Su corta edad no fue impedimento para proteger al ser que le dio la vida. Un pequeño de tan solo tres años se enfrentó a un grupo de delincuentes que encañonaron a su padre para quitarle la camioneta que conducía.
El hecho se registró en Pachacamac, cuando padre e hijo llegaban a su vivienda y fue en la puerta de esta que los ladrones se acercaron con pistolas en manos para reducir a la familia. En ese instante, el niño no dudó en abalanzarse encima de estos malhechores para impedir que lastimen a su papá.
Según las imágenes que captó una cámara de videovigilancia, se pudo ver cómo es que estos delincuentes llegaron hasta la vivienda situada en la ampliación Los Jazmines de José Gálvez, cuando fue interceptado por los hampones armados.
El padre, quien hace poco llegó con su familia a la capital, aseguró para las cámaras de América Televisión que prefieren regresar a su natal Apurímac porque la delincuencia en la capital está muy desbordada.
“Es preferible regresar a mi tierra, Apurímac porque seguir aquí (en Lima) la vida no vale nada. Eran tres sujetos y uno de ellos tiene cojera. Como me resistí en un primer momento me tiraron golpe con la cacha en la cabeza y pierdo conocimiento”, contó el padre de familia.
“Abracé a mi hijo y lo tuve cerca de mi pecho para protegerlo. Ahí es donde le cae un ladrillazo a uno de los delincuentes y ya pude escaparme y entrar a mi casa. De ahí salen, mi esposa y mi hermana y les tiraron piedras”, agregó para el matinal.
Tanto el padre de familia, el niño de tres años y los otros familiares del agraviado resultaron ilesos de este violento intento de robo de una moderna camioneta en Pachacamac. Los testigos aseguraron que la banda que llegó al lugar eran venezolanos por el acento al hablar.
Un vecino murió tras ataque
Luego de que se frustre el robo de la camioneta ante la hazaña del pequeño niño, los ladrones empezaron a huir de manera despavorida, ya que los vecinos salieron con piedras y palos para ahuyentarlos.
Fue en ese momento que los delincuentes empezaron a tirar balas al aire para dispersar a la enardecida población que quería lincharlos, cansados de tanto robo en la zona. Fue en ese momento que lamentablemente Sin embargo, uno de los proyectiles disparados por los maleantes impactó contra un residente lo que provocó su muerte.
Se traba de Enrique Moisés Rosas Nolasco, quien deja una esposa y cinco hijos en la orfandad. “Por favor su apoyo porque los niños son huérfanos y ahora no tienen ni para comer”, expresó la madre de los niños quien ahora se han quedado sin padre y desamparados.
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