Desde tener dos piedras para usarlas como arco a usar tres ramas viejas para formar la portería o desde jugar en un terreno descampado a poder alquilar una canchita. Esas ganas de juntarnos entre amigos con el pretexto de practicar deporte. El no tener un trofeo que disputar, pero si poder pelear por la gaseosa o por algunas monedas que pueda hacer más competitiva la acción que realizamos. Todos esos componentes hacen que uno pueda disfrutar de una buena “pichanga”.
Esta es una palabra que en el vocabulario o léxico peruano ya está muy inmersa en nuestro día a día, ya que la utilizamos casi en todo momento cuando queremos proponer alguna competición deportiva que tenga que ver con el fútbol y esto se manifiesta en cualquier momento, ya sea entre amigos del barrio o con los compañeros de trabajo.
Una “pichanga” siempre va a significar un momento para poder despejarse y, a su vez, va de la mano con hacer deporte para el bienestar de la salud.
Comúnmente cuando tratamos de buscar el significado al vocablo “pichanga” siempre hacemos alusión a un partido de fútbol informal, que habitualmente se realiza sin árbitros en terrenos reducidos y mal delimitados, con arcos imaginarios o señalados con un par de objetos en donde el número de jugadores puede ir oscilando y la duración va desde un tiempo limitado o hasta que los jugadores se sientan cansados de tanto correr.
Cosa distinta al significado que maneja la RAE, donde señala que la palabra es de origen quechua, pero que en Argentina puede significar un vino que no se ha terminado de fermentar y que en Colombia se relaciona más con el acto sexual.
Según un artículo de la Universidad Nacional de Piura, escrito el 29 de marzo del 2021 por Carlos Arrizabalaga, indica que la acepción futbolística de “pichanga” seguramente se toma de la acepción de desorden que tiene el jugar entre amigos.
También se dice que “pichanga” es de origen quechua, derivada del verbo “pichay”, que significa limpiar. Además, también se relaciona con “pichana”, manojo de ramas y también se le suele llamar así a la escoba.
Por otra parte, Martha Hildebrandt explicaba en el año 2015 que, en el Perú, Bolivia, Ecuador y Chile, significa un partido informal de fútbol o fulbito. Es así que de esta manera se puede llegar a la conclusión que mayormente, sobre todo aquí, en territorio peruano, la palabra “pichanga” siempre la vamos a terminar relacionando con el jugar a la pelota, como comúnmente se le conoce.
Además, existen quienes viven de las “pichangas” con apuestas, también llamadas “estafas”. Normalmente se disputan partido de 5 contra 5 o 6 versus 6 y la apuesta es de 10 soles por cabeza como mínimo. El tiempo es aproximadamente de 25 minutos, partido en 10 en el primer tiempo y 15 en el segundo.
Por otro lado, algunos ven esto como un negocio rentable y realizan campeonatos denominados “torneos relámpagos” en donde aprecia, tal vez de manera más intensa, la habilidad que se puede tener con el balón, sin perder la esencia de lo que es una partido de fulbito (o “pichanga”) que tiene como finalidad la diversión de los que la practican. Los premios suelen ser de 2000 soles hacia arriba y la inscripción puede costar 250 soles aproximadamente.
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