Una semana después de que su defensa legal presentara una denuncia a la Inspectoría General de la PNP, el presidente Pedro Castillo no acudió a la tradicional misa en homenaje a Santa Rosa de Lima, patrona de la Policía Nacional del Perú; la misma que se celebra todos los 30 de agosto en la Catedral de Lima.
Según el registro de visitas a Palacio de Gobierno, el jefe de Estado, sostuvo una reunión con el abogado José Palomino Manchego, quien el pasado mes de marzo lo defendió del primer intento fallido de moción de vacancia; y, horas antes, estuvo con la titular de la cartera de Cultura, Betsy Chávez.
Lo mismo replicó el presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres y la vicepresidenta del Perú, Dina Boularte.
Otra de las ausencias fue el ministro del Interior, Willy Huerta Olivas, quien, durante el día, estuvo presente en el hospital Edgardo Rebagliati para visitar a los bomberos que sufrieron un accidente de tránsito en el distrito de Magdalena.
No obstante, quien sí se dio cita para la ceremonia que inició a las once de la mañana, fue la presidente de la Mesa Directiva del Congreso de la República, Lady Camones Soriano.
En tanto, el arzobispo de Lima, Carlos Castillo, lamentó que la Policía Nacional esté atravesando un contexto adverso.
“Hay problemas en la Policía Nacional, lo sabemos, pero también hay la riqueza de su fundación que la hace volver siempre a sus orígenes”.
Sin embargo, horas más tarde, el mandatario y el premier, han solicitado que, se declare el 30 de agosto como el día de las personas desaparecidas durante la lucha contra el terrorismo entre los años 1980 al 2000.
Todo esto, con la finalidad de promover la prevención de las desapariciones y del esclarecimiento de los acontecimientos suscitados para los familiares de las víctimas de aquella época.
Por otro lado, el retirado general de la Policía Nacional, Luis Vera, ha adelantado que tomará acciones legales por su “arbitrario” pase al retiro.
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