Isabel Flores de Oliva es una de las figuras en la historia del Perú que ha tenido una importante presencia e influencia en los pueblos. Tras su muerte, las acciones que dejó se expandieron por las naciones, convirtiéndola en una de las mujeres consagradas de Dios que predicó con sus acciones.
Entre las principales características que poseía Santa Rosa de Lima se encontraba la empatía con los más necesitados. Ella se convirtió en una educadora para los niños, así como una ayudante para curar enfermos, tratándolos como si fueran parte de su propia familia.
La peruana, a quien se le atribuyó el título de patrona de América, se ha mantenido viva en los corazones de sus fieles seguidores, quienes celebran su vida y obras durante todo el mes de agosto.
Virtudes de Santa Rosa de Lima que podemos poner en práctica
En el año 1671 fue declarada santa por el Papa Clemente X en una ceremonia de la iglesia católica. Desde entonces, cuando se divulgó su historia, se transformó en un referente de valores dignos de seguir e imitar en el día a día.
Entre ellas se encuentran el mantener la humildad. En su vida no presumió lo que tenía. Incluso, se cree que llegó a despertar un rechazo hacia su belleza, una de las características que la resaltaban desde pequeña. Mantuvo un perfil sencillo y modesto, entregando su tiempo a todo aquel que necesitara su apoyo.
La patrona de las enfermeras en Perú poseía una fe inquebrantable, de la cual obtenía bondad, confianza y misericordia de Dios. Ella creía en la redención y el perdón de los pecados a través de los castigos físicos. Esta forma de actuar formó parte de la tradición que conserva el Pozo de los Deseos en el convento que lleva su nombre.
Su generosidad, solidaridad y compasión se veían reflejados en el amor que tenía hacia los pobres y enfermos. A ella no le importaba quién era cada persona o el pasado que los acompañaba. Compartía lo que tenía sin esperar nada a cambio.
Rosa de Lima entendía que la oración era el mejor medio para poder comunicarse con Dios y sentir su presencia, bondad y amor. Esta acción la expresaba a todos aquellos que llegaban en búsqueda de ayuda, indicándoles que sí era posible estar cerca del todopoderoso.
¿Qué hizo Santa Rosa de Lima para convertirse en santa?
Desde antes de que sea reconocida de manera oficial, el pueblo peruano que conocía su historia ya la consideraba una personalidad sagrada gracias al camino que recorrió y cómo entregó su vida para ayudar al prójimo y existir bajo el mando piadoso de Dios.
Su santidad fue reconocida cuando ella aún estaba viva, lo cual permitió que se esparciera con el boca a boca las penitencias que realizaba, así como su convivencia con los más necesitados. Fue en el año 1671 cuando el Papa Clemente X anunció de manera oficial la canonización de Isabel Flores de Oliva, convirtiéndose en Santa Rosa de Lima, y así, siendo la primera en toda América en poseer ese nombramiento.