Lima Metropolitana, que elegirá este 2 de octubre a un nuevo alcalde, es la quinta ciudad más poblada en el ranking de América Latina y el Caribe; sin embargo, tiene un déficit de 56 millones de m2 de áreas verdes para ser considerada una ciudad sostenible que, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, debe contar con 9 metros cuadrados de espacio verde por habitante.
En cuanto a urbanismo, el diseño de la ciudad no solo tiene un déficit de zonas de esparcimiento. A esto se suma el problema de movilidad debido a la congestión vehicular, un sistema de transportes deficiente y poca accesibilidad para personas con discapacidad.
¿Qué retos debe asumir el próximo alcalde de Lima para construir una ciudad moderna que ofrezca una mejor calidad de vida para sus habitantes? Consultamos a Jorge Sánchez Herrera, director de Nómena Arquitectura.
Áreas de esparcimiento
Para el especialista, Lima sí cuenta con espacios disponibles que pueden convertirse en áreas de esparcimiento. Esta ciudad es una de las pocas capitales con un largo borde costero de cerca de 10 kilómetros plenamente urbano, pero esta área está “totalmente subutilizada”, además de las riberas del río Rímac.
“Las riberas de los ríos y los malecones son los principales espacios de esparcimiento de las ciudades en el mundo que no solo se usan en verano”, explicó.
“Por su condición geográfica, Lima además tiene las lomas que son un ecosistema muy particular”, añadió.
Sánchez Herrera indica que estos espacios naturales deben ser repensados. Agrega que, si bien hay proyectos para transformar esta área, el problema de la gestión.
“Cuando uno va por la Costa Verde es increíble que no se tengan los diez kilómetros, o más (hasta Ancón), de borde costero desarrollados. Eso es algo que Lima ya no puede perdonar”, expresó.
Vías y transporte
El director de Nómena Arquitectura mencionó que es evidente que Lima tiene un problema esencial de transporte público y que las autoridades enfrentan muy parcialmente el problema.
“La reforma del transporte a través de los Corredores ha quedado en nada. Eso cada vez funciona menos y hay cada vez más colectivos. El Metropolitano ha quedado en lo que estaba”, menciona.
El especialista además destacó que la ciudad tiene un problema de gestión del tránsito más que de cantidad de vehículos.
“En Lima, en realidad, no hay tanto volumen de autos a comparación de otras ciudades. Lo que hay es que la gente maneja muy mal porque las vías están muy mal señalizadas. La Costa Verde es un ejemplo, está pésimamente diseñada, las vueltas en U son antirreglamentarias. Uno no puede dar vuelta en U sin meterse en el carril contrario”, dijo.
También indicó que el problema no es ir más rápido, sino buscar un tránsito fluido.
“A veces creemos que debemos liberar la Vía Expresa para ir a 60 kilómetros por hora, pero después llegas a un semáforo o un óvalo en el que te quedas media hora parado”, mencionó.
Accesibilidad
Por otro lado, en cuanto a la accesibilidad de la ciudad, mencionó que, si bien existen normas de construcción para hacer las vías peatonales más adecuadas para personas con movilidad reducida, estas no siempre se cumplen.
Un ejemplo de ello es las avenidas y calles remodeladas donde los pases peatonales ahora están hechos de adoquines y sin rampas.
“Las municipalidades distritales siguen pensando que su rol es parchar la pista o rehacer lo que estaba hecho antes, cuando los espacios y las personas han cambiado. Deberían pensar en cómo será la vía en 15 años”, indicó.
Finalmente, manifestó que las próximas autoridades distritales deben trazar una visión conjunta de la ciudad y no solo hacer obras de mantenimiento.
“(En el caso del Centro de Lima) tiene que haber una visión más holística de que cosa es lo que queremos en el Centro, ¿queremos que haya más gente que viva en el centro?, ¿cómo hacemos para que las empresas vuelvan a trabajar al centro? Visiones menos cosméticas y más pensadas desde la economía, la vivienda, porque son todas esas dinámicas las que hacen que la ciudad funcione o no”, mencionó.
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