La Residencial San Felipe, un hipódromo convertido en el barrio icónico del siglo XX

Este plan de desarrollo urbano permitió que más de mil familias peruanas lograran obtener una vivienda del ambicioso proyecto que se convirtió en una de las joyas arquitectónicas de Lima.

El diseño de los edificios habitacionales se dividió en un conjunto de 4 torres y otra de 29 edificios de tres diversos tipos. (Residencial San Felipe / Andina)

Considerada una de las construcciones que promovió el orden y civilidad en Lima, se ha posicionado como uno de los ejemplos de cómo brindar espacios funcionales que permitan el desarrollo de las comunidades. Para comprender cómo se ideó el proyecto que llevó el nombre de Residencial San Felipe tenemos que ubicarnos en la línea del tiempo de la capital, cuando Fernando Belaúnde Terry, expresidente del Perú, y colegas arquitectos lideraron un plan factible para solucionar los problemas de vivienda.

Terry, diputado por Lima entre 1945 y 1948, sacó adelante la Corporación Nacional de Vivienda, la cual se encargó de construir de las emblemáticas unidades vecinales como parte de las estrategias para el desarrollo urbano que aprovecharían al máximo los espacios habilitados por el Estado.

La importancia de tener una Ley de propiedad horizontal

Fue presentado ante el Congreso para generar diversos beneficios a los peruanos que adquirían una vivienda. Permitía al propietario de un departamento inscribir el inmueble de manera independiente y compartir el suelo con los otros dueños. Este fue uno de los estímulos que promovió la continuidad de construcciones con más de 2 pisos.

Este video permite ver el amplio sector que ocupa la Residencial San Felipe, una joya arquitectónica de Lima. (Municipalidad de Jesús María)
Antes de esta ley, solo podía haber un dueño por edificio. Con la Ley en marcha, los propietarios de departamentos podían realizar ventas de los inmuebles sin que perjudiquen a los demás habitantes.

La idea de modernizar la capital aún se mantenía latente. Antes de que culmine el segundo gobierno de Manuel Padro se planteó mantener la lotización para crear grandes residencias, proyección que estaría dirigida por el Instituto de la Vivienda, que contaba con el apoyo del político Pedro Beltrán.

El traslado de un hipódromo para edificar en su terreno

Para julio de 1962, las Fuerzas Armadas llevaron a cabo el primer golpe institucional militar en la historia del Perú. Bajo este contexto se fundó la Junta Nacional de la Vivienda fusionando las dos instituciones anteriormente mencionadas. Con la fusión se destinó los terrenos de San Felipe a un conjunto residencial de alta densidad. Antes de su modificación, el terreno era escenario de pistas del hipódromo que llevaba el mismo nombre.

Hipódromo de San Felipe, año 1944, el distrito de Jesús María. (Hablemos de Hípica)

Dos años antes de que ocurran las acciones de las FF.AA., el Hipódromo de San Felipe se mudó a un local en construcción llamado Jockey Club, ubicado en Monterrico. El espacio que se desocupó fue dividido para que sea gestionado de acuerdo a las necesidades de la Junta de la Vivienda que ya tenía organizado poner en marcha un programa habitacional.

De las 37 hectáreas disponibles, cerca de 10 se asignaron a las Fuerzas Armadas y 1 a la Sociedad Central Japonesa. Las 26 hectáreas restantes se tomaron para edificar lo que se convertiría en el barrio icónico de Lima. La residencial y la zona entregada a los militares se separaron por una calle, mientras que el lote de la colonia asiática fue incorporada al conjunto habitacional.

La Residencial San Felipe fue el primer conjunto de vivienda construido bajo la visión de una ciudad modernaque buscaba satisfacer la necesidad de vivienda de la clase media.
Una vista panorámica que deja ver una de las torres altas del complejo. (Residencial San Felipe)

La obra fue diseñada y construida, entre los años 1962 y 1966 en Jesús María. Alrededor de 1600 familias de la clase media resultaron beneficiadas, siendo distribuidas en 33 edificios que poseían viviendas dignas para su uso. Cada segmento contaba con los servicios de primera necesidad, además de contar con áreas verdes que la convirtió en un pequeño pulmón verde dentro de Lima. Otra de las características fue el tránsito vehicular interno, evitando zonas congestionadas y bulliciosas.

Organizando la unidad vecinal

Para dar vida a la Residencial San Felipe se aprovechó el terreno con la implementación de edificios de altura. El diseño de cada zona habitacional se diferenciaba por su tamaño, algunas de 4 o 5 pisos, y otros que llegaban a los 15 niveles. Cada espacio fue dividido en 3 o 4 habitaciones, con espacios amplios que permitan el ingreso de luz natural. Se apostó por viviendas de un solo piso o dúplex.

La concepción arquitectónica pensó en balcones con vista a la calle y a las fachadas internas de las torres. Se sumaron estacionamientos en un amplio sótano, recibidores con ascensores para facilitar el traslado de los residentes, terrazas y áreas comunes. Con el tiempo se implementaron rampas para sillas de ruedas, pensando en la comodidad e inclusión.

Los dúplex de ladrillo rojo, vistos en el conjunto de altos edificios. (Residencial San Felipe)

También se designaron algunos espacios para el comercio y otros establecimientos que serían de gran utilidad: conjunto de locales menores en los primeros niveles, desde tiendas de abarrotes hasta consultorios médicos. Un colegio de primera y secundaria, además de 3 locales para la educación inicial. Espacios culturales, restaurantes, zonas religiosas, con templos y capillas, entre otros.

En la actualidad, se encuentra rodeado de universidades y centros comerciales que permiten a los vecinos acceder a otro tipo de servicios.

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