La ventana de Lima al océano Pacifico tiene uno de los escenarios más populares que atrae a los eternos románticos. El distrito miraflorino reviste sus calles con arte y cultura, brindando espacios para que los artistas puedan exponer su talento, y que con el tiempo, han logrado convertirse en puntos de admiración.
Una de estas obras ha acompañado a los peruanos por muchos años. Es inevitable no visitar la gigantesca escultura que se encuentra en el corazón del Malecón Cisneros. Esta posee una historia que se conecta con la vida de su creador, el artista plástico Víctor Delfín, quien rindió un tributo al amor.
La creación de “El beso”
El escultor transformó la ventana de su vivienda en un mirador privilegiado, en el que podía ser testigo del ruido y el paso de la gente. El asomarse le permitió ver cómo se comportaban las parejas, algunos derrochando amor y otros sumergiéndose en peleas. Ellos le sirvieron como modelos para que él realice bocetos inspirados en sus siluetas y la composición que creaban al unir sus cuerpos.
Cada uno de esos dibujos los convirtió en pequeñas esculturas elaboradas en arcilla. Una de ellas tomó la forma que él deseaba -la que luego llevaría el nombre de “El beso”- y decidió bañarla en bronce para tenerla en su colección personal.
Dando vida al Parque del Amor
El distrito de Miraflores realizó un especial en el que Delfín detalló la participación que tuvo en este proyecto artístico. Un día recibe la visita de su amigo Juan Gibsón, anunciándole que de acompañante tenía al alcalde Alberto Andrade. Al ingresar, la autoridad visitó su taller, quedando maravillado con lo que vio.
“Ve la escultura que estaba en mi taller, y me dice, ¿tú has hecho esto, se puede hacer más grande? Claro, le digo. Para el amor, si me das una montaña, yo hago una escultura del tamaño que quieras”.
Con esa tarea encomendada, se reunieron con la comitiva para encontrar el lugar ideal donde se construiría su escultura en honor al amor. Al caer la tarde, vio que unos enamorados se asustaron al verlos llegar. Él les pidió que no se vayan. “No se asusten. Aquí les voy a hacer un lugar para que nadie los moleste”, sentenció. Cuando Andrade le consultó cómo se llamaría el lugar, Delfín le respondió que llevaría el nombre Parque del Amor. Él mismo se encargó de armar una maqueta en la que mostró cómo se vería.
Esta tendría bancas alrededor para que las parejas pudieran sentarse. El espacio estaría decorado con poemas y todo lo que permita crear un culto al amor. Sobre el parque, él se inspiró en el Park Güell de Barcelona, es así como se adoptó un estilo europeo teniendo al mar como fondo.
La escultura de “El Beso” se hizo de un tamaño gigante para que se complementara con la inmensidad del mar y pudiera destacar, además de ser vista desde diversas perspectivas.
En 2021, El Comercio publicó que un hecho anecdótico que acompañó a la construcción fue la participación de los jóvenes que apoyaron en la colocación de las mayólicas. Estos hicieron su negocio con las parejas que caminaban por la zona, a quienes les pedían “un sencillo” para incluir sus nombres como parte de la decoración.
Una de las escenas que marcó el día de su inauguración, en el año 1993, fue la participación del alcalde junto a su esposa, quienes bailaron frente a la estructura colosal. La música en vivo invitó a que otros enamorados se unieran y se viviera un clima de ternura.
En conversación con el municipio en el año 2016, el artista plástico Víctor Delfín precisó que lo interesante fue el haber creado un espacio para la gente, para el gran público. “Para que vaya toda clase, sin discriminación de personas, de edad. No solamente que vayan los enamorados, también los niños, ancianos. He visto gente bailando tango ahí. Me siento orgulloso de haber conseguido un espacio para la sociedad”.
Seguir leyendo