaptarse a una lógica de resultados de gestión, va en curso. Ya los parámetros del buen vivir se dejan de lado para adaptarse a lo mínimo”, zanja el investigador.
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