“La Sirena del Lago Titicaca”: Un mito que narra cómo la ambición por el oro dio lugar a una maldición

Este relato no solo se da en Perú, sino también en Bolivia, ya que ambos comparten el Titicaca. Conoce cuál es la maldición lanzada y por qué algunos pobladores evitan encontrarse al ser acuático.

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“La Sirena del Lago Titicaca”: Una leyenda que narra cómo la ambición por el oro dio lugar a una tragedia. (Captura)
“La Sirena del Lago Titicaca”: Una leyenda que narra cómo la ambición por el oro dio lugar a una tragedia. (Captura)

Este mito nace en el departamento de Puno, donde según algunos pobladores, existiría una sirena o un tritón en medio del lago.

Los mitos y leyendas de Perú son varios. Cada región del país cuenta con una historia llena de magia y misticismo que da lugar a la existencia de algunas cosas que rodean el entorno. Ese es el caso de la “La Sirena del Lago Titicaca”, cuya fábula es realmente conmovedora.

Debemos de tomar en cuenta que el lago más profundo del mundo no solo se sitúa en el Perú, sino también colinda con Bolivia, por lo que, es común que este mito también forme parte de su identidad.

El relato habla de una sirena que vivía en las profundidades del Lago Titicaca y que desapareció por la ambición del oro y la plata de los hombres.

“La Sirena del Lago Titicaca”: Una leyenda andina. (LAT - Thomas Curwen)
“La Sirena del Lago Titicaca”: Una leyenda andina. (LAT - Thomas Curwen)

Historia de “La Sirena del Lago Titicaca”

Cuenta la muro que en la Isla flotante de los Uros había una pareja que no podía tener hijos. El pesar de ambos llegó a tal punto que, la mujer acudió a las orillas del Lago Titicaca para pedir con mucho fervor el milagro de poder tener un hijo. Con mucha fe, prometió criarlo y cuidarlo muy bien si esto sucedía.

Un día, mientras los padres se encontraban sentados en las afueras de su casa de totora, escucharon el llanto de un bebé. Al ir hacia el lugar de donde venía la bulla, encontraron a un pequeño niño de cabellera rubia. Lo cogieron y supieron que era un regalo del lago, así que decidieron criarlo.

Con el pasar de los años, Amaru, el hijo fruto del regalo del lago, comenzó a ayudar en las labores cotidianas del hogar. Así que junto a su padre salieron a pescar, y mientras iban montados en su balsa de totora, el padre le contó al niño que existía una sirena que concedía deseos a todos los niños obedientes.

Umantu, la mujer del Titicaca. (Jesús Salinas)
Umantu, la mujer del Titicaca. (Jesús Salinas)

El pequeño Amaru, no pudo contener sus ansias de conocerla, y todas las tardes iba a pescar a la orilla del lago con el fin de ver a la sirena. Pasaron días, hasta que una tarde, sintió que el anzuelo había anclado a algo pesado. Grande fue su sorpresa al ver que quien salía del lago era una bella mujer con cola de sirena.

Asustado, le pidió disculpas por el daño que le había causado su anzuelo; sin embargo, la sirena le restó importancia a la herida, pues estaba emocionada por ver a aquel pequeño y le hizo prometer que se verían más seguido. Asimismo, la sirena aprovechó para decirle al pequeño que pida un deseo, y este le pidió un juguete, el cual le fue concedido.

Luego de un tiempo, la mamá del infante enfermó gravemente, Amaru, en su desesperación buscó a la sirena, quien sin dudarlo le brindó unas hiervas de las profundidades del Titicaca con el fin de preparar un mate curativo y así lo hizo el pequeño junto a su padre, dando como resultado la mejoría inmediata de la mamá.

“La Sirena del Lago Titicaca” (DW)
“La Sirena del Lago Titicaca” (DW)

Un día, mientras papá e hijo estaban de pesca, este le dijo a su hijo lo siguiente:

“Amaru, nuestra vida es difícil, pero tú, que puedes hablar con la sirena, pídele que te regale un poco de oro porque eso nos ayudaría mucho”.

Sin dudarlo hizo el pedido a su amiga, la sirena, pues era muy pequeño y no se daba cuenta de lo que aquel pedido podría significar. Al día siguiente su amiga del lago le entregó una vasija con oro. Inocentemente, el niño fue con su padre y le dio aquel presente.

Los amigos del patriarca se enteraron y planearon capturar a la sirena para saber dónde se ocultaba aquella mina de oro. Sin saber aquel ambicioso plan, Amaru fue a la orilla donde siempre se encontraba con su amiga del lago. Al aparecer la sirena, una malla comenzó a jalarla. Su padre y sus vecinos habían sumergido una red para capturarla.

Al no poder entablar conversación alguna, comenzaron a maltratarla y Amaru no comprendía qué era lo que pasaba, hasta que la sirena murió y se transformó en una mujer completa, para luego desapareció. Inmediatamente, el pequeño niño comenzó a transformar sus extremidades inferiores a lo que sería una cola de pez y se lanzó al lago, alejándose de los humanos.

Amaru se convirtió en un tritón, pues era hijo de la sirena. Mientras se iba lanzó una maldición. El pueblo flotante que había dañado a su madre, jamás encontraría un lugar estable dónde vivir.

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¿Qué dicen los ciudadanos sobre La Sirena del Titicaca?

La historia ha sido comentada por diversos usuarios en distintas plataformas de redes sociales, donde es posible encontrar dentro de los comentarios las experiencias de las personas que viven en dicho lugar o incluso aquellos que recuerdan los mitos contados por sus familiares.

Se dice que esta sirena atrapa a las personas a través de las pajas de totora o algas secas que hay cerca al agua. Dichos elementos en realidad serían sus trenzas.
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Cruzarse con ella o ser atrapado por este ser puede derivar en la desaparición de la persona y con suerte ser encontradas ahogadas dentro del agua de las lagunas que visita. No es una sirena que se quede en un solo sitio.

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