El último viernes 26 de agosto, el Canciller Miguel Ángel Rodríguez Mackay recibió en los interiores del Ministerio de Relaciones Exteriores (RREE) a la madre de Rodrigo Ventocilla, el brillante estudiante peruano de Harvard que murió en extrañas circunstancias luego que fuese detenido por la Policía de Bali en un aeropuerto de Indonesia y posteriormente encarcelado.
Es así que, el gobierno peruano, a través de la Cancillería, dispuso que la Embajada de Perú en Yakarta solicite formalmente a las autoridades competentes de Indonesia, un informe especial que permita esclarecer la muerte del joven transgénero que llegó hasta Bali junto a su esposo Sebastián Marallanos para celebrar su luna de miel. Dichos alcances sobre este tema fueron dados a Ana Ventosilla, madre del fallecido.
Esta solicitud al país asiático se realiza luego de que activistas por los derechos de la comunidad LGBTQ protestaran frente a la cancillería en Lima, exigiendo justicia y atención a este caso que además habría sido cruelmente ignorado por el Consulado de Perú en Indonesia.
Respecto a la última acusación contra el jefe del Consulado de Perú en Indonesia, Julio Eduardo Tenorio Pereyra, el Canciller manifestó que “pondrá un mayor énfasis en la asistencia humanitaria y los servicios consulares, fortaleciendo de esta manera la protección de los derechos de todos los peruanos en el exterior”.
Cabe mencionar que, la Amnistía Internacional también pidió repatriar el cadáver de Ventocilla, sin embargo, el RREE no se ha mencionado nada sobre este punto en el comunicado dado.
¿Qué pasó con Rodrigo Ventocilla y Sebastián Marallanos?
Ambos esposos viajaron por separado a Bali (Indonesia). Ventocilla, quien llegó primero al lugar donde celebraría su luna de miel, fue detenido por las autoridades policiales por presunto tráfico de drogas. Cabe mencionar que, Rodrigo Ventocilla aseguró que llevaba consigo medicamentos para su salud mental, sin embargo, la aduana del aeropuerto internacional Ngurah Rai en la ciudad de Denpasar aseguró que el joven tenía entre sus pertenencias, “además de pastillas con su respectiva prescripción médica, objetos que contenían restos de cannabis y diversos productos elaborados con dicha sustancia”.
Sebastián, quien llegó en un vuelo después, acudió en ayuda de su pareja sin pensar que también sería retenido y encarcelado.
Ambos connacionales habrían sufrido maltrato y discriminación durante su encierro, según denunció la familia a través de un comunicado. Días después, fueron llevados de emergencia a un hospital por “presuntas descompensaciones”. El 11 de agosto, Rodrigo murió y la noticia fue comunicada a sus familiares. Hasta el momento se desconoce los motivos de su deceso.
Según indica el medio Bali Sun, la policía indonesia inició una investigación sobre su muerte, pero no queda claro si los resultados se harán públicos. La versión policial señala que Ventosilla murió luego de consumir drogas no incautadas el 8 de agosto mientras estaba bajo custodia policial. Sin embargo, la familia de la víctima afirma que no se conocen las verdaderas causas de su muerte, porque las autoridades no han permitido una autopsia independiente.
Universidad de Harvard se pronuncia
El decano de la Escuela Kennedy de Harvard, Douglas W. Elmendorf, se pronunció a través de un comunicado sobre este caso para señalar que “apoya el llamado de la familia para una investigación inmediata y exhaustiva y para la divulgación pública de toda la información relevante”.
“La declaración de la familia de Rodrigo plantea preguntas muy serias que merecen respuestas claras y precisas”, escribió la autoridad universitaria.
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