“Felicidades, canal ATV y Toyota Motors te premió con 50 mil soles y una camioneta Hilux 0 kilómetros”, era el mensaje que miles de personas recibían diariamente y que daba el paso a una de las mayores estafas registradas en el Perú. Por más de tres años una banda criminal cuidadosamente organizada engañó a más de 600 personas en todo el país usando el nombre de un reconocido canal de TV y una popular marca de autos para apoderarse de más de un millón de dólares.
La Policía Nacional de Perú inició una exhaustiva investigación a partir de las múltiples denuncias de víctimas que cayeron en esta red de engaño. Se trataba de una red criminal de estafadores que operaba bajo llamadas telefónicas prometiéndoles dinero y vehículos último modelo a cambio del depósito de una cantidad de dinero, cuyas sumas podrían ir desde los 500 (US$ 150) hasta 5 mil soles (US$ 1,500).
Los delincuentes, incluso, para que las incautas víctimas crean en su estafa, les enviaban videos y daban números de una supuesta central telefónica en la que impostaban la voz para convencerlos que sí iban a recibir el importante premio.
Efectivos de la División de Investigación de delitos de Alta Complejidad (Diviac) indicaron que esta banda criminal era manejada desde la cárcel de Tumbes, donde el cabecilla y otros catorce presos, quienes habían creado unas mini call center dentro de sus celdas para hacerse pasar por supuestas operadoras del canal ATV.
Una vez identificados a todos los implicados en la organización criminal, efectivos de la Diviac realizó un megaoperativo en Tumbes, Cajamarca, Lambayeque, Lima y Callao donde se capturó a decenas de personas, entre ellas varias mujeres, quienes hacían la labor de recolectoras del dinero a través de distintas cuentas bancarias.
Una de las jóvenes, de solo 20 años, fue el punto clave para desbaratar esta red de estafa. Ella registraba constantes movimientos bancarios con fuertes sumas de dinero y viajaba constantemente a Tumbes a visitar al cabecilla de la banda. Además su récord migratorio mostraba viajes al exterior cuando no tenía trabajo ni ingresos.
23 integrantes
Esta organización criminal contaba con 23 integrantes que tenían roles definidos como los operadores que realizaban las llamadas estafadoras, así como los encargados de habilitar sus cuentas bancarias para los depósitos del dinero producto de la estafa.
Otras de sus modalidades consistía en fingir conocer sobre las supuestas actividades de familiares más cercanos o recreaban secuestros o intervenciones policiales con el fin de exigir a sus víctimas fuertes sumas de dinero que oscilaban entre S/200 soles hasta los S/30 000.
El coronel Franco Moreno, jefe de la Diviac informó que “durante años más de 600 personas han resultado agraviadas a nivel nacional. Entre personas naturales, comerciantes y empresarios que han sido víctimas de esta banda criminal”
“Las investigaciones nos permitieron establecer que el centro de operaciones general de estos delincuentes o donde planificaban sus delitos se encontraba en el penal de de Tumbes, donde 14 reos se hacían pasar por trabajadores de ATV y la información que tenían de estos ciudadanos se lo vendían a otras organizaciones criminales para extorsionarlos”, sostuvo a la prensa.
Recalcó que otras 10 personas fueron detenidas a nivel nacional. Ellas se encargaban de acopiar todo el dinero y enviarlo a los delincuentes
“La joven de 20 años, Kiara C. D., cuya familia era cristiana, tenía una vida paralela y era la conexión directa con el cabecilla de la banda, quien le daba directivas de cómo debería registrar a otras personas llegando a obtener más de 30 tarjetas bancarias con la finalidad de evitar el rastreo tributario, comercial y financiero”, agregó.
Asimismo, dijo que en el tiempo que viene operando esta banda delicuencial han amasado una fortuna de casi un millón de dólares.
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