El presidente Pedro Castillo y el Congreso de la República han reavivado la tensión en los últimos días a raíz de las voces de una nueva moción de vacancia. Además, ambos actores políticos también comparten una alta desaprobación ciudadana que se ha visto reflejada en la última encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
Frente a esta nueva confrontación, Infobae buscó al congresista Roberto Chiabra, quien siempre tiene algo que decir. Responde sobre los reacomodos en el gabinete de Aníbal Torres, la labor y dinámica del Parlamento, un posible adelanto de las elecciones generales, la acusación constitucional contra Dina Boluarte y su relación con César Acuña en Alianza para el Progreso (APP).
¿Cómo observa los cambios realizados en el gabinete?
Era la oportunidad del presidente para nombrar a un primer ministro de consenso. Un gabinete que lo ayude él y el país a gobernar en medio de esta situación de crisis. Sin embargo, ha puesto a este primer ministro [Aníbal Torres] que, como todos sabemos, ha mantenido un lenguaje de confrontación no solo con la oposición en el Congreso, sino con los medios de comunicación y el sistema de justicia. Entonces, mantenerlo lo ayuda muy poco al presidente.
¿No cree que mantener a Aníbal Torres le sirve al presidente Castillo como un escudo frente a los cuestionamientos?
Fíjese, si hubiera nombrado a un primer ministro de consenso y un gabinete con caras conocidas para gestionar mejor, le hubiese dado tranquilidad al presidente. No necesita a una persona que le esté generando anticuerpos frente a otros organismos. Lo que requiere es a alguien tranquilo, que se dedique a la gestión y convocar a gente de confianza. Esto bajaba la tensión.
El presidente hizo un llamado a los partidos políticos y a la sociedad civil para formar el “gabinete de ancha base”. Sin embargo, su convocatoria no tuvo un efecto político. ¿Usted considera que Castillo ya no cuenta con algún poder de convocar a independientes y se encierra en un pequeño círculo de personas que le son conocidas?
Recuerde usted que, en la primera moción de vacancia, el presidente llamó a los partidos y fueron los secretarios de los mismos. Les conversó y no pasó nada. Recuerde también que, cuando ya tuvo el problema con el primer ministro Torres, conversó con el arzobispo de Huancayo [Pedro Barreto] y el secretario general del Acuerdo Nacional [Max Hernández], los uso y les insulto. Entonces, lo primero es que aquí el presidente no hizo un llamado abierto, sino uno general. Segundo, debe entender que hay gente de prestigio que no quiere subirse a su gobierno. Eso debe estar evaluándose también.
Óscar Graham y César Landa, dos de los ministros más rescatables y respetables, salieron del gabinete. ¿Qué opina?
Para mi, la entrada de Burneo es de más calidad que Graham. Yo he conversado con gente del ministerio y entre ellos hay una diferencia en calidad profesional. Kurt Burneo ha estado en el Banco Central de Reserva y me parece lo más rescatable de los que han ingresado. Es una persona profesional y si mantiene la estabilidad económica, creo que va ayudar al presidente.
¿Y sobre César Landa?
Yo confío más en Rodríguez Mackay, quien no será una persona que viene de la Cancillería, pero es alguien muy relacionado con los temas de Relaciones Exteriores y es más comunicativo. Creo que los dos cambios [Kurt Burneo y Miguel Rodríguez Mackay] lo van ayudar al presidente.
Pero han salido algunos análisis del nuevo canciller Rodríguez Mackay que cuestionaba al Gobierno. Incluso, puso en duda la legitimidad de la victoria del presidente Castillo.
No, porque fíjese él ha sido asesor del exministro de Agricultura [Javier Arce] que es parlamentario andino. O sea, ya había entrado al gobierno. Lo que pasa es que es un analista y un critico, pero yo no he visto en sus publicaciones que está en contra del gobierno. No creo que si hubiese sido opositor, el presidente no lo hubiera nombrado.
Geiner Alvarado, quien ha sido mencionado en presuntos actos de corrupción en el Ministerio de Vivienda, pasó a Transportes.
Todos los peruanos sabemos que los ministerios de Vivienda y Transportes han sido los centros de la corrupción con Odebrecht. El problema de la dignidad de los peruanos se ha visto reflejado en esos ministerios. Y el presidente, sabiendo eso y diciendo que no iba a encubrir actos de corrupción, debió haber puesto en esos ministerios [Vivienda y Transportes] a gente extraña a él y que no tuviera mucho que perder. Los problemas que tiene el presidente es por el Ministerio de Transportes, donde puso a una persona cercana [Juan Silva]. Y si tienes a un ministro de Vivienda que también está cuestionado y lo pasas a Transportes, ¿qué mensaje está dando? Creo que el presidente no ha analizado bien.
Algunos dicen que el ministro Alvarado es el Juan Silva 2. ¿Usted lo ve así?
Yo no puedo adelantar nada hasta que la fiscal de la Nación trabaje lo más rápido posible. La sospecha es lo que siempre manda y eso el presidente debe eliminarlo en estos momentos. Conociendo que el ministro de Vivienda ya está siendo cuestionado, a quien le afecta directamente es a él [Pedro Castillo]. Y ese señor [Geiner Alvarado] cuestionado lo pasa al Ministerio de Transportes, que la fuente de la corrupción como decía, no entiendo cómo el presidente no ha podido convocar a dos ministros de calidad en estos sectores. Ni siquiera comienza y al ministro Alvarado le van a sacar todo de su gestión en Vivienda.
¿Qué mensaje se da con el regreso de la censurada Betssy Chávez?
Es una innecesaria provocación al Congreso. Recuerde usted que a ella se le censuró porque brindó una autorización a los controladores aéreos y perjudicó la imagen del país. Se acuerda también cuando se hizo el consejo de ministros en Cusco, afuera habían carteles con mensajes de “Castillo, enemigo del turismo”. O sea, si fuera presidente me tiro a los tres ministros de Trabajo, Transportes y Comercio Exterior y Turismo. Entonces, por ese motivo, [Betssy Chávez] fue censurada. Además, recuerde que también fue censurada por nueve votos de Perú Libre. Sin esos, no creo que hubiese sido censurada.
¿Qué otros cambios debieron realizarse?
Defensa. Recuerde usted que contra el ministro [José Luis Gavidia] hay un pedido de ex generales del Ejército que piden su expulsión de la Doge. Tengo entendido que también su promoción de la Marina lo ha declarado persona non grata. Es una persona que no tiene muy buena relación con el sector militar. Como naval en retiro, debe saber cómo es la tradición. Creo que fue el que le recomendó mal al presidente no hacer el desfile de Fiestas Patrias en la Avenida Brasil y que lo hagan de manera cerrada en el Cuartel General del Ejército. En todas las regiones hicieron su fiesta nacional por 28 de julio. Solo Lima y Callao no tuvieron su desfile. No sé quién le recomendará las decisiones al presidente. ¿Qué desaire le iban hacer los comando Chavín de Huántar? ¿No lo iban a mirar? El ministro de Defensa no ha hecho nada por el sector. Habla de seguridad ciudadana, de los bomberos y etcétera.
Si usted dice que el presidente Castillo persiste en el error, ¿cómo salimos de la crisis?
Aquí hay tres actores: el Congreso, la fiscal de la Nación y la ciudadanía en general. ¿Por qué no se llega a los 87 votos para censurar al presidente? Porque hay congresistas que todavía están esperando algo más de la Fiscalía de la Nación para cambiar de posición y pasar a los 87. Lo máximo que se ha llegado ha sido 72 y creo que ha sido menos. Aún hay congresistas que no están muy convencidos de que el presidente esté involucrado en actos de corrupción y tienen razón. Hasta ahora, los audios que han salido no lo sindican directamente al presidente.
Lo otro es la fiscal de la Nación que está cumpliendo un buen papel para investigar y no permitir la corrupción que había antes de la pandemia. Y la ciudadanía observa cómo el presidente no sabe convocar a un gabinete que no lo ayuda a gobernar y no es de calidad. Sumado, además, a las graves sospechas de corrupción. El presidente tiene que darse cuenta que debe despejar las sospechas de corrupción. Qué hubiese pasado que iba a declarar a la fiscalía para señalar que no tiene nada que ver en los actos de corrupción. Cumplía y salía del problema en el que está involucrado. El comportamiento del presidente tiene un impacto permanente en el ciudadano. Va llegar el momento en que las amas de casa vayan al mercado y encuentren los alimentos muy caros. Ahí va acabar la revolución que tanto prometía el presidente.
Yo me he preguntado: ¿Qué es lo que más le conviene al Perú? ¿Que se vaya el presidente o que se quede? Quién lo va determinar es la suma del Congreso, la Fiscalía y la ciudadanía. Esto no es tan simple.
En su análisis incluye al Congreso, pero allí resulta ser el escenario más complejo. Si se hace una aritmética simple sobre los votos que se necesitan para la vacancia, tendrían que sumar a alguno de los 44 parlamentarios de izquierda para llegar a los 87. ¿No cree que la oposición debería buscar a alguien de ese bloque duro que esté desencantado con las acciones de este gobierno?
Fíjese que el secretario general de Perú Libre [Vladimir Cerrón] dijo que se debía asegurar para que no se lleguen a los 87 votos y lo ha logrado. No solamente de la izquierda, sino de parte de varios integrantes de otros partidos. Ahora, la izquierda se podría haber atomizado en cuatro minibancadas, pero no votan en contra del presidente. Hacer campaña con la izquierda como que no va. De ahí, con los que no son de izquierda, puede haber cambio de opinión y posición. Llegar a 87 lo veo muy difícil.
¿Y la alternativa de la acusación constitucional? ¿Cómo observa los informes por presunta traición a la patria y del caso Sarratea?
Mire, no va por ahí. Creo que la permanente incapacidad moral es lo más probable. Sobre ir por la acusación constitucional, recuerde que en la votación no participan los miembros de la Comisión Permanente ni de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales. Lo veo difícil que alcance la votación. En lo de Sarratea, ya ha concluido el trabajo de la Comisión de Fiscalización y está en función de lo que haga la fiscalía de la Nación porque existe una relación en el informe que han enviado con lo que están investigando allí sobre el presidente. Si la fiscalía de la Nación emite una disposición preliminar que diga que el presidente está involucrado en varios actos de corrupción y no se le puede acusar hasta el final de su gestión, creo que más de un congresista cambiaría de opinión.
Se habla también de la suspensión..
Difícil también. Todas las alternativas sobre suspensión, acusación e incapacidad moral son votos. Y en el Congreso no veo los votos. Entonces, la pregunta que me hago: ¿Qué más tiene que pasar para que cambie el Congreso? Y lo otro es que llegado el momento, los parlamentarios deben valorar si conviene seguir en la misma situación o hay un cambio radical que es la salida del presidente. Es una cuestión de orden social, económico y político. No se pueden tomar decisiones apresuradas porque hay una situación económica y social muy difícil. Y la forma en que el presidente podría darle calma al país es con un gabinete y un primer ministro de calidad.
La ciudadanía también pide que haya nuevas elecciones. Es decir, que el presidente y el Congreso se vayan juntos. ¿Existe alguna autocrítica por la gestión del último año? En los últimos días se destapó el escándalo de su colega Freddy Díaz.
El tema del Congreso es que somos 130. He señalado que el comportamiento individual y colectivo de los congresistas dentro y fuera afecta a la imagen. Lo que sucede que, con mi experiencia del último año, hay un ritmo en el Congreso que tiene que cambiar. Por ejemplo, se convoca a la Comisión de Ética para ver este tema tan grave [la acusación por violación sexual contra Freddy Díaz] y lo que han debido determinar es una suspensión por 120 días. Usted lo suspende por ese tiempo y que el señor se vaya a defender. En ese lapso de los 120 días, la fiscalía le cae con todo para esclarecer este caso y el accesitario del congresista [Díaz] asume el cargo. ¿De qué sirvió que se reúnan en el pleno el otro día si pudieron reaccionar rápido ante este asunto y aplicarle una sanción de 120 días? Eso es lo que yo esperaba, pero son los ritmos. Esto influye en la imagen y son puntos menos a la evaluación del Congreso.
También mella la imagen del Parlamento la condena al congresista Wilmar Elera.
Cada uno sabe si tiene una investigación preliminar o un proceso. Entonces, él [Wilmar Elera] no debió postular a la tercera vicepresidencia sabiendo que tenía algo. Mejor se hubiese mantenido como congresista y vocero frente a esta situación difícil. Sabe que ocupar la Mesa Directiva se convierte en alguien vulnerable. Hace daño al Congreso.
Volviendo un poco a la pregunta inicial, usted era de la idea que si no había una salida a la crisis lo recomendable es que se vaya todos: Presidente y Congreso. ¿Sigue pensando lo mismo?
Estamos en una crisis que requiere una solución de raíz. Yo no tengo ningún problema. Tal como lo dije nos vamos todos y empezamos de nuevo. Pero hay que respetar la parte constitucional para no estar debilitando más la democracia. No nos podemos saltar a Dina [Boluarte].
¿Usted considera viable que la vicepresidenta continúe hasta el 2026 en caso Castillo sea vacado?
Lo de la señora Boluarte se va definir en septiembre a más tardar porque tiene una acusación constitucional por haber cometido infracciones a la Constitución. Si se va Castillo, tendría que entrar Dina y eso es lo correcto. Pero si ya tiene una acusación constitucional y también la suspende, asumiría la presidenta del Congreso y tendría que haber elecciones. Lo que señalan los constitucionalistas es que legalmente sean presidenciales. Pero si la crisis es compartida, pues nos vamos todos y empezamos de nuevo. Respetemos la parte constitucional como debe ser porque se crean precedentes para futuras gestiones.
¿Dina Boluarte merece ser inhabilitada?
La Subcomisión de Acusaciones Constitucionales va presentar un informe, ahí van a debatir si la van acusar, de ahí pasa a la Comisión Permanente y después al Pleno. Todo eso hay que hacerlo porque es la parte constitucional. Yo soy enemigo, por ejemplo, de que los que quieren rebajar los votos para la vacancia [el congresista Diego Bazán propuso que la vacancia presidencial se dé con 75 votos] porque eso está mal. La solución no pasa por decir que si no se logran los 87 votos, entonces bajemos a 75 o 50. No hay que generar precedentes negativos para los siguientes gobiernos. Recuerde que usted que se estableció 87 votos cuando Toledo era presidente y quería vacarlo. Pero, volviendo al tema de la vicepresidenta, tiene su acusación constitucional y está en todo su derecho de defenderse.
¿Personalmente, usted ve infracción por parte de la vicepresidenta?
Ella [Dina Boluarte] se ha puesto en esta situación. Pero hay que ver cómo el ponente presenta los hechos y escuchar su defensa. Por el momento, ha cometido infracción constitucional y es consciente de esto. En primer lugar, debió renunciar a la Reniec y por ese motivo no postular a la vicepresidencia. ¿Por qué no pudo ser congresista? Por ese tema. Recuerde usted que pidió que le guarden el puesto por cinco años. ¿Qué ganaba que siguiera como presidenta del Club Apurímac? ¿Qué ganaba que siguiera haciendo gestiones? Ella debe reconocer que ha cometido una infracción, pero lo que se debe ver es esperar al ponente y cómo se evalúa. No podría decir, en estos momentos, que se vaya. Tranquilo, escuchemos al ponente, la defensa de ella y de ahí viene la votación.
Una parte de la población piden nuevas elecciones generales, pero esto debe ir de la mano con algunas reformas políticas. ¿Usted piensa que debe ser así?
Los partidos políticos han dejado de ser representativos de la sociedad. Se ha establecido en la última reforma que se den las famosas PASO que son las elecciones internas para presidente, congresistas y, ahora último, para gobernadores y alcaldes. Cómo puede ser posible que se elija con solo el dos o tres por ciento a los candidatos. ¿Qué legalidad y legitimidad tienen? Yo lo que propondría es que un candidato sea elegido con la participación del 30% de sus militantes. Si no hay esta cifra que vaya a votar, no participan. La siguiente elección ya no habrá voto preferencial y será voto cerrado. Vamos a mover a los que estaban a la cabeza y eran los mismos de siempre. ¿Qué legitimidad puede tener un candidato que es elegido con solo el 3%? También se debería eliminar a los delegados. Con eso, obligas a los partidos a que hagan vida política, algo que no hacen porque solo hacen vida electoral. Eso sería un cambio importante.
Ahora que hablamos de los partidos políticos y su legitimidad interna, en Alianza para el Progreso eligieron a César Acuña como candidato al Gobierno Regional de La Libertad. En la votación, sin embargo, perdió frente a los nulos y blancos. Digamos, el partido por el que postuló como invitado es un buen ejemplo.
Yo soy invitado. Dentro del manejo del partido, no tengo participación. Por lo que manejo es que no emplearon delegados en la votación. El problema está en todos los partidos. No hay ni uno solo que hizo las elecciones internas que pudiera decir que este se encuentra bien organizado, asistieron los afiliados, hay voluntad de la gente. A mi no me gusta generalizar, pero en esta cuestión creo que sí porque los partidos están muy débiles. Ahí vemos cuando se presentan todo tipo de problemas cuando los candidatos ya son elegidos.
¿Cómo se siente dentro de la bancada de APP tomando en cuenta que su nombre estuvo voceado dos veces para presidir el Congreso?
Yo no tengo problema. Lo único es que, en esta oportunidad, dijeron que iban a proponer a uno que sea afiliado al partido. Como yo no lo estoy, entonces no me consideraron.
Pero usted dijo, en su momento, que estaba considerado...
Sí, pero después decidieron sin que yo conociera que iba a ser así [elegir a un afiliado para presidir el Congreso].
¿Cómo lo tomo?
Cuando se decide democráticamente, hay que tomarlo con tranquilidad.
¿No pensó alejarse de la bancada como Gladys Echaíz, quien se fue porque no la consideraron como candidata para presidir el Congreso?
En estos momentos, tengo toda la libertad para opinar y votar. Mientras mantenga mi libertad, estaré tranquilo.
Y si cambiara eso, ¿no descarta renunciar e irse a otra bancada?
Irme a otra bancada lo veo muy difícil e imposible. pero que me vayan a limitar mi libertad creo que no. No lo van hacer.
Se habla que César Acuña no lo postula a usted para presidir el Congreso porque puede restarle liderazgo dentro de APP.
Yo no compito con él [César Acuña]. A mi no se me va ocurrir afiliarme y competir en una elección interna con él.
¿No hay problemas en la relación con Acuña?
Hay un respeto mutuo. No tengo problemas porque si me limitan mi libertad para opinar y votar, ahí sí estaría de más.
Dijo en una entrevista que si hubiese una transición por la vacancia del presidente Castillo y la inhabilitación de la vicepresidenta Boluarte, postularía a la Mesa Directiva del Congreso sin Alianza para el Progreso. ¿Usted se lanzaría más allá de que su propia bancada no lo proponga?
Hay una cuestión ahí. En primer lugar, espero que se cumpla el acuerdo de que todos los integrantes de la Mesa Directiva renunciarán a sus cargos si se da la vacancia del presidente y la vicepresidenta. El valor de la palabra se debe respetar y, por eso, este año le tocaba a APP presidir el Congreso. Como recordará usted, yo iba a ser el primer presidente del Congreso. Sin embargo, hubo un tema con Acción Popular. De presentarse la transición, sí hay gente que considera que podría ser tendría esa posibilidad [postular a liderar la Mesa Directiva]. Lo de APP tendría que definir si yo sea o no.
¿Y si no es apoyado?
No es fácil. Yo considero que la doctora Gladys Echaíz, por ejemplo, no fue bien cuidada y protegida. En este proceso [elección de la Mesa Directiva] son 130 y dos etapas: las propuestas y los votos. Hay que ser consciente que usted puede proponer, pero si no tienen los votos se torna complicado. Ella [Echaíz] solo tenía el respaldo de una bancada y otra. Al final, se vio reflejado en la votación. Si se presenta la situación [postular a liderar la Mesa Directiva sin APP] tendré que analizarlo bien.