Miles de alumnos de un centro educativo de la ciudad de Satipo, en la región Junín, se han visto en la obligación de recibir clases en la calle, ya que su colegio no cuenta con las medidas de seguridad para que puedan utilizar las instalaciones.
Según denunciaron los docentes del emblemático “Francisco Irazola” por orden del Programa Nacional de Infraestructura Educativa (Pronied), han tenido que cerrar este plantel porque al realizar la inspección necesaria percibieron que no cuenta con la infraestructura correcta, ya que podría derrumbarse en cualquier momento y causar alguna tragedia.
Son cerca de 130 maestros que han tenido que usar las fechadas del colegio como pizarras y sacar algunas sillas para que sus alumnos no pierdan clases y se atrasen en el aprendizaje. Su pedido se extiende hacia las autoridades, a quienes les exigen poder intervenir en favor de los alumnos, pues no consideran justa que tengan que pasar por una situación tan precaria.
A través de radio Exitosa, los educadores contaron que llevan más de 2 días dictando clases en la calle y que las condiciones climáticas tampoco ayuda, ya que hace mucho calor y de un momento a otro puede llover.
“Es muy preocupante que nuestros estudiantes en esta realidad estén recibiendo clases a la intemperie, el clima de la selva central no es muy adecuado para esta situación, pido a las autoridades del Gobierno, al ministro de Educación que lo hagan por los estudiantes, corre riesgo su salud, su integridad. Pedimos por favor tener un local (…) No es justo que los estudiantes estén recibiendo en esta situación sus clases”, declaró un profesor al medio de comunicación mencionado.
Atraso en remodelación del centro educativo
El problema por el cual los alumnos y maestros se han visto gravemente afectados se habría suscitado luego de una visita del Programa Nacional de Infraestructura Educativa (Pronied) que al analizar que el recinto estudiantil no cuenta con la seguridad necesaria para su reapertura, debido a los trabajos de remodelación que vienen tardando mucho en concluir. Ante esto y como medida de prevención, se vieron en la obligación de clausurar temporalmente el local hasta que puedan terminar estas construcciones.
Por otro lado, los maestros señalaron que no quieren aceptar la virtualidad porque se ha demostrado, según explicaron que los estudiantes no rinden como se debería y que muchos de ellos por las zonas en las que viven no tienen accesos a internet fijo, por lo que más perjudicaría en su educación.
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