Conoce la historia del antes y después de la Plaza Mayor de Lima

La Plaza Mayor de Lima es conocida por ser el punto de encuentro de varias generaciones a través de los siglos. Hoy en día, es el lugar principal al que acudir para conocer una poco más de la historia del centro histórico y sus recovecos.

También es importante porque ese fue justamente el lugar escogido por el conquistador Francisco Pizarro para fundar lo que sería la capital del Perú.

A sus alrededores se levantaron las construcciones más importantes de la ciudad como el Palacio de Gobierno del Perú, la Catedral de Lima, la Iglesia del Sagrario, el Palacio Arzobispal de Lima, el Palacio Municipal de Lima y el Club de la Unión.

A continuación vamos a conocer su historia y cómo se ve en la actualidad.

Siguiendo las pautas dadas por el rey Carlos I de España en 1523 en sus Ordenanzas para la fundación de ciudades en el nuevo mundo, el conquistador Francisco Pizarro plantó una picota en el centro del solar que se había escogido para ser la plaza mayor

En una especia de plano de construcción, Pizarro al lado de Nicolás de Ribera, el capitán Diego de Agüero y el piloto Francisco Quintero trazaron la cuadrícula de la ciudad, las calles y manzanas. En ella se detallaba que cada manzana tendría cuatro lotes.

De igual manera, y sacando ventaja de su condición de gobernador y fundador, Pizarro se apropió de la manzana ubicada en al lado norte.

En el mismo lote norte, pero para el lado oriental, fue designada para que se construyera la vivienda del cura. El lote sur de ese lado era para la construcción de la Iglesia. Por último, el lado norte occidental se usaría para ser el ayuntamiento. Las demás manzanas fueron repartidas entre los otros conquistadores.

El historiador y sacerdote Bernabé Cobo (1580-1657) señaló con respecto a la plaza Mayor:

Cuando los trabajos de construcción se iniciaron y debido a las primera remodelaciones que se hacían en la plaza, el virrey Diego López de Zúñiga y Velasco, Conde de Nieva, dispuso que la picota sea llevada cerca al río, en lo que ahora es la Estación de Desamparados. Esto porque ya habían comenzado los trabajos para colocar una pileta en el centro de la plaza.

Tiempo después, ese madero fue ubicado en el lado sur de la misma en el Callejón de Petateros, donde hoy comienza el Pasaje Olaya.

Por último, ya en el año 1668, el virrey Pedro Antonio Fernández de Castro, conde de Lemos, ordenó que el rollo se llevado a la Plaza Santa Ana. Pero debido a que las tasas de criminalidad se redujeron considerablemente, el histórico artefacto fue devuelto al Callejón de Petateros.

Durante gran parte de la época virreinal, la plaza Mayor tuvo varios usos como el servir como mercado, como plaza de toros y hasta como sitio para ejecutar a los condenados.

En ese sentido, la plaza Mayor tiene el triste privilegio de ser el primer lugar de toda América en donde se condenó a una persona a ser quemada. Fue en el primer auto de fe celebrado el 15 de noviembre de 1573. El sentenciado, un ciudadano francés llamado Mateo Salado, fue llevado ese mismo día al ‘quemadero’ para cumplir su sentencia. Dicho lugar estaba donde hoy es la Plaza de toros de Acho.

Pero en la plaza Mayor también ocurrieron cosas positivas, como la proclamación de la independencia del Perú por parte de Don José de San Martín, en 1821.

En 1860 comenzó con la colocación de rieles para los primeros tranvías que fueron tirados por caballos y asnos. También las prisiones dejaron de estar en el Palacio de Gobierno y en el Cabildo ya que se construyó la Penitenciaría de Lima.

Luego de varios años de trabajo, recién en 1922 se dio por concluido la construcción del Palacio Arzobispal. En 1938 se dio la Palacio de Gobierno y en 1944 el Palacio Municipal.

Sin lugar a dudas, la Plaza Mayor es un lugar lleno de historia que día a día nos sigue sorprendiendo con su belleza. ¿Y tú, ya la visitaste?

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