Perú perdió unas 10 millones de hectáreas de bosque amazónico en los últimos 35 años

Estudio advierte que territorios gestionados por pueblos indígenas logran mantener en pie a los bosques con mayor eficiencia. La Amazonía se hallaría en un punto de destrucción irreversible, por lo que advierten la urgencia de protegerla, en el marco de la emergencia climática que se avecina.

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Perú alcanzó máximo histórico de
Perú alcanzó máximo histórico de deforestación en el 2020 con la pérdida de más de 200 mil hectáreas de bosque amazónico. Foto: El País

Alerta. En los últimos 35 años, Perú perdió alrededor de 10 millones de hectáreas de bosques amazónicos, de acuerdo al informe recientemente publicado Amazonía a Contrarreloj: dónde y cómo proteger el 80% al 2025, elaborado por la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (Raisg). ¿Qué significa esto para nuestro país y qué impactos genera?

El mismo estudio revela que a nivel de América del Sur, el 26% de bosques amazónicos fueron deforestados, lo que significa que se ha ingresado a un peligroso inicio de irreversible destrucción. Más específicamente, 164 millones de hectáreas fueron transformadas para fines agrícolas, ganaderos, de minería ilegal o madereros y 54 millones de hectáreas presentan alta degradación por su uso y ocurrencia de incendios forestales.

De este total, lo que Perú deforestó agrupa al 5% de esos 218 millones de hectáreas del bloque perdido para siempre. Aunque parece relativamente bajo, es el tercer país que más deforestó a nivel regional, siendo superado solo por Brasil y Bolivia.

“De continuar la tendencia actual de deforestación, la Amazonía tal como la conocemos hoy, no llegaría al 2025″, alerta el reporte.
Estudio analizó la situación de
Estudio analizó la situación de 847 millones de hectáreas de bosque amazónico. (RAISG)

Para arribar a estas conclusiones, la investigación analizó los datos correspondientes al uso de suelo y evolución de reducción de bosques de 847 millones de hectáreas, durante más de 30 años, de 1985 al 2020.

“El impacto (de la deforestación) no es solo para las personas que viven junto al bosque. Por eso es que el reporte quiere hacer un llamado urgente, pues la emergencia en la que nos encontramos, amerita acciones de todos los que habitamos en esta zona y también del mundo entero porque la Amazonia es el regulador del clima global y las reservas de agua dulce están en esta zona (la cuarta parte de las reservas mundiales). Es importante para toda la humanidad”, explica a Infobae Marlene Quintanilla, una de las investigadoras principales del estudio.

Vale precisar que el trabajo científico disponible hasta ahora establece que el “punto de no retorno” (o daño irreversible) en la Amazonía, se produce una vez que la deforestación y la degradación combinadas cruzan el umbral del 20 o 25%, según cita esta investigación.

La esperanza puesta en la Amazonía

Actualmente, la Amazonía está presente en cinco de los 17 países megadiversos, entre ellos Perú. Esto significa que abarca a una considerable tercera parte de los países en cuyos límites se encuentra la mayor riqueza en biodiversidad a nivel mundial. No es poco. Además contribuye a capturar el dióxido de carbono del ambiente, por lo que su existencia es fundamental para reducir las inclemencias del cambio climático.

Y también es el hogar de 511 pueblos indígenas, de los 826 que habitan en América Latina y El Caribe.

Pues bien, el documento también explica que más allá del 26% de la Amazonía que fue depredada, aún queda la necesidad de salvar al 80% de su extensión total, es decir más de 600 millones de hectáreas. El reporte alerta que el cuidado de estas áreas que se han salvado resulta una tarea prioritaria para asegurar el futuro de los bosques.

Es decir, en medio de las cifras de alarma se asoma un resquicio de esperanza, puesto que el 33% está en condiciones intactas -pero que no ha sido reconocido como territorio indígena o área protegida- y el 41% con bajos niveles de degradación, por lo que es urgente su protección. Un problema y una posibilidad.

“Ambos modelos son vitales para proteger este pulmón de la humanidad. Entre ambos regímenes se cubre alrededor de la mitad (48%) de la Amazonía; sin embargo, la otra mitad (52%) son áreas sin ningún tipo de designación que corren el peligro de desaparecer y sin las cuales es imposible detener el punto de no retorno. La mayor parte de la deforestación (86%), tuvo lugar fuera de las áreas protegidas y territorios indígenas reconocidos”, reza el estudio.
Perú cuenta con reservas indígenas
Perú cuenta con reservas indígenas y áreas naturales protegidas, lo que le ha permitido mantener en pie más del 80% de sus bosques amazónicos. EFE/ Paolo Aguilar

Ahora bien, el análisis enfatiza en que el reconocimiento de territorios indígenas ha sido clave para la preservación de la Amazonía, pues solo el 4% de las hectáreas que pertenecen a estos ha sufrido transformaciones, en cambio zonas sin reconocimiento como tal o áreas protegidas alcanzó el 33%.

“Hasta ahora, las políticas globales han ignorado el rol que cumple nuestra cosmovisión y cultura en la conservación de la naturaleza y la biodiversidad. Al invisibilizar nuestros esfuerzos, los Estados y el sistema financiero internacional no toman en cuenta nuestros territorios. Este conjunto de datos que ofrecemos a los tomadores de decisiones políticas muestra que los territorios indígenas son tan eficientes, o más, que las mismas áreas protegidas”, dice al respecto Gregorio Mirabal, coordinador general de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA).

El caso peruano

Las últimas dos décadas han sido las más funestas para la Amazonía, puesto que se perdieron bosques en un promedio de 2,5 millones de hectáreas, cada año. Y la situación se agudizó en pandemia, una tendencia que se hizo más evidente en Perú, Colombia y Surinam.

Pese a esta situación, actualmente nuestro país aún tiene el 33% de sus bosques amazónicos intactos y un 57% de su extensión abarca una zona selvática con baja degradación.

Ello significa que hemos perdido el 10% de extensión amazónica en los últimos años. No se compara a la situación de Brasil que perdió la cuarta parte o a Bolivia con la quinta parte, pero aún así somos el tercer país sudamericano con más bosque deforestado.

Perú aún mantiene el 33%
Perú aún mantiene el 33% de su territorio amazónico en condiciones intactas. (RAISG)

“Lo que mostramos para el caso Perú es que hay una alerta para que ya empiece a tomar acciones que vayan frenando la deforestación y sobre todo los incendios que están cada vez en aumento. Todavía tiene más de un 80% de bosque amazónico que está en buen estado de conservación y esto también es posible gracias a los territorios indígenas y las áreas protegidas que están en este territorio. Prácticamente estos dos son escudos”, dice la investigadora Marlene Quintanilla.

La especialista también explicó que las comunidades más vulnerables ya han empezado a vivir los embates del aumento de la temperatura global, como sequías más pronunciadas y reducción de lluvias, que empeoran en las estaciones secas, afectando la agricultura -con ello el acceso a alimentos- y el modo de vida de pueblos enteros.

“La Amazonía está conectada con los Andes y la reducción de bosque que está ocurriendo está alterando el clima de la región y esa modificación del clima, el incremento de temperatura, ya ha impactado a los glaciares. Nuestro trabajo demuestra que el 40% de los glaciares se han reducido en los últimos 30 años, esto está muy relacionado con los cambios en el clima local de la Amazonía y justamente Perú es uno de los países con mayor reducción de glaciares. Es uno de los más afectados, es decir, aunque la deforestación pueda ser más masiva en Brasil, los impactos le están llegando mucho más”, sentencia la especialista.

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