Al fondo hay sitio: ‘Félix’ narra la historia detrás del instituto donde estudió

El actor peruano presentó un hilo en Twitter donde revelaba la verdad detrás del lugar donde estudió su personaje en AFHS.

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Solo un verdadero fan de
Solo un verdadero fan de AFHS podrá repetir el nombre del instituto de Félix. (YouTube)

Una de las figuras más carismáticas que se ganó el corazón de los peruanos forma parte del elenco de la serie Al fondo hay sitio, una producción que ha retomado su transmisión en pleno 2022, refrescando la historia con la presencia de nuevos actores que se han ido integrando paulatinamente.

Entre los más esperados por los fanáticos de AFH era el actor Carlos Ramón Solano, conocido por interpretar a Félix Saturnino Panduro Panduro, o simplemente ‘El Juélix’. A su regreso, muchos recordaron uno de los diálogos más famosos, el cual está vinculado al centro de estudios en el que se formó su personaje.

Lo que puede resultar un trabalenguas difícil de repetir, el artista logró repetirlo las veces necesarias en los diferentes capítulos de Al fondo hay sitio en los que habla sobre los orígenes del perfil que le da vida con su talento.

El actor Carlos Ramón Solano se aprendió este extenso diálogo para una de las escena de AFHS. (YouTube)

La curiosidad detrás del Instituto Superior tecnológico Felicitas Victoria del Campo y Figueroa de Cárdenas Carrillo de Tarapoto nació por lo extenso del nombre, además de despertar la duda sobre su existencia, si es que el centro educativo se puede encontrar en la selva peruana.

Por medio de un hilo en Twitter, Solano explicó con detalles lo que representa esa casa de estudios también conocida por las iniciales I.S.T.F.V.D.C. y F.D.C.C.

¿Existe el instituto donde estudió ‘El Juelix’ de Al fondo hay sitio?

A través de una serie de publicaciones aclaró que el espacio no existe, razón por la que no podemos encontrar algún tipo de registro. Destacó que para crear ese nombre se inspiró en uno de los técnicos que trabajaba en América TV, al cual comparó con el protagonista de Bob, el constructor, porque siempre llevaba consigo su maletín de herramientas.

Carlos Ramón Solano, 'El Juélix'
Carlos Ramón Solano, 'El Juélix' de Al fondo hay sitio. (YouTube)

La historia indica que el señor, nacido en Lambayeque, le contó que cuando era pequeño, vio a un hombre que pintaba el nombre de un instituto en una fachada, pero nunca había día para terminarlo. Sobre el lugar escribió que se trataba de un centro estatal de nombre Zoila Victoria De La torre y Urraca de Cárdenas Carrillo.

“¿Por qué se llamaba así? O mejor dicho, ¿por quién se llamaba así? Pues, por la mamá del mismísimo Víctor Raúl Haya De La Torre. Así que al curioso y juguetón Bob se le dio por aprenderse el nombre para presentarse en broma. Un día lo hizo en el set de grabación cuando estaba presente Gigio, el guionista de AFHS; quien a los días lo puso en el guión para que lo diga ‘El Juélix’, o sea, yo”.

En la actualidad, la casa de estudios sigue funcionando, pero con el nombre de Instituto de Educación Superior Tecnológico Público “Pascual Saco y Oliveros” de Lambayeque.

Escena de Félix Panduro en
Escena de Félix Panduro en Al fondo hay sitio. (YouTube)

El instituto de Félix

En su relato añade que, para evitar algún tipo de reclamo, el guionista lo adoptó al perfil del personaje, dotándolo de palabras que permitan su “pronunciación selvática”, como por ejemplo:“Juelicitas” o “Juigueroa”.

El fenómeno de Al fondo hay sitio en Bolivia

Carlos Ramón Solano escribió que la primera vez que mencionó ese curioso nombre recibió los aplausos de los técnicos, quienes posiblemente se asombraron con su capacidad de repetir cada una de esas palabras.

Al Fondo Hay Sitio regresó
Al Fondo Hay Sitio regresó a las pantallas el pasado 22 de junio. (Foto: América TV)

Recordó que, durante una gira por Bolivia, fue testigo de algo que lo sorprendió por completo. “Fue en una presentación a coliseo repleto. Cuando terminé de decir el interminable nombre, miles de personas explotaron en una sola risa. Fue como flotar de lo atónito”.

La popularidad que obtuvo causó que los fanáticos le pidan que lo mencione cada vez que se lo encontraban. Esto provocó una saturación que llegó a hartarlo. “Les juro que era demasiado. Pasaron unos meses y retomé, por fin comenzaron a pedirlo menos y ya era manejable”.

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