Pedro Castillo apuesta por recuperar respaldo en sectores radicales e instalar un escenario de polarización para cuestionar a otras instituciones

El psicólogo social Hernán Chaparro señala en diálogo con Infobae que el presidente de la República trata de generar una base social que lo apoye frente a las graves acusaciones de corrupción que investiga la fiscalía y los intentos de vacancia del Congreso.

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Pedro Castillo pidió, una vez
Pedro Castillo pidió, una vez más, la unidad entre el Gobierno y el Congreso. (Flickr Presidencia)

Frente a las investigaciones que el Ministerio Público le ha iniciado por diversos casos relacionados a presuntos y graves actos de corrupción en su gestión, el presidente Pedro Castillo ha cambiado su discurso político en sus actividades públicas en los últimos días. Ahora, cada palabra que emite apunta cuestionar las acciones de la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, al control político que debe ejercer el Congreso de la República, el rol del Poder Judicial y la fiscalización de los medios de comunicación.

El jueves pasado, durante una reunión con organizaciones sociales, Castillo dijo que las únicas cuentas que tiene que dar es ante el pueblo, desconociendo así la labor investigativa de la Fiscalía. “Hoy ante el pueblo peruano y ante tantas acusaciones que se hacen, como no tienen las pruebas, se han ensañado en crearlas, como no tienen las pruebas, quieren construirlas. Quieren hacer ver ante el país que tengo otras cuentas, aquí las únicas cuentas que tengo que dar es al pueblo peruano con trabajo y lealtad, con honestidad y con transparencia”, manifestó.

Seguidamente, Castillo Terrones cuestionó que “con qué moral a un hombre del pueblo, al que no le hallan ninguna prueba, quieren darle señales de transparencia, de honradez, de una lucha contra la corrupción. Todo ladrón piensa que somos de su misma condición”, mencionó. Al día siguiente, en la región San Martín, continúo con su discurso de confrontación.

“¿Saben por qué piden la vacancia, la destitución, la inhabilitación del presidente? No les gusta que un chacrero, un campesino esté en Palacio. Ahora hacen su finta pagando millones de soles a personas que hacen una persecución, un show para que a la familia la tengan que enmarrocar y digan ahí está el presidente corrupto. Quieren enmarrocar a la familia, entonces por qué no enmarrocan a esos que han abandonado la educación del pueblo”, señaló.

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Busca recuperar apoyo político

El psicoanalista Hernán Chaparro señaló en diálogo con Infobae que los últimos mensajes del presidente Castillo son una reacción natural frente a las investigaciones que se le han iniciado por actos de corrupción. Además, agregó que apuntaría a entrar en un escenario de polarización con el objetivo de captar el apoyo de un sector de la población que puede sentirse afín a un discurso radical.

“En el caso del Congreso apuesta por amenazarlos con una movilización en caso que lo vaquen y contra la fiscalía está ejerciendo una presión por las investigaciones que tiene. En todo caso, esto es lo que le están recomendando sus asesores que no puede quedarse tranquilo y tiene que pasar al ataque. Hay un grupo que, digamos, pide un gobierno más radical con una propuesta como una Asamblea Constituyente o que le ponga la puntería al grupo vacador”, señala.

El ex director del área de opinión del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) también consideró que las reuniones de Castillo en Palacio de Gobierno con diferentes organizaciones sociales apunta a retomar un respaldo perdido en los últimos meses.

Castillo dice que hay un show mediático para acusarlo, pero él realiza lo mismo para crear la idea de que tiene respaldo y repite con estos encuentros lo mismo que los Consejos de Ministros Descentralizados, donde termina tomando contacto con gremios muy específicos que tienen un discurso radicalizado”, anota.

El psicoanalista Hernán Chaparro.
El psicoanalista Hernán Chaparro.

Chaparro cuestiona que las reuniones de Castillo y las organizaciones sociales que le llevan sus demandas en estas conferencias improvisadas en Palacio caen en un manejo clientelar y conectar con una cultura plebiscitaria.

“La lógica termina en que es el presidente - el pueblo versus las instituciones llámese Congreso, partidos, Poder Judicial, Fiscalía y los mismos medios de comunicación. Los demás no existen, solo el pueblo y yo. Eso es, finalmente, autoritario como los golpistas que él tanto critica”, explica.

De otro lado, el especialista mencionó que Castillo tiene un “estilo de tozudez”. “Recuerda que en la huelga del 2017 no paro a pesar de que las enormes concesiones que le daban. Porque el objetivo que tenía era sacar al Sutep de la Derrama y ser reconocidos como sindicato. Ya ahora logró que el Fenatep sea reconocido. El estilo es que, digamos, la confrontación lo alimenta. Se siente más cómodo ahí”, indicó.

Chaparro añadió que los últimos escándalos en el Congreso con la denuncia por violación sexual contra Freddy Díaz, la condena por corrupción contra Wilmar Elera y el episodio de agresión de María del Carmen Alva hacia una aliada del presidente como Isabel Cortez favorecen al discurso confrontacional de Castillo.

María del Carmen Alva recibe
María del Carmen Alva recibe críticas por agredir a Isabel Cortez en el pleno del Congreso de la República.

“No solo lo favorece por los últimos sucesos, sino por todo el comportamiento antiderechos en el tema de la educación y una serie de medidas que se han tomado que están desconectadas de la ciudadanía. Hace que sienta un rechazo hacia un sector que critica a Castillo y eso le ayuda. Creo que es parte del gran problema en el que estamos porque las posiciones más activas en el escenario político son las posiciones más extremas que están buscando eliminar al otro”, cuestiona.

Finalmente, Chaparro opinó que el recurso de la victimización que enarbola Castillo no tendría el efecto político porque la ciudadanía es consciente que hay una serie de investigaciones y acusaciones contra el presidente. Además, se percibe una mala gestión gubernamental.

“La marca de haber sacado a un ministro como [Hernando] Cevallos para colocar a una serie de incompetentes en Salud le pasó factura a Castillo. Por una lógica de cuoteo partidario y rendirle pleitesía a Cerrón, lo sacó. Eso fue bastante público y delicado para un tema como es la salud y en un momento complicado como lo era el covid. Cosas como esas marcan y, por lo tanto, le resta credibilidad a los argumentos de victimización”, zanja.

SUBIDA Y BAJADA

Según la última encuesta de Ipsos Perú, la aprobación del presidente Castillo subió cinco puntos porcentuales a comparación de julio. Ahora se sitúa en 25%. Por su parte, su desaprobación bajó de 74% a 69%. Cabe recordar que la cifra más alta obtenida durante el primer año de gobierno lo obtuvo en abril, semanas después de su controversial entrevista brindada a CNN en español.

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