Rodrigo Ventosilla era un joven peruano que fue víctima de un presunto crimen de odio y discriminación de parte de las autoridades policiales de Indonesia. El economista viajó a dicho Estado junto a su esposo Sebastián Marallano para tener su luna de miel después de haber contraído matrimonio. Pero las cosas no salieron bien. Al llegar al aeropuerto, Rodrigo fue detenido por supuestamente ser traficante de drogas por llevar consigo tratamiento médico. Su compañero, al intentar ayudarlo, también fue agredido. Ambos pidieron ayuda al consulado peruano en Indonesia, pero este no fue atendido y el joven falleció.
El día del fallecimiento de Rodrigo, diversos colectivos de la comunidad LGBTI solicitaron mediante redes sociales apoyo para traer de regreso a Perú a Sebastián Marallano, sobreviviente de la detención en dicho Estado. Al día siguiente, la Cancillería anunció a través de sus cuentas oficiales que se encontraba realizando un “cercano seguimiento, brindando la protección y asistencia del caso”. Sin embargo, desde entonces, no se conoce más detalle sobre las acciones de la entidad con respecto a este caso.
Mediante un comunicado difundido en redes sociales, los familiares de Rodrigo y Sebastián detallaron cómo transcurrieron los hechos desde que los jóvenes peruanos llegaron a Indonesia.
- 6 de agosto de 2022. Rodrigo llegó al aeropuerto de Denpasar, capital de Beli, en Indonesia, donde fue detenido por tratarse de un presunto traficante de drogas por tener medicamentos pertenecientes a su tratamiento de salud mental que contaban con la prescripción correspondiente del personal de salud. Ambos jóvenes viajaron en vuelos diferentes. Cuando Sebastián llegó, intentó ayudar a su esposo, pero también fue detenido. La policía de la zona les exigió irregularmente el pago de altas sumas de dinero que iban incrementando con las horas. De 13 mil a 100 mil dólares por cada uno de ellos.
Durante esta detención, en un acto de discriminación racial y transfobia, los jóvenes peruanos sufrieron de violencia policial, donde se vulneraron sus derechos fundamentales a la salud, acceso a defensa legal, información y no discriminación, según sus familiares.
- 8 de agosto de 2022. Tras dos días de detención, los jóvenes fueron impedidos de continuar comunicándose con sus parientes en Perú. Desde este día, los dos peruanos se mantuvieron incomunicados.
- 9 de agosto de 2022. Los familiares fueron informados de la aparente descompensación que ambos jóvenes sufrieron en su celda. Les mencionaron que ambos fueron hospitalizados en el Hospital Policial, donde Rodrigo fue internado en la Unidad de Cuidados Intensivos.
- 11 de agosto de 2022. Los jóvenes fueron trasladados a otro hospital pese a la situación de gravedad en la cual Rodrigo se encontraba. En este nuevo centro de salud, el economista falleció. Hasta el momento no se tiene el reporte médico sobre su muerte.
En esta fecha, colectivos de la comunidad LGBT, parientes de Sebastián, organizaciones activistas y de derechos humanos decidieron recaudar apoyo económico para costear el viaje de Sebastián a Perú.
“¡Ayuda! Ayuda, por favor. Nunca he pedido tanto apoyo como ahora. Necesitamos traer de regreso a Perú a nuestro amigo Sebastián, quien se ha quedado en Bali (Indonesia) sin dinero ni apoyo, luego de perder allá a su esposo, con quien se casó hace 2 meses”, escribió la periodista Gianna Camacho en Twitter.
- 17 de agosto de 2022. Gracias a los esfuerzos de diversas organizaciones, Sebastián Marallano retorna a su país natal.
Los familiares mencionaron a través de un comunicado que, hasta la fecha, la policía de Indonesia no ha permitido que se entreguen los informes médicos de los jóvenes en el centro de salud.
“Hasta el momento, la policía de Indonesia no ha autorizado la entrega del informe médico del Hospital Policial donde recibieron las primeras atenciones; y argumenta que no pudieron realizarle los exámenes de sangre y orina que requerían por falta de reactivos. Tampoco permitieron que se comunicaran con sus contactos de emergencia en ningún momento en ese interín”, recalcaron.
“A pesar del estado de gravedad de Rodrigo, en circunstancias aún no esclarecidas, fueron trasladados a otro hospital en el cual Rodrigo fallece el 11 de agosto. Cabe resaltar que en todo momento la policía de Indonesia obstaculizó el acceso al hospital tanto a los abogados contratados por parte de la familia, como a los estudiantes de Harvard que asistieron en su auxilio. La familia nunca pudo comunicarse ni saber el estado de salud/diagnóstico de Rodrigo”, agregaron.
Asimismo, los parientes informaron que las autoridades de Indonesia no permitieron realizarle una necropsia independiente al cuerpo de Rodrigo. Por este motivo, no se conocen las causas reales de su fallecimiento.
De acuerdo al comunicado de los parientes, cuando Rodrigo y Sebastián permanecieron detenidos, sus familias acudieron al consultado peruano en Indonesia para pedir auxilio. Específicamente, recurrieron al Julio Eduardo Tenorio Pereyra, jefe de la Sección Consular en ese país, a quienes les hicieron llegar las solicitudes escritas al Ministerio de Relaciones Exteriores para la atención del caso. Sin embargo, este no atendió el pedido.
“Le rogaron por ayuda por contacto telefónico y vía WhatsApp directamente al señor Tenorio, y aún con la presión de las organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales, el Cónsul no se apersonó a brindar apoyo a nuestros familiares hasta que recibimos la fatídica noticia de la muerte de nuestro querido Rodrigo”, señala.
En el proceso de detención y violencia policial que padecieron Rodrigo y Sebastián, sus parientes fueron uno de los protagonistas. Desde el inicio de este presunto acto de discriminación, estos han acudido a instituciones y autoridades para esclarecer los hechos y salvaguardar la protección de ambos peruanos. Hoy, los familiares continúan buscando conocer la verdad de lo ocurrido con Rodrigo, quien perdió la vida y cuyo hecho no ha sido aclarado.
En el pronunciamiento difundido en redes sociales, ambas familias piden al Estado reconocer y asumir la responsabilidad de no haber atendido el pedido de ayuda de los jóvenes.
“Exigimos que el Ministerio de Relaciones Exteriores asuma la responsabilidad que le compete por desatender sus obligaciones y realice una investigación respecto de las acciones y omisiones del cónsul Julio Eduardo Tenorio Pereyra, de forma cronológica, desde el primer día de la detención, y del equipo a cargo del caso”, precisan.
“Es importante que las autoridades nacionales reconozcan sus errores y existan sanciones ante las múltiples infracciones que han tenido lugar. El accionar del consulado fue tardío, negligente y obstaculizó la pedida de ayuda de los familiares cuando Rodrigo estaba aún con vida”, añaden.
Asimismo, piden a las autoridades peruanas solicitar al gobierno de Indonesia las investigaciones, informes médicos y medidas a tomar por los presuntos “indicios de secuestro, extorsión y tortura a personas de la comunidad LGBTIQ+” de parte de los miembros de la policía del país.
“Nada nos devolverá a Rodrigo, ni la integridad de Sebastián, sin embargo, nuestra exigencia de justicia y verdad persigue también el objetivo de que se mejore la calidad de nuestro servicio de asistencia a los connacionales en el extranjero sin preferencias de clase, género, etnia u otros”, enfatizan.
Tras conocerse el fallecimiento de Rodrigo Ventosilla, el decano de la Escuela Kennedy de Harvard, Douglas W. Elmendorf, pidió a las autoridades correspondientes seguir las investigaciones necesarias para aclarar lo sucedido con el universitario. El docente afirmó que apoya las solicitudes de las familias afectadas de tener un proceso “inmediata y exhaustiva para la divulgación pública de toda la información relevante”.
Además, anteriormente recalcó que Harvard University se encuentra en constante comunicación con la familia de Rodrigo para brindarle el apoyo que corresponde.
“Nos entristece profundamente compartir la noticia del fallecimiento de Rodrigo Ventocilla MPA/ID 2023. Rodrigo murió en Bali, Indonesia, luego de llegar allí de vacaciones con su cónyuge. [...] Harvard está en contacto con la familia de Rodrigo para brindarle apoyo durante este momento inmensamente difícil [...] El fallecimiento de Rodrigo es una pérdida devastadora para su familia y amigos, para todos nosotros en la Escuela Kennedy y para las muchas personas a las que sin duda habría servido después de graduarse”, escribió la institución.
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