Renato Tapia es uno de los pocos jugadores peruanos que se desempeñan dentro de las cinco mejores ligas de Europa. Desde el 2013 ha paseado su fútbol por la Eredivisie de los Países Bajos, aunque el 2020 subió un escalón al fichar por el Celta de Vigo de LaLiga española. Sin embargo, su estadía en el cuadro ‘vigués’ ha pasado por una montaña rusa de momentos hasta llegar al punto de haber llevado la cinta de capitán en el último duelo.
Para llegar a ese instante de mayor relevancia, es preciso indicar que el volante arribó a Galicia en medio de una coyuntura pandémica. En el Feyenoord no tenía espacio y buscaba la forma de seguir ascendiendo en su carrera, por lo que la entidad ‘celeste’ le tendió la mano y decidió apostar por sus servicios.
En su primera temporada no desentonó y realmente dio la talla. Se convirtió en una pieza fundamental para el técnico Eduardo Coudet y lo consideró casi como insustituible, un hecho que se puede ver reflejado en los partidos jugados (37), alcanzando 3.013 minutos sobre el campo, casi una media de 33.4 por duelo.
Estos números provocaron que su nombre se haga presente en las redacciones de la prensa ibérica e incluso de relacionar su nombre con grandes clubes de Europa. Bayern Múnich, Juventus, PSG y Atlético de Madrid fueron las instituciones que sonaron como interesadas en el peruano. Sin embargo, ninguna llegó a lanzar una oferta concreta.
En la temporada 2021/2022, la situación fue en el mismo camino, aunque para la mitad del curso, entre noviembre y diciembre, el mediocampista nacional empezó perdiendo terreno entre los inicialistas. Sus constantes convocatorias a la selección peruana, sumado a algunos problemas físicos que contraía de los cotejos de las Eliminatorias Sudamericanas causaron cierta molestia en su entrenador.
Alta cotización de Renato Tapia
En esas semanas, un periodista español, Juan Carlos Álvarez, de El Faro de Vigo, dialogó con RPP y confesó que la cláusula de rescisión del ‘Cabezón’ era de 40 millones de euros (supera los 41 millones de dólares) y que la situación estaba acorde para que su club aproveche una venta de esa magnitud, tomando en cuenta que casi todos sufrieron los estragos de la pandemia por el COVID-19. “La cláusula de Renato en Celta de Vigo es de 40 millones. La economía de ese club obliga que se siente a negociar. No pediría esos 40 millones por su salida, pero tampoco lo regalaría”, señaló el comunicador.
Inconvenientes con su DT
El panorama no cambió mucho y, ante la imposibilidad de contar con el jugador, el ‘Chacho’ Coudet optó por utilizar en su lugar al canterano Fran Beltrán, quien hasta ese tiempo era empleado como pieza de recambio. El funcionamiento del equipo mejoró, aunque en ciertos pasajes de los encuentros acusaba un desgaste físico y la falta de jerarquía en algunas zonas del campo. El propio DT argentino llegó a decir que sentía que su club era un “taller mecánico” porque “lo arreglamos para que juegue en Perú”.
La polémica duró unas semanas, hasta que el futbolista de 27 años aseguró que conversó de ese tema con Eduardo y que quedó zanjado. “Sin mucho que comentar, yo conversé con él y queda entre nosotros. Me puso el fin de semana y son cosas que quedan en el camino. Ahora, trabajaré el doble para recuperar el puesto de titular y tener más minutos”, contó para ESPN.
Nueva temporada, nuevo estatus
De todos modos, culminó esa campaña con 35 compromisos a sus espaldas, pero con 1.767 minutos disputados, bordeando casi 20 partidos enteros. No obstante, de cara a la 2022/2023, Coudet lo ha empezado a colocar como zaguero central en los amistosos.
Pero el hecho que podría marcar su reivindicación sería el uso del brazalete de capitán, el cual portó en el duelo ante Al-Shabab. Iago Aspas, responsable de dicho elemento, le entregó al centrocampista cuando se retiraba del campo a los 73 minutos. El partido quedó 6-0 a favor de los españoles, aunque Tapia podría mejorar su condición y demostrar su polifuncionalidad.
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