Esta semana se hallaron las 76 tumbas de niños sacrificados hace unos mil años en rituales religiosos de la cultura Chimú en el santuario de Pampa La Cruz, Huanchaco, en la región La Libertad.
Gabriel Prieto Burméster, director del Programa Arqueológico Huanchaco (Pahuan), indicó que gracias a los resultados de los 80 fechados radiocarbónicos se permitió concluir que estos sacrificios a menores de edad se dio durante 450 años.
En conversación con Agencia Andina, el arqueólogo mencionó que se desarrolló el último proceso de excavación entre julio y agosto de 2022. También confirmó que hubo seis eventos de sacrificios, que datan entre los años 1050 y 1500 después del nacimiento de Jesucristo. Hasta el momento, ya hay 302 niños desenterrados en la zona.
La exhumación de los cadáveres se dividió en dos partes: montículo I, donde se descubrieron 25 tumbas de niños; y las otras 51 fueron encontrados en el montículo II. En el primer montículo, hay cinco niñas que están sentadas cabeza con cabeza, en una especie de círculo.
Prieto Burméster, quien es nativo de Huanchaco e investigador de la Universidad de Florida (Estados Unidos), manifestó que los cuerpos de los menores enterrados se encuentran con los pies al este y la cabeza hacia el oeste, dando la espalda al océano, algo que se repite con todos los cadáveres de esos años. Este sacrificio de la cultura Chimú era para “consagrar y abrir los campos de cultivo que los chimús habilitaron alrededor de esa época”.
Después de unos años, relató el arqueólogo, los chimús se extendieron militarmente y territorialmente al norte del Perú, por lo que los otros niños fueron enterrados “con trajes y tocados con plumas”.
“Además, por las deformaciones craneanas quizás esos menores estarían viniendo de Lambayeque y del valle Jequetepeque o Chicama. Es probable que un par de ellos hayan sido traídos desde Casma (región Áncash)”, dijo.
Los otros eventos ocurrieron entre 1300 y 1450, con la consolidación del imperio Chimú. Los menores fueron sepultados con taparrabos, camisas de color blanco y turbantes; y todos tienen un corte en el esternón.
Con este descubrimiento, se reconoce que los sacrificios humanos fueron “una parte estructural dentro de la religión de los chimús para celebrar y glorificar a su estado”, agregó el investigador.
Los sacrificios de niños
El director del Programa Arqueológico Huanchaco (Pahuan) expresó que una de las razones para que la cultura Chimú eligiera Pampa La Cruz para sus sacrificios sería porque sus antecesores, los moches, lo hacían allí debido a que desde 2019 se han localizado 31 entierros asociados a esta cultura peruana.
No obstante, la cultura Moche enterraba a personas de 40 a 50 años de edad que habrían sido guerreros, con el rostro destrozado por un mazazo.
Otra teoría, aseguró Prieto Burméster, es que los chimús eligieran ese lugar porque hay una vista privilegiada en el cerro Campana, considerado como sagrado para esta cultura, ya que frente al mar, según la leyenda, habría llegado Taykanamo a fundar el reino del Chimor.
Finalmente, otra razón es que Huanchaco es el límite norte del valle de Moche, un territorio que fue conquistado por los chimús a los lambayeques.
Financiamiento
El investigador peruano se llevó muestras para un análisis para conocer de dónde proviene el montículo II, aunque Luis Flores, arqueólogo residente del Pahuan, manifestó que “creemos preliminarmente que esta ha sido una huaca abandonada y se ha reutilizado para realizar allí los entierros de los sacrificios de niños”.
El explorador quiere seguir excavando en el montículo II en 2023; hasta la fecha solo se han excavado 144 de los 720 metros cuadrados, que pertenece a esa huaca.
El financiamiento de las excavaciones en la zona de Pampa La Cruz fue por parte de la Universidad de Florida; el apoyo financiero de la estudiante de doctorado Rachel Witt, becaria de la National Sciencia Foundation y alumna del doctor John Verano. Justamente ella analizará la química de los isótopos estables de los huesos encontrados como parte de su tesis doctoral.
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