El Castillo de Chancay es una de las mayores atracciones turísticas que tenemos en las afueras de Lima. Ubicado en la provincia de Huaral, este gran edificio de más de 2 kilómetros de extensión guarda una gran historia desde su construcción, la misma que hasta nuestros días podemos ver y disfrutar. Este lugar es el preferido de muchos peruanos que desean hacer turismo interno pero no desean ir demasiado lejos de casa.
Conocido en un principio como castillo de la familia Boggio, el Castillo de Chancay comenzó a construirse en 1924 bajo las órdenes de doña Consuelo Amat, quien era bisnieta de uno de los más famosos virreyes del Perú, Manuel Amat y Juniet. Además del arquitecto León Rolando.
El lugar elegido para levantar el imponente edificio fue al pie de un acantilado. La idea original de doña Consuelo era rendirle homenaje a su esposo y exalcalde de Chancay, Rómulo Boggio Klauer, con quien contrajo nupcias cuando solo tenía 19 años.
Pero la mujer limeña también era conocida por poseer una gran sensibilidad para las artes, especialmente para la poesía. Publicó sus 400 poemas en dos tomos, uno muy famoso llamado ‘Sándalo’, dedicado a su madre. Y otro libro llamado ‘Hojas’, dedicado también a la memoria de su pareja.
Lo que muy pocas personas saben es que ella misma trazó los planos arquitectónicos del lugar y se puso a cargo de la supervisión de los avances de la obra, que terminaría diez años después y cuyo fin sería vivir ahí con toda su familia.
Sin embargo, y a pesar de la hermosa obra arquitectónica, esta quedó abandonada por casi tres décadas, desde los 60 hasta principios de los 90.
Se salvó
A diferencia de lo que sucedería después con el Coliseo Amauta, que fue comprado por una secta religiosa, el Castillo de Chancay se salvó de correr la misma suerte.
Ocurre que Juan Winston Barreto Boggio, nieto de doña Consuelo (hijo de Doña Libia Boggio Amat y León y el coronel Juan Francisco Barreto Saavedra) apareció de manera providencial para impedir su venta a los jesuitas, que pretendían convertirlo en monasterio, y comenzar su reconstrucción.
Qué hay para ver
En estos días, el Castillo de Chancay es el lugar predilecto de muchas familias dispuestas a pasar un full day. Y es que dentro de edificación hay varios ambientes en los cuales se pueden aprender y muchas cosas de manera muy lúdica como son la Sala de los Recuerdos, el Museo Antropológico de la Cultura de Chancay, el Museo Natural y el Mirador de La Covadonga.
Eso no es todo, pues también se pueden encontrar restaurantes, hoteles, áreas para acampar, canchas deportivas, piscinas y tiendas de artesanía.
Uno de los lugares que más curiosos es el llamado Salón de los recuerdos. En este sitio se puede ver cómo era la antigua habitación de Doña Consuelo Amat.
Aquí observamos su cama, la cuna de un bebé y al otro lado de la cama el coche de bebé. También otros objetos como roperos y espejos de la época.
En otros ambientes de este lugar, se ven fotografías del matrimonio de Doña Consuelo, con sus hijos y varios muebles, adornos y objetos de moda por aquellos días
Cómo se llega
Si cuentas con auto propio, no te debe demorar más de una hora y media llegar a este lugar. Camino a Huaral, un desvío a la altura del kilómetro 82 de la Panamericana Norte te llevará hasta las orillas del mar de Chancay.
Pero si eliges ir por transporte público, en el centro de Lima encuentras buses que van al norte chico (Huaral, Chancay, Huacho, Barranca, etc.).
También puedes ir hasta el terminal de Plaza Lima Norte y desde allí parten buses que te dejarán en la entrada de Chancay. Luego hay que tomar un taxi o mototaxi para llegar hasta el castillo.
El boleto para disfrutar de todas estas y demás maravillas tiene un valor de S/ 25 para adultos y S/ 12 para niños. El costo también incluye también la visita guiada (cada 30 minutos) a los museos y zonas restringidas.
¿Y tú qué esperas? Aprovecha este fin de semana y realiza un poco de turismo interno con la familia y amigos, no te arrepentirás.
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