Andrés ‘Balán’ Gonzales: Castigado por un DT y perdonado por el presidente del Perú

“¡Balán, Balán, Balán!”. Era el grito de moda a principio de la década de los 90 en el fútbol peruano. Más específicamente de la barra de Universitario de Deportes. Se debe a que entre sus filas tenían a un gran delantero que se perfilaba como la gran esperanza de gol de la selección peruana de aquellos tiempos.

Se trataba de Andrés Aurelio González Luján. Un chalaco de un metro y 87 centímetros que se metió al bolsillo a la hinchada estudiantil a punta de goles. Tanto así que fue pieza clave para lograr título nacional en la temporadas de 1990, 1992 y 1993.

A pesar de que con la selección peruana tuvo un pésimo debut al anotar un solo gol para las Eliminatorias de Italia 90 (a Bolivia en el 1-2 en Lima), la prensa y la hinchada todavía confiaban en él. Pero su destino cambiaría para siempre cuando llegó la hora de disputar la Copa América 1991, que se jugaría en Chile.

Tras el fracaso del proceso para llegar al mundial italiano, la Federación Peruana de Fútbol se deshizo del director técnico que en ese entonces era el brasileño Pepe.

En su reemplazo, se decidieron por un joven pero flemático, aunque a veces irascible, Miguel Company. La idea era ir comenzando a armar el equipo para el proceso eliminatorio de cara al Mundial de Estados Unidos 94. La primera gran prueba de fuego era el torneo en tierras mapuches.

Pero para el debut ante Paraguay, el comando técnico se decidió incluir como único atacante a Jorge Hirano, un delantero que era y es todavía ídolo del Bolívar de La Paz.

Esta situación no fue del agrado del chalaco, quien se quedó con las ganas de aportar su juego en la derrota por 0-1 ante el combinado guaraní.

Para el siguiente encuentro, que sería ante el local Chile, la idea de Company era contar con Andrés Aurelio. Así que antes del partido lo fue a buscar en su cuarto de la concentración para preguntarle cómo se sentía. Y en un arranque de inusitada sinceridad le confesó que no se sentía bien.

La respuesta no solamente fue del total desagrado del técnico, sino que también lo encolerizó hasta el punto qué decidió su expulsión de la delegación peruana.

Sorprendido por la reacción Company, el buen ‘Balán’, aconsejado por su compadre y amigo Alfonso ‘Puchungo’ Yáñez, fue en busca de César Cueto y Roberto Mosquera, en ese entonces los asistentes del profesor, para que le den una mano y lo convenza de que todo solo había sido un malentendido.

Una hora después, los enviados a buscar la paz regresaron derrotados a la habitación de González Luján. Ya nada se podía hacer, la decisión estaba tomada.

‘Balan’ no lo puede creer. Llora. Y como último recurso, acude a sus compañeros de equipo para que intercedan por él. Percy Olivares es el elegido para intentar, por última vez, convencer a Company. Pero el resultado es el mismo que el anterior: ‘Balan’ se va a Lima.

Tres días después se hace efectivo el castigo. El presidente de la delegación peruana, Salomón Jabiles, le pida al delantero que aliste sus cosas, que su vuelo sale esa misma tarde. El directivo, además, lleva consigo el duro informe que Miguel Company había redactado sobre la situación.

En Lima el hecho fue tratado por la prensa especializada como un acto de traición a la patria. Y el tema dio para rato. Hasta que el 24 de octubre de 1991, la Segunda Sala del Tribunal del Deporte del IPD refrendó la sanción para que Andrés Gonzáles no pueda volver a vestir la casaquilla nacional hasta finales de 1993. Demasiado tiempo para un jugador de fútbol.

Hasta que animado por la prensa local, la hinchada, ante la llegada del nuevo técnico de la selección Vladimir Popovic y sus propias ganas de volver a verse vestido de blanco y rojo, es que el chalaco elevó su pedido de perdón al mismo presidente de la República, en ese tiempo Alberto Fujimori, que ya había comenzado a apoderarse del país.

Total, la Copa América de Ecuador ya estaba a la vuelta de la esquina así como el inicio de las eliminatorias por el Mundial de Estados Unidos 1994.

Y aprovechando la inestabilidad política de aquellos años, Fujimori decidió ganarse algunos puntos con la afición al anunciar, desde un asentamiento humano en Comas, su decisión de otorgarle el perdón.

Para darle legalidad al asunto, la resolución fue publicada en el diario oficial El Peruano tres días después del anuncio, es decir, el once mayo.

Pero ya nada de eso importaba, ‘Balán’ era libre de volver a la selección. Lo hizo casi inmediatamente, pues el equipo nacional se alistaba para la cita continental en Ecuador.

Sin embargo, cosas del destino, no fue parte del proceso debido a una dura lesión en la rodilla. También porque ya habían salido nuevos delanteros que se ganaban la simpatía del público como Flavio Maestri, Ronald Baroni y un jovencísimo Waldir Sáenz.

Lamentablemente para ‘Balán’, su pasó por la selección no fue el que esperaba, más aún en esos años en los que la selección peruana realmente pasaba el peor momento de su historia. Eliminados de la Copa goleados ante México 2-4 y últimos con solo un punto ganado en el grupo eliminatorio que compartimos con Argentina, Colombia y Paraguay.

Es así como una vez más deporte y política se mezclaron para darle a la gente algo que los romanos emplearon muy bien en sus épocas de gloria: ‘pan y circo’.

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