En una nueva columna de los viernes, el director periodístico de Hildebrandt en sus trece, César Hildebrandt, volvió a cuestionar al gobierno de Pedro Castillo, a la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, a los abogados y, en cierta manera, al periodismo.
El también escritor recordó que durante su etapa en el oficio periodístico tuvo que encontrarse con abogados, “en la mayor parte de los casos, con algunos de los seres humanos más despreciables del planeta”.
“Un abogado subasta su argumentario y puede decir lo que el dinero financie y el crimen requiera para obtener impunidad. Los abogados no garantizan el debido proceso sino, por lo general, la prevalencia del poder y la influencia de la corrupción. Un abogado, en suma, puede decir lo que sea y hacer lo que fuere necesario con tal de cobrar honorarios de éxito. La teoría de la relatividad moral la descubrió un letrado en una oficina de Azángaro”, indicó.
César Hildebrandt manifestó que Vladimiro Montesinos, exasesor presidencial de Alberto Fujimori, era un militar “trepa, traidor, y por ratos espía yanqui”, pero se volvió un “miserable absoluto” cuando se convirtió en letrado y rememoró sobre el ahora encarcelado político peruano que “su verdadera carrera hacia el infierno empezó robándole la mujer al primo que lo había acogido en su bufete. De allí al fujimorismo sólo había que atravesar unos cuantos charcos”.
El autor de Cambio de palabras también mencionó que tanto los abogados como jueces, entre los que se encontraban César Hinostroza Pariachi y Walter Ríos, pueden ser “peligrosos”.
“Y los abogados conversos, es decir los fiscales, pueden ser tan amables como el que cobraba diversas sumas de dinero al notorio empresario de tierras Racso Miró Quesada, o tan curiosos con las oficinas ajenas y lacradas como Pedro Chávarry, o tan activos en el arte del encubrimiento y la tarumba como Peláez Bardales, favorito del doctor García”, agregó.
El periodista argumentó que parece que la Fiscalía y los jueces son “los que dictan la agenda de la política y los que deciden qué titular manda, qué narrativa cae en los teleprónteres, qué chillan las reporteras del vivo y el directo”.
Luego, hizo una crítica al periodismo actual: “Hoy somos glosadores de la Fiscalía, secretarios de sus gabinetes. Y no hay prosa periodística cotizada que no cite entre comillas una resolución del Ministerio Público, un fallo sobre alguna colaboración eficaz, una sentencia en marcha”.
César Hildebrandt consideró que los “abogados están de fiesta” y que la actual fiscal de la Nación, Patricia Benavides (a quien criticó el último miércoles en su podcast) “ensaya atribuirse la ceguera de la ley, pero mira por los intereses de su hermana inculpada”.
Crítica al Gobierno de Pedro Castillo
El periodista tampoco fue ajeno al Gobierno de Pedro Castillo al indicar que en “Palacio de Gobierno es también una escena del crimen. Para placer de los enemigos del Perú, estamos cerca de Haití”.
“Claro que nada de esto estaría sucediendo si el gobierno de Pedro Castillo fuese uno decente. Fue Castillo el que decidió que la DIVIAC alcanzaría el rol político que hoy tiene y fue Castillo, rodeado de truhanes y familiares, el que le dio a la Fiscalía la oportunidad que perdió cuando Alan García era el que robaba a manos llenas”, agregó.
Para concluir, el exconductor de Hildebrandt a las 10 se hizo un par de preguntas: “¿Hasta cuándo vamos a tolerar que el Perú se siga degradando? ¿No nos da vergüenza ser un país en el que el debate actual se centra en saber si el presidente de la república ordenó que desaparecieran cámaras de vigilancia que registraban escenas del día en que iba a ser detenida su cuñada?”.
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