Mediante una resolución aprobada por unanimidad en las instalaciones de la sede del Parlamento Andino en Colombia, el chalán o adiestrador del caballo de paso fue declarado referente del patrimonio cultural inmaterial artístico y etnográfico de la región andina, un proyecto que fue presentando por la parlamentaria andina del Perú Leslye Carol Lazo Villón.
“Estimados colegas parlamentarios, resulta necesario aprobar esta resolución, por cuanto permite revalorar nuestra identidad y tradiciones como esencia de nuestra nación andina”, afirmó la parlamentaria durante su exposición, quien también se encargará de hacer entrega de esta resolución a la Asociación Cultural del Caballo Peruano de Paso y al Ministerio de Cultura del Perú. Esta designación fue hecha por la Mesa Directiva del Parlamento Andino, a través de su presidenta: Gloria Flórez Schneider. “Chabuca Granda: Qué hermoso que es mi chalán, cuan elegante y garboso”, citó Lazo.
La resolución será notificada a la Unesco, a los ministerios de Cultura y Educación de la región andina, a la Secretaría General de la Comunidad Andina (CAN), a los cancilleres de los países miembros y a las instituciones nacionales de los Estados que integran el Parlamento Andino encargadas de administrar y proteger el patrimonio de los países de la región.
El chalán y el caballo de paso
En un inicio fue una herramienta importante en la invasión y posterior conquista del imperio incaico, donde caballos de razas bereber y andaluza fueron importados a tierras peruanas junto a las tropas del entonces imperio español. Ahora, el caballo de paso es un ícono de la identidad del Perú.
El cruce genético de estas especies, que se aclimataron a la variada y generosa geografía peruana, dio lugar a una especie de caballo nueva, específicamente peruano, y se dio origen al caballo peruano de paso. De esta manera, junto a la aparición del caballo peruano de paso aparece el personaje especializado en el manejo y crianza de este ejemplar. Este personaje es el chalán, término asociado a una terminología de origen diverso.
Orígenes
La palabra nace como un galicismo en el español del siglo XVI derivado del término francés chaland: “cliente de un mercader” y “amigo o allegado”, según señala la investigadora Elena Varela Merino. La adopción de este término se habría debido a la constante actividad comercial de franceses en territorio español, en particular en la compra y venta de animales.
Actualmente en el Perú, este término es utilizado no solo para identificar a un entrenador de caballos o jinete, sino a un tipo característico al que se asocia con una serie de habilidades en el manejo de equinos y con un atuendo que ya mostraba sus rasgos básicos a inicios de la nobel república peruana.
El Diccionario de la lengua castellana, de la Real Academia Española de 1729, en el que se define al chalán como “el que trata y negocia en mulas y caballos, comprando y vendiendo para ganar, ya por su inteligencia, ya por su persuasiva. Por extensión se aplica a todo comprador y vendedor, aunque trate en otros géneros, y no solo en mulas y caballos”. De igual forma, es mencionado en algunos textos literarios del siglo de oro español, como por Cervantes en el Licenciado Vidriera (1669) y Lope de Vega en La paloma de Toledo (1610-1615).
Por otro lado, el Gran Diccionario de la Lengua Española define al chalán como quien “trata en compras y ventas, especialmente de caballos, y tiene maña para ello” o al que “se dedica con éxito a la compra y venta de caballos u otras bestias”, según el Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos VOX, “chalán se aplica especialmente al tratante en ganados”. En varios países de Sudamérica, y de Centroamérica es el término utilizado para definir al entrenador y domador de caballos.
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