La vida está hecha de de momentos, y esos recuerdos se almacenan en la memoria. Pero puede ocurrir que al llegar a cierta edad se nos vayan olvidando las cosas, o puede ser algo aún más grave si se trata de una enfermedad. Este 21 de setiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, uno de los principales tipos de demencia que afecta a los adultos mayores.
Esta enfermedad neurodegenerativa se presenta principalmente en adultos de edad avanzada, y aunque es raro, también hay casos en personas más jóvenes. En entrevista con Infobae, la neuróloga del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas, Marcela Alvarado Morales explicó que el principal síntoma del Alzheimer es olvidarse de las cosas.
“Los olvidos son parte normal del ser humano hasta cierto punto. Como parte de nuestra memoria recordamos, procesamos y hay cosas que vamos olvidando como parte normal del aprendizaje, pero llega un punto en el que sale de la normalidad”, explicó y señaló que la alerta está en los olvidos que ponen en riesgo a la persona, como dejar la puerta abierta, la cocina prendida, o claves de tarjetas.
Detección temprana
La neuróloga enfatizó en la importancia de diagnosticar esta enfermedad en etapas leves, porque es ahí donde se puede realizar un tratamiento para rehabilitar la memoria a través de terapias cognitivas. “Se trata de evitar que la enfermedad progrese, aunque no se puede frenar su avance, porque no existe un fármaco ni terapia de rehabilitación que detenga al 100%, pero se puede hacer que el avance sea más lento. Es lo que apuntamos a hacer actualmente”, puntualizó.
Los pacientes con Alzheimer pueden llegar a olvidar desde nombres de integrantes de su familia, hasta funciones básicas como ir al baño solos, asearse, vestirse e incluso comer. Cuando la enfermedad continúa avanzando lleva al paciente a ser 100% dependiente de su cuidador.
Cuando la enfermedad es detectada se inicia un tratamiento con fármacos que ayudan a retardar el avance de la enfermedad, pero también hay otra área importante en la atención integral del paciente.
“También se debe ayudar en la neuropsicología para evaluar las funciones superiores de un paciente con Alzheimer como el raciocinio, juicio lenguaje, un examen global”, indicó la especialista del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas. Además, destacó que la terapia psicológica es un soporte importante porque muchos de los pacientes sufren de ansiedad y depresión.
Acompañamiento psicológico es vital
En entrevista con Infobae, la psicóloga y psicoterapeuta Lorena Pastor destacó que la atención psicológica de los pacientes diagnosticados con Alzheimer en sus inicios es vital porque los ayuda a entender la enfermedad, aceptarla y prepararse con estrategias para las dificultades que se puedan presentar a futuro.
Las terapias no solo incluyen atención psicológica, sino además se trabaja en la memoria, atención y concentración, lenguaje, praxias, gnosias, orientación, razonamiento, habilidades visoespaciales y viso perceptivas y funciones ejecutivas. La psicóloga también recomienda que los pacientes diagnosticados con este tipo de demencia realicen actividades físicas. “Toda intervención temprana tendrá un mejor pronostico, mientras más rápido se detecte y se ataque la enfermedad con terapias es mucho mejor. Se nota la diferencia entre una persona que ha hecho terapia y las que no”, agregó.
“Es un tratamiento complejo y es importante que cuando se diagnostica a un paciente con Alzheimer se arme un equipo de tratamiento: el psicológico, neurólogo, psiquiatra, terapeuta físico, enfermera; donde todos estén comunicados y trabajen en función a las necesidades del paciente”, expresó.
El tratamiento debe ser familiar
Cuando la enfermedad avanza, los pacientes con Alzheimer pueden llegar a tener alucinaciones visuales, pierden el sueño por la noche, no controlan esfínteres, y lo más doloroso para la familia es cuando deja de reconocerlos. Es por ello, que la atención psicológica para los miembros de la familia y especialmente para la persona encargada de su cuidado es fundamental.
“El trabajo con la familia es prioritario porque se les debe ayudar a entender cómo tratar al paciente. Cuando tienen las herramientas pueden detectar en qué etapa se encuentra el paciente y pueden saber qué tipo de respuestas dar o cómo hacer para lidiar cuando dejan de ser reconocidos”, explicó Lorena Pastor.
Es importante que la familia reciba acompañamiento psicológico para prepararlos para los avances que tendrá la enfermedad en el paciente, ya que ellos también sufren. “Emocionalmente hay un sufrimiento, pero es mejor llevado con acompañamiento especializado”, sostuvo.
Además, destacó que el soporte familiar es parte indispensable del tratamiento, porque el aspecto emocional de los pacientes los ayuda. “Un paciente que emocionalmente no está bien acelera su deterioro, el estado de ánimo se vuelve muy variable y aparecen enfermedades como la depresión, lo que complica el diagnostico haciéndolo más complejo”, puntualizó.
Apoyo constante
La neuróloga Marcela Alvarado enfatizó que el hecho que el Alzheimer sea una enfermedad incurable no significa que no haya nada por hacer. “No es que nos quedemos de brazos cruzados. Si tenemos un familiar con Alzheimer, hay que acudir al especialista porque se pueden hacer varias cosas por ellos para darles la mejor calidad de vida posible y darles lo mejor hasta el final”, manifestó.
Asimismo, como medida preventiva, recomendó, ejercitar el cerebro con lectura compresiva, ejercicios constructivos como los rompecabezas, cubos rubik, y ejercicios mentales. Además, de realizarse un estudio neuropsicológico anual.
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