Hoy llegó el cuerpo de Rodrigo Ventosilla, el joven trans peruano que murió en Bali (Indonesia) después de ser detenido en el aeropuerto. La familia de la víctima acusó a las autoridades indonesias de transfobia mientras que ese gobierno indicó que había sido arrestado por posesión de pastillas con cannabis. Se había ido a pasar su luna de miel con su pareja Sebastián Marallano, con quien se había casado después de siete años de relación.
Recientemente, la Fiscalía abrió una investigación preliminar contra funcionarios indonesios y peruanos por el delito de tortura contra los dos peruanos. El abogado de la familia, Julio Arbizu, y el vocero de la familia, Luzmo Henríquez, acotaron que todo se trata de un caso de transfobia.
En declaraciones a El Comercio, Henríquez contó que el viaje a Bali había sido un regalo de sus compañeros de Harvard porque Rodrigo estaba trabajando en Sudáfrica. Ventosilla llegó primero que Sebastián y las autoridades indonesias lo detuvieron porque su documento nacional (DNI) no iba de acorde a su identidad, por lo que fue señalado -como un sospechoso.
“Los aeropuertos tienen protocolos azarosos de revisión a los visitantes, los migrantes. En este caso, lo que guio la elección de de Rodrigo para que sea sometido a una revisión fue esa discordancia entre su identidad y sus datos en el pasaporte. Eso ya es un elemento de transfobia”, agregó el abogado.
Tanto el letrado como el vocero negaron que se haya detenido al peruano por posesión de drogas como se indica en el parte policial, pues fue sometido a una inspección; y, pese a que los productos derivados del cannabis estaban con prescripción médica, los oficiales no le creyeron.
“Cuando llegó Sebastián, fue internado con su esposo en la misma carceleta porque la policía tomó esa decisión. No solamente estuvieron privados de su libertad todo este tiempo, sino también absolutamente incomunicados; incluso sin poder acceder a conferenciar con sus abogados que su familia y Harvard consiguieron. Cosa que es una un elemental garantía del debido proceso”, mencionó Arbizu.
En la carceleta, según Henríquez, fueron “torturados física y psicológicamente” y constantemente les pedían dinero para que los dejen en libertad; en algún momento llegó a la suma exorbitante de 100 mil dólares a cada uno. “Después, en circunstancias que aún necesitamos investigar, ellos nos avisan y aparecen en el hospital inconscientes. Finalmente Rodrigo muere”, dijo.
El vocero de la familia indicó que se hará una autopsia al cuerpo de Rodrigo Ventosilla porque no se permitió hacerse una independiente en Indonesia.
“Labor ineficiente de la Cancillería”
Arbizu contó que el canciller Miguel Ángel Rodríguez Mackay se reunió con la madre y la tía de Rodrigo. “Explicó que su persona no había autorizado ese comunicado, cosa bastante extraña, por decirlo, pero bueno... En ese momento se comprometió a publicar en redes sociales uno nuevo retractándose del anterior”, indicó.
El letrado mencionó que la labor de la Cancillería fue “absolutamente ineficiente porque no se acercaron a tiempo en Bali”. Además, manifestó que el cónsul peruano en Yakarta, Julio Tenorio, no hizo nada para contrarrestar todo lo que sucedía con los agraviados pese a que le habían contado lo que les sucedía. Ahora, ha sido denunciado por las familias de las víctimas.
El cónsul peruano demoró cinco días en llegar: ya Rodrigo Ventosilla había fallecido.
“El artículo 267 del Reglamento Consular del Perú menciona que la Oficina Consular tiene un deber de protección de los peruanos de sus circunscripción que incluye prestar ayuda a aquellos que se encuentren bajo detención. Por ley, Tenorio había adquirido la posición de garante en lo que respecta a los connacionales que se encontraban bajo poder de la Policía de Indonesia. El hecho de que él decida no asistirlos también tiene que ver con un acto de transfobia. Él decide dejarlos en esas condiciones hasta que Rodrigo llega a la muerte”, expuso.
La liberación de Sebastián Marallano se dio porque nunca tuvo cargos, agregó Arbizu. La víctima fue detenido porque quiso ayudar a su esposo, aunque el letrado aseguró que desconocía cuáles son las normas reglamentarias de Indonesia, “pero él fue puesto en el mismo centro de reclusión”.
Par el abogado, Sebastián “fue secuestrado” y expresó que la pareja de Rodrigo Ventosilla no había sido traído a Perú por el Gobierno peruano, sino por las familias con organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos, en coordinación con un un rescate con una red humana para traerlo a salvo. “La transfobia mata”, comentó. Y pidió a la Fiscalía que apresure la necropsia de la víctima.
Asimismo, tanto Henríquez como Arbizu coincidieron en que era una violación a los derechos humanos porque Marellano no tenía cargos y aún así tenía resguardo policial, incluso cuando fue llevado al hospital.
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